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Autor Tema: Gobernados por ciegos e irresponsables...  (Leído 240 veces)

OCIN

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Gobernados por ciegos e irresponsables...
« en: Agosto 20, 2011, 10:31:28 am »
Por...  Leonardo Boff

Afinando los muchos análisis hechos acerca del conjunto de crisis que nos asolan, llegamos a algo que nos parece central y sobre lo que toca reflexionar seriamente. Las sociedades, la globalización, el proceso productivo, el sistema económico-financiero, los sueños predominantes y el objeto explí­cito del deseo de las grandes mayorí­as es consumir y consumir sin lí­mites. Se ha creado una cultura del consumismo propalada por todos los medios. Hay que consumir el último modelo de celular, de zapatillas deportivas, de ordenador. El 66% del PIB norteamericano no viene de la producción sino del consumo generalizado. Las autoridades inglesas se sorprendieron al constatar que, entre quienes promoví­an los disturbios en varias ciudades, no solamente estaban los habituales extranjeros en conflicto entre sí­, sino muchos universitarios, ingleses desempleados, profesores y hasta reclutas. Era gente enfurecida porque no tení­a acceso al tan propalado consumo. No cuestionaban el paradigma de consumo sino las formas de exclusión del mismo.

En el Reino Unido, despuíés de M. Thatcher, y en USA despuíés de R. Reagan, así­ como en el mundo en general, va creciendo una gran desigualdad social. En aquel paí­s, los ingresos de los más ricos se incrementaron en los últimos años 273 veces más que las de los pobres, según informa Carta Maior el 12/08/2011. Por eso, no es de extrañar la decepción de los frustrados ante un «software social» que les niega el acceso al consumo y ante los recortes en el presupuesto social, del orden del 70%, que los castiga duramente. El 70% de los centros recreativos para jóvenes fueron simplemente cerrados.

Lo alarmante es que ni el primer ministro David Cameron ni los miembros de la Cámara de los Comunes se tomaron el trabajo de preguntar el por quíé de los saqueos en las distintas ciudades. Respondieron con el peor remedio: más violencia institucional. El conservador Cameron dijo con todas las letras: «vamos a detener a los sospechosos y publicaremos sus caras en los medios de comunicación sin importarnos las preocupaciones ficticias con respecto a los derechos humanos». He aquí­ una solución del despiadado capitalismo neo-liberal: si la orden que es desigual e injusta lo exige, se anula la democracia y se pasa por encima de los derechos humanos. Y esto sucede en el paí­s donde nacieron las primeras declaraciones de los derechos de los ciudadanos.

Si miramos bien, estamos enredados en un cí­rculo vicioso que puede destruirnos: necesitamos producir para permitir el tal consumo. Sin consumo las empresas van a la quiebra. Para producir, necesitan los recursos de la naturaleza. Estos son cada vez más escasos y ya hemos dilapidado un 30% más de lo que la tierra puede reponer. Si paramos de extraer, producir, vender y consumir no hay crecimiento económico. Sin crecimiento anual los paí­ses entran en recesión, generando altos í­ndices de desempleo. Con el desempleo, irrumpen el caos social explosivo, depredaciones y todo tipo de conflictos. ¿Cómo salir de esta trampa que nos hemos preparado a nosotros mismos?

Lo contrario del consumo no es el no consumo, sino un nuevo «software social» en la feliz expresión del politólogo Luiz Gonzaga de Souza Lima. Es decir, urge un nuevo acuerdo entre un consumo solidario y frugal, accesible a todos, y los lí­mites intraspasables de la naturaleza. ¿Cómo hacer? Existen varias sugerencias: el «modo sostenible de vida» de la Carta de la Tierra, el «vivir bien» de las culturas andinas, fundado en el equilibrio hombre/Tierra, la economí­a solidaria, la bio-socio-economí­a, el «capitalismo natural» (expresión desafortunada) que intenta integrar los ciclos biológicos en la vida económica y social, y otras.

Pero cuando los jefes de los Estados opulentos se reunen no hablan de estas cosas. Ahí­ se trata de salvar el sistema que está haciendo agua por todas partes. Saben que la naturaleza ya no puede pagar el alto precio que el modelo consumista cobra. Ya está a punto de poner en peligro la supervivencia de la vida y el futuro de las próximas generaciones. Estamos gobernados por ciegos e irresponsables, incapaces de darse cuenta de las consecuencias del sistema económico-polí­tico-cultural que defienden.

Es imperativo un nuevo rumbo global, si queremos garantizar nuestra vida y la de los demás seres vivos. La civilización cientí­fico-tíécnica que nos ha permitido niveles exagerados de consumo puede poner fin a si misma, destruir la vida y degradar la Tierra. Seguramente no es para esto para lo que hemos llegado a este punto en el proceso evolutivo. Urge tener valor, osadí­a para cambios radicales, si es que todaví­a nos tenemos un poco de amor a nosotros mismos


•... “Todo el mundo quiere lo máximo, yo quiero lo mínimo, poder correr todos los días”...
 Pero nunca te saltes tus reglas. Nunca pierdas la disciplina. Nunca dejes ni tus operaciones, ni tu destino, ni las decisiones importantes de tu vida al azar, a la mera casualidad...