-Mientras hojea un antiguo álbum de fotos, Molook Amini, de 74 años, dice que le gustaría comprar una moneda de oro como regalo de bodas para su nieta más joven, al igual que lo hizo con sus otros nietos.
"Siempre fue una tradición darles monedas de oro a miembros cercanos de la familia en ocasiones especiales. Este año, por primera vez, no puedo costearlo", declaró.
Ya sea para regalos de bodas o como un modo de ahorro, los iraníes tienen un largo historial de compra de monedas de oro, disponibles en comercios de calles importantes y bazares. Pero recientemente, lo que era una sostenida demanda se convirtió en una fiebre del oro.
Ante la incertidumbre económica global, el precio del oro en los mercados mundiales ha subido de forma pareja en la primera mitad de 2011 y las monedas iraníes se apreciaron a la par de la tendencia.
En lugar de vender sus monedas para percibir ganancias, los iraníes siguieron comprándolas en cantidades incluso mayores.
"Usualmente, cuando el precio de algo aumenta, la demanda disminuye. Pero en el caso del oro, parece ser que los precios más elevados están creando una mayor demanda", dijo un minorista de oro en Teherán que pidió no ser identificado.
La fiebre del oro iraní ha sido impulsada mayormente por los temores sobre la economía local, en especial ante el riesgo de la inflación y una moneda díébil, dijo el comerciante.
Además de las preocupaciones por una doble recesión, la economía ha sido perjudicada por sanciones mientras Estados Unidos encabeza la presión global sobre Teherán respecto de su programa nuclear, que según Occidente apunta al desarrollo de armas atómicas, una acusación rechazada por Irán.
"Las razones por las que las personas se ven atraídas a estos bienes seguros - monedas de oro y divisas fuertes - son, en primer lugar, la limitada variedad de oportunidades de inversión, y en segundo, el temor a la debilidad de la moneda nacional", dijo un economista que pidió no ser nombrado.
"Estos son los resultados de una posible mayor inestabilidad económica en el país", agregó.
Atesorados como depósitos de valor, las monedas de oro de Irán, acuñadas durante siglos, tambiíén son importantes a nivel cultural.
Tradicionalmente llevaban impresos rostros de los reyes. Despuíés de la revolución de 1979, la república islámica empezó a emitir monedas Bahar-e Azadi (Manantial de libertad), algunas de las cuales llevaban grabadas la imagen del ayatolá Ruhollah Khomeini, que lideró la revuelta contra el último shá.
Producidas por el Banco Central de Irán, una moneda de oro estándar pesa 8,133 gramos. Tambiíén se venden en denominaciones menores de media y un cuarto de moneda.
En junio el precio de la moneda de oro Bahar-e Azadi alcanzó un ríécord histórico que rondaba los 4.550.000 riales (422 dólares), comparado con un año atrás, cuando se vendía por alrededor de 3.120.000 riales.
Las autoridades iraníes han negado en reiteradas ocasiones que las sanciones estíén perjudicando al país, e insisten en que la economía está robusta.
Pero a muchos les preocupa que guardar sus riquezas en riales sea un riesgo.
"Podemos guardar las monedas en casa y sentirnos seguros", dijo el operador Mohammad, quien asegura que las sanciones financieras dificultan transferir capitales al exterior, por ejemplo para comprar propiedades en Dubái o Europa.
Inflación y devaluación
Ahorrar en riales tambiíén es menos atractivo que hace unos meses, luego que el Gobierno redujera la tasa de interíés bancaria para los depósitos. La rentabilidad en abril fue reducida del rango al 14-17 por ciento, por debajo de lo que muchos iraníes consideran como el actual índice inflacionario.
Las preocupaciones por la disminución del poder adquisitivo del rial y las dudas sobre la estabilidad de la moneda son los principales impulsores de la fiebre del oro.
Si bien el Fondo Monetario Internacional ha elogiado a Irán por reducir la inflación al 12,4 por ciento para 2010-11, desde el 25,4 por ciento dos años antes, la tasa subió nuevamente durante el último año y llegó al 14,2 por ciento en mayo.
Los precios de artículos clave como el combustible, el agua y los alimentos han escalado mucho más rápidamente mientras los subsidios son gradualmente eliminados.
A fines del año pasado, el presidente Mahmoud Ahmadinejad empezó a reducir los subsidios por unos 100.000 millones de dólares y a ofrecer bonos a familias para minimizar el impacto del alza de precios.
La medida, elogiada por el FMI, fue aplicada pese a las advertencias de que las alzas repentinas en los precios del combustible, los alimentos y el agua avivarían la inflación.
Además de acumular oro, muchos iraníes cambiaron sus riales por divisas más fuertes, incrementando tanto la demanda de dólares que el mes pasado el Banco Central se vio forzado a devaluar la moneda local en casi un 11 por ciento.
Esa repentina decisión no mitigó los temores de los iraníes sobre la seguridad de sus ahorros.
Muchos economistas creen que no se ha permitido que el rial, díébilmente ajustado a las principales monedas bajo una "tasa de cambio flotante manejada", se devalúe a la par de la inflación y que la moneda está sobrevalorada en un 30 a un 50 por ciento.
"En estos tiempos de inestabilidad en Irán, la forma más segura de inversión son las monedas de oro porque nadie sabe cuánto bajará el rial o de cuánto serán las tasas de interíés", dijo el empleado del sector privado Saba Aqabala.
En su departamento de Teherán, la abuela Molook aún espera conseguir el dinero para comprarle monedas de oro a su nieta.
"Temo que tendríé que comprarle un electrodomíéstico. O simplemente darle el dinero en efectivo", declaró