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Autor Tema: ¿Por quíé debemos congelar el lí­mite al endeudamiento?...  (Leído 289 veces)

OCIN

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Por …   Jagadeesh Gokhale

EE.UU. se enfrenta a tremendos retos fiscales. La poca probabilidad de importantes reformas fiscales provocaron que Standard and Poor`s (S&P) cambiara su pronóstico de largo plazo sobre la economí­a estadounidense de “estable” a “negativo”.
Muchos funcionarios federales con conocimiento, como el Secretario de la Tesorerí­a Timothy Geithner y el gobernador de la Reserva Federal (Fed) Ben Bernanke, así­ como tambiíén los legisladores con tendencia de izquierda, insisten que la solución es elevar el lí­mite de endeudamiento. Ellos advierten al congreso acerca de las terribles consecuencias si no lo hacen. El presidente Barack Obama tambiíén ha expresado su opinión a favor de elevar el lí­mite —aunque íél votó en contra de esto cuando era senador.
Todos ellos afirman que no aumentar el lí­mite al endeudamiento podrí­a perjudicar severamente la recuperación económica.
Pero ese punto de vista podrí­a estar equivocado. Un lí­mite al endeudamiento temporalmente congelado podrí­a mostrar la determinación de los legisladores estadounidenses de poner nuestras cuentas fiscales en orden. Incluso podrí­a tranquilizar a los inversionistas acerca de las perspectivas a largo plazo de la economí­a de EE.UU.
Con una deuda nacional de $14,7 billones que continúa aumentando, el congreso debe aprobar pronto un aumento al lí­mite legal al endeudamiento —hoy fijado en $14,29 billones— para que la Tesorerí­a pueda continuar conduciendo las operaciones fiscales de la nación.
Dado el desbalance entre nuestras obligaciones y la recaudación de impuestos y otras fuentes de ingreso, la Tesorerí­a tendrí­a que tíécnicamente declarar un default dentro de las próximas semanas si no logra obtener la autoridad legal para emitir más tí­tulos de la Tesorerí­a. Los funcionarios del gobierno temen que este resultado provoque que los mercados financieros se paralicen e impidan la frágil recuperación de la economí­a.
Normalmente, un default de la Tesorerí­a tendrí­a un efecto negativo considerable en los mercados financieros internacionales. Esto podrí­a agravarse ahora —dada la posibilidad de una anticipada finalización del programa de “relajamiento cuantitativo” de la Fed (QE2, por sus siglas en inglíés) mediante la compra de activos, y dada la continua especulación acerca de cuando (no si es que) la Fed empezará a aumentar la tasa de los príéstamos pagaderos al dí­a siguiente.
Algunos inversionistas privados ya están vendiendo a futuro tí­tulos de la Tesorerí­a anticipando una caí­da de sus precios. Otros temen que si el lí­mite de la deuda no es elevado pronto, el esperado abandono gradual de los tí­tulos de la Tesorerí­a —la respuesta normal durante las recuperaciones económicas conforme los inversionistas empiezan a tolerar mayores riesgos de inversión— se podrí­a convertir en una estampida.
¿Quíé tan válidas son estas preocupaciones? No muy válidas.
Sin embargo, los nuevos representantes del Partido Republicano en el congreso insisten que su mandato consiste en rescatar a la nación del pronóstico negativo de S&P, el cual predice que eventualmente podrí­a haber un verdadero default de la deuda.
En cambio, la probabilidad actual de un default tíécnico, al no aumentar el lí­mite de endeudamiento, no se deberí­a a una verdadera insolvencia nacional. Dadas las bajas tasas de interíés hoy en dí­a, el gobierno federal podrí­a levantar fácilmente los recursos requeridos para satisfacer las obligaciones contractuales que tiene el gobierno actualmente.
La descripción correcta del default tíécnico, si es que el congreso no logra aumentar el lí­mite al endeudamiento, por lo tanto, deberí­a ser “una suspensión temporal de las operaciones fiscales para promover una polí­tica fiscal más prudente”.
No elevar el lí­mite al endeudamiento ahora simplemente crearí­a una “crisis” falsa. Durante demasiado tiempo, los analistas y polí­ticos se han quejado de los masivos impedimentos polí­ticos para reformar el presupuesto federal —especialmente los programas de beneficios provistos por el Estado.
Muchos ahora conceden, de hecho, que ninguna reforma prudente es probable a menos que haya una “crisis” inminente. Por otro lado, los polí­ticos de centro izquierda argumentan que no hay una verdadera “crisis” —por ende, no hay necesidad de verdaderas reformas.
Bueno aquí­ tenemos la oportunidad de una “crisis” que “no deberí­a ser desperdiciada”. Serí­a una verdadera crisis para aquellos que piden precaución —considerando lo que ellos creen. Y serí­a una crisis falsa para otros —quienes creen en los efectos saludables de las crisis sobre las polí­ticas fiscales.
Dado que el propósito del lí­mite al endeudamiento es evitar un verdadera crisis en el futuro, al controlar el gasto en prestaciones y otros programas innecesarios del estado, aquí­ hay una oportunidad para experimentar: ¿Será que una “crisis” del lí­mite al endeudamiento resultará en mejores polí­ticas fiscales?
¿Cómo verí­an realmente los inversionistas esta falsa crisis de la deuda estadounidense? Si el rechazo de algunos legisladores a aumentar el techo de la deuda, sin a su vez aprobar polí­ticas fiscales prudentes, resultase en un default tíécnico por parte de EE.UU., esto demostrarí­a su fuerza polí­tica.
¿Acaso eso no inducirí­a a los inversionistas a que compren deuda estadounidense a largo plazo —reduciendo las tasas de interíés a largo plazo y mejorando el clima de inversiones en EE.UU.?
Así­ es, los inversionistas deberí­an temerle a lo opuesto: un aumento al lí­mite de endeudamiento sin un serio desafí­o por parte de los legisladores exigiendo que se realicen reformas. Esto solamente mostrarí­a que los asuntos fiscales en EE.UU. continuarán por el mismo camino que han venido transitando.
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Suerte en su vida y en sus inversiones…


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