La agencia de calificación crediticia ha bajado el rating de Grecia en tres escalones, hasta "Caa1" desde "B1". Además, mantiene la perspectiva en negativa, lo que significa que podría haber un nuevo recortes. La estupidez de la esperanza: Grecia sigue abocada al default.
La calificadora señala que la nueva nota recoge la posibilidad de que los bancos tengan que participar en el futuro en una reestructuración de la deuda como condición para que la UE y el FMI sigan prestando su ayuda económica.
Además, señala que en horizontes de inversión a cinco años, sólo el 50% de los clientes a los que se les asignó la nota "Caa1" fueron capaces de evitar el default.
Según la escala de Moody's, sólo quedan tres notas más por debajo de esta: "Caa2", "Caa3" y "C".
En este sentido, la agencia explica que el 'rating' 'Caa1' incorpora la opinión de que las actuales negociaciones entre el Gobierno griego y la 'Troika' (UE, BCE y FMI) se traducirán en un mayor apoyo financiera al Ejecutivo heleno y el anuncio de medidas adicionales de austeridad y reformas estructurales.
Asimismo, aclara que la perspectiva negativa refleja la opinión de Moody's de que el muy elevado endeudamiento del país, los significativos riesgos en la aplicación de su paquete de reformas estructurales y la necesidades permanentes de apoyo externo amenazan con nuevas revisiones de la calificación a la baja.
Con esta medida, Moody's sigue los pasos de las otras dos agencias de calificación crediticia más importantes, Fitch y Standard & Poor's (S&P), que en el mes de mayo rebajaron la calificación de la deuda helena en tres y dos escalones respectivamente.
En concreto, Fitch recortó el pasado 20 de mayo el 'rating' de Grecia desde 'BB+' hasta 'B+', debido a las dificultades para cumplir con sus objetivos de díéficit y al riesgo de que sea necesaria una reestructuración de la deuda, y lo situó en revisión para una posible rebaja (Rating Watch Negative).
Anteriormente, el 9 de mayo, S&P rebajó la calificación de la deuda a largo plazo de Grecia, desde 'BB-' a 'B', ante la posibilidad de que sea necesaria una reestructuración de la deuda helena, y no descartó nuevas rebajas en los próximos tres meses.