Telefónica no solo tiene problemas fiscales con el Ministerio de Economía y Hacienda de España. El fisco brasileño tambiíén le ha abierto varios expedientes por diferencias en cuanto al pago del Impuesto a la Circulación de Mercaderías y Servicios (ICMS), un tributo similar al IVA que se abona en nuestro país. El importe total de las reclamaciones asciende a 837 millones de euros.
Las actas fueron levantadas el pasado 13 de junio por parte de la Hacienda Pública del Estado de Sao Paulo contra Telesp en relación a los ejercicios 2008 y 2009. Pero no fueron las primeras. Los inspectores brasileños ya habían puesto su punto de mira sobre las cuentas de la filial latinoamericana de la multinacional española entre 2001 y 2007, abriendo los subsiguientes expedientes.
Actualmente, la mayoría de esas actas de impugnación, que han sido planteadas por el ministerio de Tributos de Sao Paulo, se encuentra en fase contenciosa, esto es, en fase judicial. Telefónica no espera que “se produzcan pasivos adicionales de consideración para el Grupoâ€, según explica en un documento oficial remitido a los organismo reguladores. Además, la compañía asegura estar tranquila al haber ganado uno de estos juicios.
El importe total acumulado de dichas actas actualizado, incluyendo intereses, sanciones y otros conceptos, asciende a, aproximadamente, 837 millones de euros. Esta cifra supone el 31% del beneficio antes de depreciaciones y amortizaciones (OIBDA) conseguido por la empresa española en Brasil en el primer semestre del año y que alcanzó los 2.661 millones.
Porque Brasil es el principal mercado de Telefónica en Latinoamíérica. Este país, donde el grupo español posee Vivo –telefonía móvil- y Telesp -telefonía fija, la televisión de pago e Internet-, supone la mitad de los ingresos que Telefónica obtiene en la región, con una facturación de 7.123 millones. Este volumen de negocio supone un crecimiento del 46% respecto al los primeros seis meses de 2010, cuando solo tenía la mitad del capital de Vivo.
Ahora ya cuenta con el 100% tras la adquisición del paquete en manos de Portugal Telecom, lo que le ha permitido elevar un 58% el beneficio operativo. La importancia de Brasil es tal que al país se le considera una división en sí misma. Una relevancia que aún será mayor a corto plazo si se ejecuta la fusión de Vivo y de Telesp, aprobada el pasado 14 de junio.
Buenas relaciones con los mandatarios brasileños
La reestructuración societaria debe ser aprobada por las juntas generales de accionistas de ambas empresas, lo cual se da por hecho, y tambiíén por la Agencia Nacional de Telecomunicaciones brasileña. Por este motivo, a Telefónica le interesa mucho tener unas buenas relaciones con las administraciones locales. No hay que olvidar que Cíésar Alierta invitó el pasado mes de abril al expresidente de Brasil, Lula da Silva, al Investor Day del grupo al que asistieron unos 300 analistas de todo el mundo.
Los litigios entre corporaciones y las haciendas públicas suelen durar años. Telefónica tiene pendiente tres casos de envergadura. El primero se refiere a la liquidación del impuesto sobre sociedades de 2002 por un ajuste negativo de 2.137 millones, que el Ministerio rechazó. El segundo afecta a la operación de venta de Lycos por parte de Terra en 2004 por 7.418 millones. El último tiene como objeto de discusión un críédito fiscal por la venta de Endemol de 2.810 millones