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Autor Tema: Cuidado con la letra pequeña de las ofertas de la guerra del móvil  (Leído 283 veces)

Eguzki

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El sector del móvil está al rojo vivo y en plena guerra de ofertas, pero las operadoras siguen intentando sacar el máximo de los clientes con condiciones en la letra pequeña.
¿Por quíé las operadoras insisten tanto en la venta telefónica? Porque saben que funciona; porque son conscientes de que, por mucho que los clientes se quejen de la molestia de llamadas casi constantes a cualquier hora del dí­a, la realidad es que se consiguen altas, que se logra que un abonado de una compañí­a rival se cambie o que el usuario propio aumente su factura con un nuevo producto.

Lo mismo sucede con la letra pequeña de las ofertas. ¿Quíé sentido tiene que una compañí­a no diga toda la verdad a sus clientes y que se enfrente a un usuario insatisfecho cuando le toque pagar o sufrir lo que ha firmado sin saber? "Todas las ofertas tienen letra pequeña", reconoce una fuente de una operadora. Y es que al final, añade otra fuente del sector, las operadoras son empresas y tienen que cuadrar sus cuentas por mucho que parezca que están lanzadas a una guerra de precios sin cuartel.

Que haya letra pequeña no implica que la compañí­a mienta a sus clientes. La mayorí­a de las veces, las condiciones están incluidas en algún sitio de la publicidad, lo que pasa es que no se destacan y pueden pasar en muchos casos desapercibidas o no estar del todo claras.

Consumo mí­nimo y cuota

Por ejemplo, un aspecto que causa confusión es la combinación de cuota mensual y consumo mí­nimo. Es lo que sucede con la nueva tarifa de Movistar de llamadas a seis cíéntimos el minuto. La cuota mensual es de seis euros, con un consumo mí­nimo de nueve euros "en el que computa el valor de la cuota", dice el argumentario legal de la oferta. La buena noticia es que eso significa que las dos cifras no se suman. Es decir, el cliente no paga todos los meses seis euros de cuota y nueve de consumo. Sin embargo, tampoco quiere decir que la cuota se diluya en el consumo y pueda compensarse de esa forma. No. Los seis euros se pagan todos los meses al margen de cuánto se use el telíéfono y luego quedan solo tres euros más de gasto hasta llegar al mí­nimo de nueve euros. Si un usuario consume diez euros de móvil, pagará 16 euros al mes.

Esta polí­tica es distinta a la que tienen otras operadoras, donde no hay cuota, sino solo consumo mí­nimo, así­ que todo el gasto mensual corresponde a uso de telíéfono. Por ejemplo, todas las tarifas de Másmovil, Yoigo y la de cinco cíéntimos de Jazztel tienen consumo mí­nimo, pero en ningún caso tienen cuota.

En esta misma tarifa hay otras condiciones a tener en cuenta. En general, se trata de un precio al que pueden acceder todos los clientes, ya vengan de otro operador o sean de la casa. Sin embargo, en algunos casos hay cuotas de por medio.

Contratar la tarifa de seis cíéntimos por minuto es gratis para los clientes de otros operadores que hagan la portabilidad a Movistar y los que estíén en esta compañí­a con prepago y pasen a contrato. Sin embargo, las nuevas altas que quieran tener esta tarifa tendrán que pagar una cuota de 21 euros (todos los precios están sin IVA) y los que ya sean clientes de Movistar de contrato tendrán que mirar sus condiciones, porque es posible que tengan vigente algún compromiso de permanencia cuya ruptura les ocasione un coste. Además, en Telefónica cambiar de plan tarifario no siempre es gratuito. Se pueden hacer dos al año sin coste y "todos los que impliquen el paso a un contrato de mayor nivel de cuota mensual o consumo mí­nimo", dice la compañí­a. Si no es así­, hay que pagar seis euros.

No para todos los clientes

Otro aspecto que no siempre está claro es a quiíén benefician los nuevos lanzamientos. Y normalmente los clientes que ya estíén con el operador en cuestión son los últimos de la lista. Eso pasa con la nueva tarifa de Orange de seis cíéntimos el minuto, la que lanzará el próximo lunes para contrarrestar a Movistar.

En el caso de la filial de France Tíélíécom, esta tarifa está disponible para portabilidades y nuevas altas, pero, en principio, no para los propios clientes, aunque este punto puede revisarse. Además, lleva asociada seis meses de permanencia obligatoria.

Recarga mí­nima

En el caso de ofertas para clientes de tarjeta, el llamado prepago, un punto que no debe pasarse por alto es la exigencia de recargas mí­nimas y periódicas para acceder a alguna tarifa concreta. Así­ sucede con el precio de ocho cíéntimos por minuto de la tarifa XS 8 de Vodafone. El cliente tiene que realizar una recarga mí­nima de 10 euros para tener acceso a este precio, que le dura 30 dí­as. Si vuelve a cargar ese importe tras ese plazo, se renueva la oferta. Si no, el precio por minuto sube a 15 cíéntimos.

Por ese mismo precio de ocho cíéntimos el minuto, Jazztel ofrece una tarifa a los usuarios de tarjeta que no tiene recarga mí­nima. Pero si el cliente quiere reducir el precio y pagar sólo cinco cíéntimos, entonces hay que recargar un mí­nimo de diez euros al mes.

Cuidado con los SMS

Normalmente, el reclamo de la publicidad suele ser el precio por minuto de las llamadas a móviles. Por eso, hay que comprobar cuánto se va a cobrar por los SMS. La nueva tarifa de Orange es meridiana en este punto: las llamadas son a seis cíéntimos y los mensajes a móviles, tambiíén. Por eso, quizá, el producto se llama Básico 6. Sin embargo, la Tarifa 6 de Movistar da nombre al precio de las llamadas, pero no al de los mensajes, que cuestan 15 cíéntimos.

Otro caso es el de Yoigo, donde la mayorí­a de los contratos llevan aparejados SMS a diez cíéntimos, aunque se pague cuatro cíéntimos por minuto de llamada.

Bajos precios a cambio de tarifas de datos

Otro reclamo muy usado por las operadoras es resaltar un precio por minuto muy bajo, pero que solo se consigue si se paga un extra por consumo de datos.

Navegación ilimitada. ¿Seguro?

Una de las letras pequeñas más tradicionales en el sector está detrás del asterisco que se pone cuando se anuncian tarifas planas de datos "ilimitadas", la llamada banda ancha móvil. Estos contratos son ilimitados, sí­, pero sólo hasta que se llega a un lí­mite, porque casi siempre lo hay. En la mayorí­a de los casos, lo máximo que se puede conseguir por el precio anunciado es descargar 500 MB, uno o dos gigas con banda ancha real, porque a partir de ahí­ la velocidad cae en picado.