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Autor Tema: Cuando se invoca a Marx para salvar el capitalismo...  (Leído 150 veces)

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Cuando se invoca a Marx para salvar el capitalismo...
« en: Septiembre 03, 2011, 09:47:06 am »
Por...  Alberto Rabilotta
 

Las economí­as de Estados Unidos, Reino Unido, Europa y Japón no van bien. Donde no hay contracción predomina un pernicioso estancamiento. El desempleo sube, los salarios y el consumo bajan. Y la situación irá agravándose a medida que se apliquen los planes de austeridad que han recortado o recortarán el gasto estatal para el acceso al seguro de desempleo, que bajarán o limitarán los pagos a los jubilados y demás programas sociales, los llamados “estabilizadores automáticos” que sirven para aliviar el impacto del frenazo de la economí­a sobre las clases trabajadoras. En entrevista con la televisión de la agencia Bloomberg el economista Nouriel Roubini afirmó esta semana que la economí­a estadounidense, según su lectura de los í­ndices económicos, está atascada y yendo hacia una recesión. Un diagnostico similar puede ser hecho a partir de la lectura de los principales í­ndices en el resto de las economí­as avanzadas.

Buenas noticias, malos resultados

Un despacho de John Helyar para la agencia Bloomberg, del 26 de agosto pasado, asegura que medianas empresas estadounidenses que fabrican productos muy especí­ficos, no fácilmente reproducibles por competidores extranjeros y que tienen mucha demanda en las economí­as emergentes con fuerte desarrollo económico están “abrazando” a China e India para derrotar el estancamiento en Estados Unidos, y de paso haciendo ganancias “que exceden las de los grandes manufactureros”.

¿La receta del íéxito? Cortar puestos en la producción en Estados Unidos y transferir parte de la producción a China. La contraparte de este íéxito empresarial es que durante la Gran Recesión (2007 al 2009) se perdieron empleos en Estados Unidos, donde el sector manufacturero – según el economista Daniel J. Meckstroth de la Alianza de Manufactureros en Virginia - eliminó dos millones 300 mil puestos desde finales del 2007 y hasta diciembre del 2009, de los cuales sólo se han recuperado unos 289 mil empleos. Y aunque estas medianas empresas pueden crear más empleos en Estados Unidos en los próximos meses, el grueso del aumento de su fuerza laboral y de su producción será en los mercados emergentes. El artí­culo cita cuántos empleos han sido eliminados por las empresas en Estados Unidos para ser creados en China o India, y cuántas inversiones de capital fijo serán hechas en esos paí­ses, que es donde se encuentra la demanda final.

Donald E. Washkewicz, presidente y director general de Parker Hannifin, una de esas empresas medianas que están generando más ganancias y aumentando sus ventas, explica el principio de seguir al consumidor: “Algunas personas nos dicen ‘Ustedes están enviando nuestros trabajos al exterior’. Eso es un montón de mierda. Hay que seguir al cliente adonde íéste vaya”.

Invocando a Marx

En un comentario titulado “Demos a Karl Marx la posibilidad de salvar la economí­a mundial” el economista George Magnus, consejero del banco UBS y autor del libro “Uprising: Will Emerging Markets Shape or Shake the World Economy”, escribe para la agencia Bloomberg (1) que los polí­ticos que están luchando por entender el aluvión de pánicos financieros, de protestas y otros males que afectan hoy dí­a el mundo, deberí­an estudiar los trabajos de un economista muerto desde hace mucho: Karl Marx. Cuanto más temprano ellos reconozcan que estamos frente a una crisis total del capitalismo, mejor estarán equipados para hallar una salida.

Magnus recuerda que la economí­a global de hoy dí­a tiene “extrañas” similitudes con las condiciones que Marx pronosticó: “Consideremos, por ejemplo, la predicción de Marx sobre cómo se manifiesta el inherente conflicto entre el capital y el trabajo asalariado. Como escribió en El Capital, al proseguir la búsqueda de ganancias y de (aumentos en la) productividad las empresas son naturalmente llevadas a emplear cada vez menos trabajadores, creando así­ un ejercito de reserva industrial constituido por pobres y desempleados: ‘La acumulación de riquezas en un polo es, por tanto, la acumulación de miseria al mismo tiempo’, escribió Marx.

El economista va al meollo del problema cuando apunta que lo descrito por Marx es visible a travíés de todo el mundo desarrollado, particularmente en Estados Unidos, donde los esfuerzos de las compañí­as para cortar los costos y evitar contratar empleados han hecho aumentar las ganancias de las grandes empresas hasta el más alto nivel de las últimas seis díécadas, mientras la tasa de desempleo se mantiene en 9.1 por ciento y los salarios reales están estancados. Y continúa apuntando que la desigualdad en los ingresos en Estados Unidos está, según algunas mediciones, en un nivel tan alto como el registrado en los años 20 del siglo pasado, situación que condujo a la Gran Depresión.

Y retoma señalando que Marx describió la paradoja de la sobreproducción y el subconsumo: Mayor la cantidad de gente relegada a la pobreza, menor será su capacidad de consumir toda la cantidad de bienes y servicios que las empresas producen. Cuando una empresa reduce los costos para aumentar sus ingresos busca hacer algo inteligente, pero cuando eso lo hacen todas a la vez se anula la generación de salarios y de la demanda efectiva, de las cuales las empresas dependen para obtener ingresos y ganancias.

Despuíés de citar a Marx, quien escribió que “la razón última de todas las crisis reales sigue siendo la pobreza y el consumo restringido de las masas”, Magnus aconseja a los dirigentes polí­ticos que pongan “el empleo en el tope de la agenda económica, y consideren otras medidas fuera de la ortodoxia. Esta crisis no es temporal y ciertamente no será curada por la pasión ideológica que los gobiernos tienen por la austeridad”.

En la Gran Recesión (2008-2009) los paí­ses avanzados (y en proceso de desindustrialización) evitaron una depresión por la fuerte demanda de los paí­ses emergentes, el BRIC (Brasil, Rusia, India y China) que ahora se volvió plural (BRICS) con la inclusión de Sudáfrica. Esto no sucederá ahora porque, según Stephen King, economista jefe de HSBC Holdings PLCS de Londres, es difí­cil avizorar cómo las naciones emergentes pueden llegar a rescatarnos una vez más. Los indicadores económicos del BRICS muestran que esas economí­as están ralentizando y que si bien evitaran un aterrizaje forzoso, según el economista Joachim Fels de Morgan Stanley, no serán capaces de salvar otra vez el mundo. La situación de los paí­ses emergentes - según dijo a la agencia Bloomberg el Nóbel de economí­a Michael Spence, profesor de la Escuela de Negocios Stern de la Universidad de Nueva York – explica que haya actualmente 50 por ciento de posibilidades de que la economí­a mundial caiga en una recesión. De ser así­ se notará una baja pronunciada de las ganancias de las empresas de los paí­ses avanzados que tienen sus plataformas de producción y proveen los mercados de los paí­ses emergentes, lo que explica que un buen número de analistas e inversionistas bursátiles anticipen un mercado bajista para las plazas bursátiles.

La oligarquí­a financiera nos conduce al desastre total

En momentos en que las estadí­sticas de las economí­as validan la perspectiva de una recaí­da en recesión en medio de la crisis por la deuda pública en los paí­ses avanzados, los í­ndices bursátiles recuperan parte de las píérdidas de las últimas semanas, confirmando el desacoplamiento de las finanzas respecto a la economí­a real. Paul Woolley, ex gerente de fondos mutuales y fundador de un instituto de investigación sobre los desequilibrios financieros en la Escuela de Estudios Económicos de Londres, dijo a la revista alemana Spiegel-Online (25 de agosto 2011) que el desenvolvimiento de las últimas semanas a puesto en claro que los mercados financieros – que crecen hasta aplastar las economí­as - no funcionan adecuadamente, que la situación está quedando fuera de control y deviene “potencialmente peligrosa para la sociedad (porque) el mercado no está alcanzando el equilibrio, sino cayendo en el caos”.

Ante la perspectiva de otro aumento en la pobreza y la miseria de los endeudados pueblos, para decirlo francamente, la oligarquí­a financiera global ve una oportunidad más de seguir enriqueciíéndose con la implantación definitiva de un sistema rentista que nos hace retroceder a la servidumbre, como dice el profesor y economista Michael Hudson.

En este contexto bien vale la pena leer (y reflexionar) sobre la contribución que el economista y antropólogo David Graeber (2) hace para explicar las grandes crisis financieras del pasado, desde los orí­genes de las civilizaciones, crisis por deudas impagables, y así­ entender el peligro de colapso social que nos amenaza.

En la antigí¼edad –explica Graeber en la entrevista citada- el peor escenario posible, temido por todos porque podí­a llevar a un colapso social total, era una gran crisis de deudas: al devenir deudora frente al uno o dos por ciento de la población, la gente ordinaria se verí­a llevada a vender a miembros de la familia como esclavos, o eventualmente a venderse a sí­ mismos.

Y refiriíéndose a la actualidad el economista y antropólogo explica que en lugar de crear alguna institución de gran alcance para proteger a los cientos de millones de ciudadanos que están aplastados por las deudas, y a los Estados que se endeudaron al socializar las píérdidas de los grandes bancos e instituciones financieras privadas, “se han creado esas grandiosas instituciones de escala mundial para proteger a los acreedores, como el FMI o Standard & Poor, que esencialmente declaran – y en total desafí­o a la lógica económica tradicional - que a ningún deudor se le debe permitir la mora, que no pague. No hace falta decir que el resultado será catastrófico. Estamos viviendo algo que a mi, por lo menos, me parece exactamente lo mismo que más temí­an los antiguos: una población de deudores patinando al borde del desastre.


1.- George Magnus: http://www.bloomberg.com/news/2011-08-29/give-marx-a-chance-to-save-the-world-economy-commentary-by-george-magnus.html
2.- David Graeber: http://www.nakedcapitalism.com/2011/08/what-is-debt-%E2%80%93-an-interview-with-economic-anthropologist-david-graeber.html


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 Pero nunca te saltes tus reglas. Nunca pierdas la disciplina. Nunca dejes ni tus operaciones, ni tu destino, ni las decisiones importantes de tu vida al azar, a la mera casualidad...