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Autor Tema: El apagón nuclear es un yacimiento de negocios  (Leído 363 veces)

Zorro

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El apagón nuclear es un yacimiento de negocios
« en: Junio 04, 2011, 09:20:49 am »
El apagón nuclear es un yacimiento de negocios
 
Fuente: Cinco Dí­as

La hoja de ruta que marcó este lunes la canciller alemana, Angela Merkel, cuando dio un volantazo polí­tico a su polí­tica nuclear para anunciar el cierre de todas las centrales alemanas de aquí­ a 2022, ha puesto de nuevo sobre la mesa de Europa el debate sobre el futuro de la energí­a atómica. El drástico cambio de rumbo de Berlí­n es la prueba fehaciente de que el impacto del terremoto y el tsunami que produjeron miles de muertos en Japón, asolaron parte del paí­s y, al tiempo, se llevaron por delante la central de Fukushima, arrastraron en aquella ola de desolación tambiíén gran parte de la confianza que en los sistemas de seguridad nuclear se habí­a desarrollado los últimos años en el mundo.
 
El giro respecto a esta fuente energíética de Berlí­n, que en menos de un año ha pasado de ser decididamente pro nuclear -el pasado otoño aprobó una ley para prolongar la vida de los reactores 14 años de media y retrasar el apagón hasta 2036- al contundente no gracias, vuelve a poner la cuestión sobre la mesa de todos los Gobiernos europeos, menos el de Francia. Al tiempo, da a los antinucleares un nuevo impulso, que se suma a la inercia cogida tras el desastre de Japón. Todo esto, sin embargo, no debe hacer olvidar que la decisión de Merkel está alimentada sobre todo por una urgencia polí­tica, y como transacción a cambio de votos de una opinión pública alemana adversa a la energí­a atómica y reforzada tras la crisis nipona.
 
Los mercados se han encargado de señalar con rapidez a los perjudicados por este nuevo escenario en tíérminos de negocio. Y, entre estos, y antes de que renueven sus estrategias, están los grandes grupos elíéctricos alemanes como RWE o Eon que, además, han de hacer frente a un impuesto nuclear reciíén creado y ya diseñan acciones legales contra la medida. Tambiíén, obviamente, se verán penalizados los ingresos de los productores de equipos nucleares.
 

Por el contrario, enfrente aparece un sector ganador en el nuevo paisaje energíético europeo que se vislumbra: el de las energí­as renovables. Aunque en esa denominación geníérica caben sistemas muy diferentes, tanto la energí­a solar como la eólica se asoman a un horizonte de optimismo por la llegada de nuevos negocios. No son los únicos. El primero es el que supondrá la actividad de cierre y desmantelamiento de cada una de las centrales. Pero en una economí­a como la alemana, en la que la producción de energí­a nuclear equivale al 23% del total, la sustitución de esa fuente abre oportunidades impensables hace solo unos dí­as. Y en ese campo es donde puede y debe jugar fuerte España.
 
Pocas veces en la historia de nuestro paí­s -si ha habido alguna- hemos podido presumir de contar con un sector manufacturero puntero como ha ocurrido con las energí­as renovables. El apoyo manifiesto del presidente de EE UU, Barack Obama, a grupos españoles como Abengoa o Gamesa, con importantes instalaciones en aquel paí­s, son el sí­mbolo más claro de la potencia que puede adquirir el sector español de renovables si se saben hacer las cosas. El importante yacimiento de posibilidades de negocio que se abre se ha reflejado en los mercados bursátiles tras el anuncio alemán. Eso quiere decir que tambiíén existe un potencial inversor embalsado a la espera.
 

Compañí­as como las citadas y otras muchas, centradas en el campo de las renovables podrán impulsar así­ sus planes de producción con tecnologí­as que ya dominan, pero sobre todo deberán potenciar su capacidad de I+D+i en busca de nuevas soluciones que las hagan más competitivas y para reforzar un inestimable liderazgo mundial. Otras, como Gas Natural, tambiíén podrán sacar partido al nuevo marco no nuclear. Es decir, lo ocurrido en Japón y el no nukes de Merkel abren oportunidades a las distintas fuentes de energí­a dentro de un mix energíético competitivo. Y este se debe afrontar desde el punto de vista de la sostenibilidad y la eficiencia, y no con simplificaciones populistas o ideológicas. Porque con unas energí­a fósiles contaminantes y lastradas por inestabilidades polí­ticas y una alternativa de las renovables en las que el precio sigue suponiendo un hándicap, conviene no dejar de lado y afrontar sin apriorismos el renovado debate sobre la seguridad nuclear. Una energí­a que, hoy por hoy, sigue siendo eficiente y competitiva.