Los reguladores de valores en Estados Unidos tomaron la medida sin precedente de pedirle a firmas de transacciones de alta frecuencia que entreguen los detalles de sus estrategias de operaciones y, en algunos casos, sus fórmulas computacionales secretas.
La solicitud de códigos y parámetros de algoritmos para transacciones automáticas por parte de la Autoridad Regulatoria de la Industria Financiera (FINRA, por su sigla en inglíés), un supervisor de corredurías de Wall Street, es parte de una investigación de actividades sospechosas, dijo Tom Gira, vicepresidente ejecutivo de la unidad de control de esa entidad.
"No es una expedición de pesca o un ejercicio educacional. Es porque hay algo que nos está complicando en el mercado", dijo en una entrevista.
La FINRA regula específicamente a las corredurías de Wall Street.
La Comisión de Valores (SEC), en tanto, tambiíén ha empezado a hacer solicitudes de datos de algoritmos de operaciones en el marco de su autoridad para examinar a las firmas financieras y verificar el cumplimiento a las regulaciones estadounidenses, según funcionarios de la agencia y abogados externos.
Las solicitudes de los examinadores de la SEC no están vinculadas necesariamente a alguna sospecha de actos incorrectos, aunque la decisión de cursarlas podría estar motivada por algún dato, queja o referencia.
Según entrevistas con abogados, operadores, ejecutivos de la industria y reguladores, los inusuales pedidos de códigos de algoritmos y de otras estrategias de operaciones computarizadas se incrementaron este año y han apuntado a firmas que manejan acciones como corredurías y fondos de cobertura.
Las solicitudes han alarmado a algunos operadores que temen que su "receta secreta" -propiedad intelectual desarrollada en ocasiones por años a un alto costo- pueda caer en las manos equivocadas, especialmente si los examinadores de la SEC y la FINRA pasan luego a trabajar en el sector privado.
"Me sentiría decepcionado y alterado" si me pidiesen los códigos, dijo un ejecutivo de una firma de operaciones de alta frecuencia que pidió reserva de su nombre.
"Lo que quiero decir es ¿toda esta gente va a trabajar en la SEC para siempre?", enfatizó.
El nuevo enfoque de la SEC sobre las estrategias de algoritmos probablemente ayude al diseño de las reglas estructurales que la agencia del Gobierno aplica al mercado electrónico, criticado por algunos como inestable e injusto, especialmente tras el llamado "flash crash" del 6 de mayo del 2010.
Aunque cualquier irregularidad que los reguladores detecten podría llevar a acciones legales como demandas por manipulación de mercado, el esfuerzo de la FINRA parece tender más hacia corregir malas prácticas.
La FINRA, que se reporta a la SEC, normalmente centra sus solicitudes en códigos anómalos, en un esfuerzo por desentrañar cómo se construyen, operan, y cómo son supervisados, dijo Gira. Una ola inusualmente grande de pedidos por una acción que se transa poco, por ejemplo, podría llevar a una solicitud, dijo.
El código de operaciones es un secreto valioso para las firmas de operaciones de alta frecuencia que pelean unas contra otras por lograr ganancias muy pequeñas en base a minúsculos desequilibrios de precios en el mercado.
Las firmas pueden realizar miles de operaciones por segundo y entregar mucha liquidez al mercado.
Se estima que las operaciones de alta frecuencia están presentes en más de la mitad de las operaciones de acciones en Estados Unidos. Los reguladores han dicho que los algoritmos detrás de tales operaciones estuvieron involucrados en el "flash crash", pero que no lo provocaron