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Autor Tema: Verdaderos Finlandeses: Por quíé no apoyamos los rescates  (Leído 332 veces)

Scientia

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http://www.burbuja.info/inmobiliaria/burbuja-inmobiliaria/225048-verdaderos-finlandeses-por-que-no-apoyamos-los-rescates.html

Texto integro de mensaje del lí­der de los Verdaderos Finlandeses sobre los rescates europeos. Los textos en negrita fueron censurados por el Wall Street Journal diario que publicó la carta el 9 de Mayo en los Estados Unidos.

Timo Soini: Why I Don't Support Europe's Bailouts - WSJ.com

Ningún diario español ha publicado el texto a continuación en su integridad.

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Cuando tuve el honor de liderar a la victoria electoral de Abril al partido de los Verdaderos Finlandeses, hicimos la solemne promesa de oponernos a los supuestos rescates de los Estados de la eurozona. Esos rescates son patentemente malos para Europa, malos para Finlandia y malos para los paí­ses que han sido forzados a aceptarlos. Europa está sufriendo de la gangrena económica de la insolvencia—tanto pública como privada. Y a no ser que amputemos lo que no puede ser salvado, nos arriesgamos a envenenar todo el organismo.

La sabidurí­a oficial es que Grecia, Irlanda y Portugal han sido golpeados por una crisis de liquidez por lo que necesitan una transfusión momentánea de liquidez, despuíés del cual todo retornará a la normalidad. Pero esta versión oficial es una mentira, un versión que toma como idiotas a los ciudadanos de a pie europeos. Los ciudadanos se merecen más de sus polí­ticos y lí­deres.

Para entender la verdadera naturaleza y propósito de los rescates, necesitamos entender primero quiíén se beneficia verdaderamente de ellos. Sigamos el rastro del dinero.

Aún a riesgo de ser considerado como populista, empezaremos con lo obvio: No es el ciudadano corriente el que se beneficia. í‰ste es ordeñado y engañado para que el sistema insolvente siga funcionando. Se le paga menos y se le tributa más para que proporcione el dinero necesario para mantener en marcha esta estafa piramidal. Mientras tanto, se ha desarrollado una simbiosis letal entre polí­ticos y banqueros: Nuestros lí­deres polí­ticos piden prestado más y más para pagar a los bancos, los cuales a cambio prestan más y más dinero a nuestros gobiernos, manteniendo la estafa a flote.

En una verdadera economí­a de mercado, las malas decisiones son penalizadas. No aquí­. Cuando el inevitable hundimiento de los sobre endeudados paí­ses de la eurozona salió a la luz, se realizó un pacto secreto. En vez de aceptar las píérdidas de las malas inversiones—lo cual hubiera llevado al probable colapso y rescate nacional de algunos bancos— se decidió transferir las píérdidas a los contribuyentes por medio de príéstamos, garantí­as e instrumentos opacos como el European Financial Stability Fund, el NAMA irlandíés y toda una baterí­a de vehí­culos financieros que harí­an a ENRON parecer como algo simple. Algunos polí­ticos entendieron esto; otros entraron en pánico e hicieron lo que se les dijo.

El dinero no fue a ayudar a las economí­as endeudadas. Fluyó por medio del ECB y los Estados receptores a los grandes bancos y fondos de inversión.

Al contrario de la sabidurí­a oficial, los Estados receptores no querí­an dicha “ayuda”, no de esta manera. La opción natural para ellos era admitir la insolvencia y dejar que cayeran lo prestamistas privados, dondequiera que estuvieran basados, comerse sus píérdidas.

Pero esto no podí­a ser. Como reveló recientemente el Ministro de Finanzas Brian Lenihan, Irlanda fue forzado a aceptar el dinero. Lo mismo sucedió al primer ministro portuguíés Josíé Sócrates, aunque íél puede que estíé menos dispuesto a admitirlo que Mr. Lenihan.

¿Por quíé la fuerza chantajista extorsionadora de Bruselas-Frankfurt forzó a estos paí­ses a aceptar el dinero junto con los planes de “recuperación” que fracasarí­an inevitablemente? Porque necesitaban agradar a los devoradores de contribuyentes de la banca, los cuales de otra forma podrí­an rechazar aparecer en la próxima subasta de bonos de España, Bíélgica, Italia o Francia.

Desafortunadamente para este cartel financiero y polí­tico, el plan no está funcionando. Bajo este esquema, Grecia, Irlanda y Portugal están arruinados. Nunca podrán ahorrar y crecer lo suficientemente rápido para pagar sus deudas con los que Bruselas les ha cargado en nombre de su salvación.

Y por lo tanto, sin amputación, la gangrena se expande. El sector inmobiliario español es mucho mayor y más inexplorado que el irlandíés. No es que las Cajas estíén en peligro. Existen importantes bancos españoles donde debajo de la superficie de sus balances puede haber un zombie. El reloj no se detiene y el problema no desaparece.

Crear el Mecanismo de Estabilidad Europea no es la solución. Institucionalizarí­a el sistema de transferencia de riqueza de los ciudadanos privados a los polí­ticos comprometidos con los de otra forma fracasados banqueros, creando un inmenso riesgo moral y destruyendo lo que queda del panorama competitivo bancario europeo.

Algunos defienden el Mecanismo de Estabilidad Europeo, diciendo que su uso requerirí­a siempre de unanimidad. Pero el actual desastre de Portugal muestra que la íélite en Bruselas tratará de forzar la unanimidad por medio de presiones cuando no pueda ser obtenido por la persuasión. La abolición de la unanimidad es solo una cuestión de tiempo. Despuíés de eso tenemos una unión de transferencias fiscales a toda máquina que es obviamente del gusto del corporativismo anti crecimiento de Bruselas.

Afortunadamente no es demasiado tarde para detener la infección. Para los bancos, necesitamos test de estríés serios y honestos. Parar la actual farsa de inspiración polí­tica. En cambio, realizar una auditoria paralela por reguladores y grupos independientes incluyendo acadíémicos y partes interesadas. Confiar pero verificar.

Los bancos e instituciones financieras insolventes deben ser cerrados a cal y canto, purgando así­ la insolvencia del sistema. Debemos recuperar el principio de mercado de la libertad para fracasar.

Si algunos bancos son recapitalizados con dinero del contribuyente, los contribuyentes deberí­an de obtener acciones de propiedad a cambio y el consejo entero deberí­a de ser expulsado. Pero antes de que se contemple la participación del contribuyente, es esencial aplicar grandes quitas a los bonistas.

Para los bonos soberanos, la libertad para fracasar es de nuevo la clave. Es necesario una restructuración significativa para una recuperación genuina. Sí­, los mercados castigarán a los estados en quiebra pero tambiíén son rápidos a la hora de olvidar. Los planes actuales están destruyendo a las economí­as reales de Europa por medio de impuestos elevados y transferencias de riqueza de las familias ordinarias a los cofres de los bancos y estados insolventes. Una restructuración que deje el nivel de deuda del paí­s a niveles manejables y anime al retorno de polí­ticas orientadas al crecimiento que podrí­an llevar al rápido restablecimiento de los mercados internacionales de deuda.

No se trata solamente de economí­a. La gente se siente traicionada. En Irlanda, los partidos entrantes al nuevo gobierno prometieron responsabilizar a los bonistas, pero sucumbieron bajo presión, dejando a sus votantes con una sensación de desengaño democrático. Las íélites de Bruselas han dicho que Finlandia debe de cumplir sus compromisos con sus socios europeos, pero Bruselas permanece en silencio sobre si los polí­ticos nacionales deberí­an de cumplir sus promesas a sus propios votantes. En una democracia, donde se gobierna bajo el consentimiento de los ciudadanos, el poder es un príéstamo. Hacemos lo que prometemos, incluso si ello cuesta una cena en Bruselas, un perfil mediático “negativo” o un asiento en el gabinete.

Cuando en la larga noche Europea de 1939-45, la Guerra llegó a Finlandia con los granizos de invierno, mi madre era una de ocho hermanas de una pequeña granja del centro de Finlandia donde mis abuelos llevaban una vida frugal.
Mis dos tí­os más jóvenes corrieron al frente y ambos fueron heridos en acción durante el capí­tulo finlandíés de la más terrible tragedia europea. Fui educado sabiendo que la guerra genocida nunca debí­a de ser repetida en nuestro continente y entendí­ que valores y principio motivaron originalmente el establecimiento de la Unión Europea.

Esta Europa, esta visión, fue una que ofreció al pueblo de Finlandia y de toda Europa el regalo de la paz fundado en la democracia, la libertad, la justicia y la subsidiariedad. Esta Europa merece la pena, y es con un profundo pesar que veo como este proyecto está siendo puesto en peligro por una íélite polí­tica que sacrificarí­a los intereses de los ciudadanos ordinarios con tal de proteger a ciertos intereses corporativos.

Europa puede todaví­a recuperarse de esta potencialmente enfermedad terminal y declive. La insolvencia debe ser purgada del sistema y esto debe de hacerse de manera honesta y abierta. El camino no es fácil pero ese es siempre el camino correcto para Finlandia y Europa.

Mr. Timo Soini es el secretario general de los verdaderos finlandeses.