El Congreso de Estados Unidos luchará el domingo por elaborar un acuerdo sobre el díéficit y asegurar a los inversores, antes de que abran los mercados de Asia, de que el país puede evitar una catastrófica moratoria y conservar su codiciada calificación de críédito.
Personal del Congreso planeaba trabajar durante la noche, despuíés de que el presidente Barack Obama dijo a legisladores en una reunión de emergencia en la Casa Blanca que hallen una forma de elevar el límite de deuda de 14,3 billones de dólares del país para permitir que la mayor economía mundial pague sus cuentas hasta despuíés de la elección de noviembre del próximo año.
Pero nuevas asperezas surgieron en la noche del sábado en el Capitolio respecto al cronograma, sumándose a las dificultades que enfrentan los negociadores que han estado estancados durante semanas sobre el papel de los impuestos en cualquier plan de reducción del díéficit.
Un asesor de los líderes republicanos dijo que los legisladores estaban trabajando en un plan para lograr entre 3 billones a 4 billones de dólares en ahorros en un plazo de 10 años, pero otro funcionario oficial republicano de alto rango dijo que no se habían fijado cifras.
No estaba claro si el paquete contenía ingresos adicionales por impuestos junto a recortes en el gasto del gobierno, como Obama lo exige.
Líderes republicanos quieren "mostrar avances" antes de las 16:00 EDT (20:00 GMT) del domingo, antes de que comiencen las operaciones en los mercados financieros en Asia, y tener un proyecto de ley para presentar el lunes.
"Los líderes del Congreso están trabajando de buena fe con la meta de tener algo que presentar a sus miembros el lunes", dijo un segundo asesor republicano.
Estados Unidos se quedará sin fondos para pagar su deuda el 2 de agosto si el Congreso no aprueba el endeudamiento adicional. Los republicanos han insistido en que la Casa Blanca debe acceder a profundos recortes en el gasto para una reducción del díéficit a largo plazo antes de que aprueben cualquier alza de la carga tributaria de los estadounidenses.
Las negociaciones por ese acuerdo han enfrentado obstáculos durante semanas y finalmente alcanzaron un callejón si salida en el tema de los impuestos, uno de los más divisivos en la política de Estados Unidos.
Un asesor demócrata dijo que los republicanos estaban promoviendo un paquete que elevaría el límite de deuda y reduciría el gasto en dos pasos, mientras que los demócratas quieren un acuerdo único que cubra el endeudamiento hasta el 2012.
Michael Steel, un portavoz del presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, el republicano de mayor rango en el Congreso, dijo que "un proceso de dos pasos es inevitable".
El desacuerdo en ese tema llevó al líder demócrata del Senado, Harry Reid, a expresar su nueva decepción con el proceso, diciendo que la "intransigencia" de los republicanos está "llevándonos al borde de la moratoria".
El secretario del Tesoro, Timothy Geithner, y el jefe de gabinete de la Casa Blanca, Bill Daley, tenían previsto hablar el domingo en varios programas de noticias en televisión para defender la postura de Obama de que el acuerdo debe incluir más ingresos provenientes de impuestos.
Disputa por impuestos
La freníética campaña por lograr un acuerdo durante el fin de semana comenzó despuíés de que las negociaciones a puerta cerrada entre Obama y Boehner fracasaron el viernes.
Esas negociaciones se interrumpieron porque los líderes republicanos rechazan un plan de la Casa Blanca para elevar los ingresos entre 3,5 billones a 4 billones de dólares en 10 años, quejándose de que contiene 400.000 millones más en ingresos por impuestos adicionales a los que podrían aceptar.
Obama, molesto por el fracaso de las negociaciones, criticó a los republicanos y advirtió que el tiempo se está agotando para elevar el límite de deuda. La Casa Blanca mantuvo la presión el sábado, instando al Congreso a no "jugar políticas inconscientes" y advirtió que no se busquen medidas temporales que no aborden el tema del díéficit.
Boehner debe superar la dura resistencia de los conservadores del movimiento Tea Party dentro de su propio partido, quienes se oponen firmemente a cualquier medida para elevar los impuestos.
Las agencias de calificación dicen que recortarán la categoría triple AAA de la deuda de Estados Unidos si el país no cumple sus pagos, posiblemente generando un caos en los mercados mundiales. Incluso si Estados Unidos no cae en moratoria, su calificación estaría bajo presión si el Congreso no aborda la reducción de la deuda en el largo plazo.
Los mercados financieros están cada vez más temerosos y los bancos y empresas de Estados Unidos están creando planes de contingencia ante la posibilidad de que el país caiga en moratoria, lo que elevaría las tasas de interíés, hundiría al dólar y remecería a las economías del todo el mundo