Las Administraciones adeudan a los autónomos 12.000 millones de euros, según la asociación ATA. Mientras, estos han pagado 1.500 millones por el IVA de facturas que aún no han cobrado. Unos 200.000 negocios han tenido que cerrar por culpa de la deuda contraída por ayuntamientos y autonomías.
Los autónomos conforman más del 55% del tejido empresarial del país y, sin embargo, no ven que el Gobierno lleve a cabo ninguna iniciativa para mejorar la alarmante situación que atraviesan. Esa es la queja que formuló ayer en un desayuno informativo Lorenzo Amor, presidente de la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA), cuyos 440.000 miembros convierten a la patronal en la más importante del sector.
De hecho, las propias Administraciones públicas forman parte de una de las grandes lacras que afectan al sector: el alto nivel de morosidad. Según Amor, el 63% de los trabajadores autónomos sufre el impago de facturas, el 95% de las cuales corresponden a las Administraciones. La cantidad que ayuntamientos y comunidades autónomas deben a estos pequeños empresarios es, de acuerdo con los datos de ATA, muy notable: 12.000 millones de euros. Amor calcula que dicha deuda ha llevado al cierre a unos 200.000 autónomos.
Irónicamente, sostiene Amor, los trabajadores a cuenta propia han tenido que pagar 1.500 millones por el IVA aplicable a dicha facturación, pese a no haber cobrado un cíéntimo. "Hacienda se financia con el IVA de los servicios que aún no han pagado", se quejó. Una cantidad, abundó, que "dobla los críéditos concedidos por la línea ICO directo".
Críticas a la CEOE
Este es precisamente el segundo de los grandes problemas que afrontan los autónomos: la falta de financiación. "El Gobierno debería dedicar más fondos a asegurar que fluya el críédito", apuntó Amor. "En los tres años de crisis se han destinado 163.000 millones al pago de prestaciones por desempleo. Si en el mismo periodo se hubiese destinado una tercera parte a críéditos para los autónomos, hoy habría 2,6 millones menos de parados", aseveró.
En este contexto, Amor denunció el desfase que en su opinión rodea al diálogo social. "El modelo se basa en las relaciones entre empleado y empleador, cuando la mayoría de empresarios en España son autónomos", señaló.
Las reformas de calado en el país deberían contar con la opinión de los trabajadores por cuenta propia, opina Amor. En este sentido, denunció el "poco interíés" mostrado por el presidente de CEOE, Juan Rosell, para atender la petición de ATA de negociar su posible entrada en la patronal. Las condiciones de ATA, según Amor, serían mantener su independencia orgánica y obtener una vicepresidencia nata, como Cepyme.