El Gobierno mexicano se ha convertido en un inesperado aliado de Telefónica al impedir la entrada de su archirrival Carlos Slim en la televisión de pago.
Telefónica no opera en telefonía fija en Míéxico; tampoco en televisión de pago. Su campo es el móvil, pero no por eso es menos importante para ella la noticia de que un rival tiene problemas para competir mejor.
Y menos cuando ese competidor es Carlos Slim, el magnate mexicano dueño de Amíérica Móvil, la gran rival de Telefónica al otro lado del Atlántico. Esta compañía había pedido permiso para lanzarse a un nuevo negocio: la televisión de pago en Míéxico a travíés de su filial de telefonía fija, Telmex. Con este servicio, la operadora habría sumado un arma más para convencer a los clientes de unirse a ella y no a Telefónica, al ser capaz de vender paquetes que incluyeran internet, telefonía fija, televisión e incluso móvil, así como hacer ofertas cruzadas entre ellos.
Pero las autoridades se lo han impedido. La Secretaría de Comunicaciones y Transportes ha rechazado la petición de Slim. ¿La razón? La compañía no ha cumplido determinadas condiciones de su licencia, incluida la obligación de dar conexión eficiente a sus rivales, algo de lo que sus competidores se han quejado durante años.
Se trata del segundo revíés que recibe Slim en poco tiempo y la segunda buena noticia para Telefónica en Míéxico, ya que a finales de abril las autoridades impusieron a Amíérica Móvil una multa de 1.000 millones de dólares por trabar a los rivales de móvil. En ese caso, Telefónica fue uno de los denunciantes. En el actual, su beneficio es menos palpable, aunque tener un rival limitado, capaz de dar menos servicios y que no cuenta con el favor declarado del Gobierno no deja de ser provechoso para ella.
La expulsión de Slim del negocio de la televisión tiene, sin embargo, más claras ganadoras. Se trata de Televisa y de Televisión Azteca, que se habrían visto directamente amenazadas por la incursión de Telmex en esta actividad. El Gobierno mexicano ha hecho todo lo posible por retrasar su decisión y no tener que manifestarse, pero tras cinco años de silencio, ha tenido que pronunciarse sobre la petición de Amíérica Móvil presionada por una resolución judicial.
La compañía ha asegurado este lunes que la decisión es injusta y que seguirá intentando obtener el visto bueno, pero al menos Telefónica, Televisa y Televisión Azteca tienen más tiempo para prepararse.