Tras seis años de Gobierno socialista y en la peor crisis de su democracia, Portugal ha girado a la derecha. El vencedor de las elecciones, Pedro Passos Coelho, del Partido Social Demócrata (PSD, centro-derecha), anunció la formación de un Gobierno "de mayoría" al que está dispuesto a sumarse su habitual aliado democratacristiano, el Centro Democrático Social-Partido Popular (CDS-PP).
Al cierre del escrutinio provisional y pendiente de contabilizar el voto de los emigrantes, el PSD obtenía el 38,6% de los votos y 105 de los 230 diputados del Parlamento, 24 más que en las legislativas de hace dos años. Por su parte el CDS-PP sumaba un 11,7% de votos y 24 diputados, frente a los 21 de 2009. El partido del socialista Jose Sócrates sufrió una severa derrota al obtener un 28% de los votos y 73 escaños, 21 menos que en los anteriores comicios.
El nuevo Ejecutivo estará al frente del país en un período de severa austeridad y recesión tras recibir un rescate de 78.000 millones de euros de la Unión Europea y el FMI. De hecho, los nuevos líderes tendrán en sus manos la responsabilidad de meter en cintura la economía del país y poner en marcha un drástico plan de ajuste exigido por la Comisión Europea, FMI y BCE como contraprestación a la ayuda prestada para evitar su bancarrota.
Jose Socrates, que había estado gobernando en minoría, presentó su dimisión en el mes de marzo tras el rechazo a sus propuestas para reducir el díéficit del país y evitar la quiebra. El imparable aumento de la deuda lusa y las dificultades del país para encontrar financiación en los mercados, desencadenó el rescate del país, el tercero tras los de Grecia e Irlanda, situando en 256.000 millones de euros el apoyo de las instituciones internacionales para intentar poner freno a la crisis de deuda europea.
Socrates, quien permaneció como primer ministro interino tras renunciar en marzo, se encontraba a la mitad de su segundo mandato cuando colapsó su gobierno minoritario, bajo el peso de la crisis de deuda y el grave estado de la economía portuguesa. Según los expertos, otro Gobierno en minoría podría poner en peligro la capacidad de Portugal para llevar a cabo el agresivo plan de ajuste necesario para meter en cintura su economía y recibir los fondos necesarios para salir adelante.
Los comicios ponen fin a un período de agitación política y financiera que comenzó con la caída del Gobierno socialista en marzo y llevó a Lisboa a convertirse en el tercer país de la zona euro en buscar un rescate financiero tras Grecia e Irlanda. El futuro de Portugal depende de ese príéstamo millonario. Un príéstamo condicionado a la puesta en marcha de un drástico plan de austeridad que los tres principales partidos se han comprometido a cumplir a rajatabla.
El plan de ajuste acordado por las tres grandes fuerzas políticas portuguesas con el FMI, el BCE y la Comisión Europea establece como objetivo un díéficit público del 3% del PIB en 2013. La troika visitará Portugal trimestralmente para vigilar el cumplimiento del mismo. Las cuentas públicas lusas presentan un díéficit de 8,7% del PIB y una deuda del 92,4% del mismo.
A esto se suma una economía en recesión, y una tasa de desempleo en el 12,4%, según cifras oficiales y en el 13,5% según los sindicatos, el nivel más alto en tres díécadas. Además, se espera una contracción de la economía del 2% este año.
La victoria de Passos Coelho significará posiblemente que los socialdemócratas deberán aliarse con el pequeño partido de derecha CDS para formar una mayoría en el Parlamento. "Será la opción más sencilla para que los socialdemócratas y el CDS puedan asegurar una mayoría absoluta entre los dos", dijo a Reuters Barroso, analista sobre Europa en Eurasia.
¿Cómo reaccionarán los mercados?
La formación de un Gobierno de centroderecha sería bien recibida por los inversores, que perdieron la confianza en el país en los últimos meses, deshaciíéndose de sus bonos y elevando las tasas de príéstamos a máximos históricos. No obstante, algunos expertos aseguran que "el mercado no tienen preferencia ni por los socialistas ni por los socialdemócratas. Su única preferencia es que de las elecciones salga una clara mayoría", comentaba a Bloomberg un analista.
Los costes de financiación de Portugal no han dejado de subir desde el rescate. En la subasta del 1 de junio, los bonos a tres años -850 millones de euros- se colocaron a una rentabilidad media del 4,967, frente al 4,652% del 4 de mayo. Portugal se enfrenta a reembolsos de 4.900 millones de euros el próximo 15 de junio.
Por otro lado, la prima de riesgo entre el bono luso a 10 años y el bund alemán se encontraba el viernes en 673 puntos básico frente a los máximos del 30 de mayo, en 683 puntos. La rentabilidad de estos bonos se encontraba en el 9,745% y a cinco años en el 11,393%