Telefónica comunicó ayer a los sindicatos las líneas básicas de la memoria del expediente de regulación de empleo (ERE), que va a poner en marcha en su filial española. La operadora ha elevado a 8.500 los empleados incluidos en este plan. Inicialmente, y tal como explicó Guillermo Ansaldo, presidente de Telefónica España, en la reciente conferencia con inversores que el grupo celebró en Londres, el plan pasaba por reducir la fuerza laboral en nuestro país en un 20%, lo que suponía un número próximo a las 6.500 personas.
No obstante, y dentro de los nuevos planes diseñados por Telefónica España, el periodo de desvinculación del ERE pasará de los tres años planeados inicialmente a un total de cinco. Es decir, se prolonga el periodo de tiempo de salidas y la plantilla afectada aumentará hasta el 25%.
Según los planes iniciales, habrían abandonado la compañía en torno a 2.166 trabajadores cada año durante los tres ejercicios de duración prevista inicialmente para el ERE. El nuevo plan reduce la cifra a 1.700 empleados anuales -un 21,5% inferior respecto al proyecto diseñado en un principio- aunque al sumar dos años, el conjunto se incrementará en 2.000 trabajadores. En este sentido, fuentes conocedoras de las negociaciones señalaron que los sindicatos habían solicitado a la dirección una reducción de las bajas previstas para cada año, tal y como ahora plantea la empresa.
El ERE supondrá un recorte del 6,6% de la plantilla mundial de Telefónica, que asciende a algo más de 128.000 trabajadores, aunque concentrado en España, implica la citada reducción del 25% de la fuerza laboral en nuestro país, que ronda las 34.000 personas. De ellos, en torno a 28.000 pertenecen a la división de telefonía fija.
Voluntariedad
No obstante, en la operadora se recordó que el número total de afectados no se sabrá hasta la conclusión del periodo de vigencia del ERE, el 31 de diciembre de 2015, pues los procesos serán voluntarios. En este sentido, en el anterior ERE no se alcanzó el número previsto de salidas. De hecho, dejaron la empresa un total de 13.500 empleados cuando en el plan se había fijado la cifra de 15.000 trabajadores.
En cualquier caso, la dirección de Telefónica ha reiterado que el ERE que se va a poner en marcha va a mantener tres principios básicos: universalidad, voluntariedad y no discriminación. Según la operadora, estas líneas se han mantenido en todos los procesos negociadores con las centrales sindicales a lo largo de toda la historia de la compañía.
Al mismo tiempo, la empresa ha indicado que las desvinculaciones van a garantizar estabilidad y paz social durante los cinco años de duración del ERE para los trabajadores que permanezcan en el grupo. Con esta premisa, la operadora indicó que durante este periodo de tiempo ni se pondrán en marcha nuevos expedientes de regulación de empleo ni habrá otros despidos.
De igual forma, Telefónica comunicó a las centrales sindicales que prevíé poner en marcha un plan social, que será negociado con los propios sindicatos que incluiría programas de salidas voluntarias adaptadas a colectivos específicos, planes de formación para nuevos perfiles profesionales, con especial íénfasis sobre la empleabilidad y la polivalencia, además de la creación de empleo nuevo.
En este sentido, fuentes sindicales indicaron que en la memoria del ERE se incluye un compromiso de creación de empleo por parte de Telefónica hasta un máximo del 5% de la plantilla afectada por este programa de ajustes, informa Europa Press. De esta manera, si se acogiesen al plan los 8.500 trabajadores establecidos, supondría la incorporación de cerca de 425 nuevos empleados. Una cifra que para los sindicatos es "claramente insuficiente".
Alierta advirtió de la necesidad de poner en marcha el plan
Cíésar Alierta, presidente de Telefónica, dejó claro en la junta de accionistas de la compañía celebrada la pasada semana, que la empresa tiene la necesidad de reducir la plantilla de su división en España, que actualmente es el doble en tamaño que la de todos sus rivales en los negocios de telefonía fija y móvil juntos. Alierta llegó a asegurar ante los accionistas, y en medio de las críticas de sindicatos minoritarios como CGT y AST, que sin las reestructuraciones de plantilla que el grupo hizo en los años 90, la operadora estaría hoy quebrada. Además, recordó que Telefónica redujo sus ingresos en España un 5,6% en el primer trimestre por la crisis y la presión de la competencia.
El directivo, no obstante, indicó que los ajustes estarán bajo las premisas de voluntariedad, universalidad y no discriminación. Además, dijo que la compañía iba a buscar el acuerdo con los sindicatos mayoritarios.
La compañía asegura que mantendrá sus inversiones
Telefónica ha querido destacar que ha sido siempre una de las principales compañías inversoras en España dentro del mundo de las telecomunicaciones. Según los últimos datos oficiales de la CMT, correspondientes a 2009, Telefónica España aportó el 43% de la inversión en el sector. Asimismo, la operadora elevó su inversión en un 8,4% con respecto al ejercicio anterior mientras que en el primer trimestre de 2011, incrementó su capex en un 15,8% hasta 386 millones de euros. En la memoria del ERE, la empresa asegura que seguirá invirtiendo.
De todas maneras, la compañía va a justificar el ERE en causas económicas, de organización, de tecnología y de producción. Asimismo, la empresa va a defender que grupos rivales como France Tíélíécom y Deutsche Telekom han recibido ayudas públicas en los últimos años, dada la participación estatal en el capital de cada una de ellas.
Plazos
Presentación. La memoria del ERE será presentada mañana al Ministerio de Trabajo.
Tiempo. Los sindicatos tendrán un mes para negociar con la compañía, introducir posibles cambios y aceptar las condiciones del ERE.
Decisión. La memoria será remitida otra vez a Trabajo para que decida si se ajusta a la legalidad.