La desconfianza en el sector financiero español y, especialmente en las cajas de ahorros, ha llegado a la Autoridad Bancaria Europea (EBA). Tal es la inquietud de este organismo que se ha visto obligada a retrasar la publicación de los resultados de los test de estríés, reclamar datos adicionales y más precisos, y realizar de nuevo las pruebas de resistencia.
Según fuentes financieras, la EBA mostró recientemente su asombro al Banco de España por el aprobado de todas y cada una de las entidades que se presentan al examen, es decir, la práctica totalidad del sistema. Le expresó además sus dudas sobre las consecuencias de publicar unas cifras demasiado optimistas, ya que el mercado podría acusar de falta rigurosidad los test como ocurrió en los anteriores, realizados el pasado verano.
El verdadero temor es que el sector español se convierta en otro caso irlandíés. En las pruebas de 2010, los tres bancos irlandeses que se presentaron aprobaron y meses despuíés tuvieron que reclamar ayudas al Estado para salir adelante, lo que provocó el rescate del país. No confía en los datos aportados, porque en otros sistemas hay suspensos a pesar de que el análisis se ha llevado a cabo a un número menor de entidades y una infinidad de grupos que no pasarían el examen si se presentaran.
Hay que subrayar que de las 91 entidades, 24 son españolas, por lo que es fundamental que la aplicación de las pruebas sea lo más fiable posible y generen transparencia y confianza a los inversores.
Variables dispares
El aprobado de todos los grupos de nuestro país se debe a que el Banco de España ha presionado para que se tengan en cuenta las ayudas comprometidas, pero no desembolsadas, con el objetivo de que cumplan con los nuevos requisitos de capital, que suman unos 16.000 millones de euros.
Estos recursos y otras variables han distorsionado la metodología aplicada por la EBA en los test. Los parámetros no son homogíéneos en todas las entidades europeas analizadas. í‰ste es otro de los motivos que ha llevado a este organismo a posponer y reelaborar el examen. Según otras fuentes financieras, una de las claves de introducir nuevos míétodos en la ejecución de las pruebas es equiparar las rúbricas en estudio y que los resultados sean menos dispares.
Otra de las causas que han empujado a la EBA a retrasar los test, aunque menos determinante, ha sido la situación por la que atraviesa Grecia. El examen no contempla un escenario de reestructuración de deuda en ningún país europeo, algo que podría suceder en el caso heleno si la UE y el FMI se niegan a conceder una segunda ayuda a Atenas. En la actualidad, está prácticamente descontado que Grecia vaya a recibir un segundo rescate.
Malestar
El aplazamiento de los resultados de los test de estríés perjudican a varias entidades. Algunas de ellas mostraron su malestar y descontento a este periódico y solicitaron que las pruebas sean obligatorias para todas las entidades europeas. Entre ellas, destacan los grupos de cajas que tienen previsto salir a bolsa en julio y los bancos medianos que centran su actividad en España y que dependen de los mercados para financiarse.
Aunque todavía es pronto para evaluar el impacto, tanto Bankia como Banca Cívica podrían verse afectados en su salto al parquíé. En principio las pruebas se iban a conocer a mediados de junio, lo que iba a despejar las dudas de algunos inversores interesados en entrar en su capital. Ahora las pruebas ni siquiera podrían estar listas en julio, con lo que la incertidumbre de estos inversores podría llevarles a reclamar descuentos adicionales en el precio de adquisición, sostienen fuentes del sector. Las rebajas a día de hoy ya son demasiado elevadas, a juicio de las propias entidades, con lo podrían verse abocadas a aplazar hasta octubre estas operaciones hasta que el horizonte se haya despejado.
Por el momento, los planes continúan adelante y tanto Bankia como Banca Cívica planean debutar en el parquíé en la primera quincena de julio. La primera espera obtener entre 3.000 y 4.000 millones de euros, mientras que la segunda pretende captar hasta 1.000 millones para cumplir con las exigencias de capital.