La incertidumbre sobre Grecia y el temor a una doble recesión no dan tregua a los mercados. El Ibex ha perdido el 9,4% en tres sesiones y ayer cerró por debajo del 8.000, en mínimos de 2009. La prima de riesgo se moderó ligeramente, hasta los 334 puntos básicos.
Septiembre se ha iniciado en los mismos tíérminos que lo hizo agosto. En las tres últimas sesiones los mercados han caído con fuerza, un 9,4% en el caso del Ibex. Y las causas de este mal comportamiento, tambiíén repiten: miedo a una doble recesión, incertidumbre por Grecia y preocupación por el contagio a otros países perifíéricos. Ahora, acaba de sumarse un factor más en contra. El Banco Nacional de Suiza ha decidido de forma unilateral limitar la subida de su moneda frente al euro, algo que no ha gustado al consejo del BCE, que ha asegurado "tomar nota". La institución se reúne mañana para decidir sobre los tipos de interíés.
Ayer las Bolsas evolucionaron con alta volatilidad, dependiendo del ritmo de noticias o comentarios que se iban produciendo. El Ibex arrancó ligeramente al alza, y a primera hora de la tarde, cuando Wall Street daba el toque de campana con importantes píérdidas, llegó a caer el 2,48%. Al cierre, la entrada de compras sirvió para paliar la bajada del selectivo español hasta el 1,61%; marcó el último cambio en 7.936,40 puntos. No obstante, el volumen de negocio no acompaña a la intensidad de las caídas. En la última jornada se hicieron operaciones por valor de 2.367 millones, cuando la media diaria en 2011 supera los 3.700 millones de euros.
El resto de los mercados europeos siguió el mismo patrón de comportamiento. El Euro Stoxx, cedió el 1,29% y el FTSE MIB, el principal índice de Italia, bajó el 1,98%, coincidiendo con una huelga general.
En Estados Unidos, el Dow Jones restó el 0,9%, y el S&P y el Nasdaq, el 0,74% y 0,26%. Los mercados no recogieron el buen dato publicado en el día del ISM del sector servicios en agosto.
En cuanto a los mercados de deuda hubo resultados dispares. La prima de riesgo española pasó de los 341 puntos básicos de la sesión anterior a 334. Por contra, el diferencial aumentó en Grecia y Portugal hasta 1.796,7 y 901,18.
Paralelamente, la rentabilidad de los bonos alemanes y estadounidenses permanece en mínimos históricos, por debajo del 2%, como consecuencia del alto interíés generado entre los inversores que buscan un refugio para sus posiciones.
Por valores, la sangría continúa centrada en el sector bancario. En Europa cayeron una media del 2,09%, encabezando los descensos las entidades helenas. En la Bolsa española la peor fue CAM (-8,42%).
Grecia colocó ayer en una subasta de letras a seis meses 1.300 millones a un tipo de interíés del 4,8%, algo inferior que en la emisión anterior. La demanda resultó más baja. Portugal intentará hoy adjudicar al mercado 1.000 millones de euros.
La cifra
25% pierde el Dax en el año. La composición de su índice, con grandes exportadoras, ha sido clave en el revíés que ha sufrido.
Los 7.770 puntos, la próxima gran prueba
La presión vendedora se acrecienta en las Bolsas. La píérdida de los 8.000 puntos para el Ibex, un nivel más psicológico que tíécnico, complica la situación de un mercado que los expertos califican de "díébil" o "bajista".
"El Ibex ha estado tres semanas oscilando entre los 8.000 y 8.800 puntos. Confirmar por debajo es una indudable señal de continuidad bajista. El único matiz es que aún no ha perdido el soporte de los 7.767 puntos, el mínimo que tocó el 11 de agosto. Podemos confiar en un último balón de oxígeno si no los pierde", explica Miguel Pareja, de Bolsa 3.
Una opinión extendida entre la mayoría de analistas tíécnicos que pone de relieve la importancia de las próximas sesiones. Y es que el Ibex cerró ayer en los 7.936,4 puntos, un nivel que no veía desde abril de 2009.
El gran reto será mantener ese mínimo de agosto puesto que si se pierde los expertos auguran caídas hasta la zona de 7.300-7.400 puntos y los más pesimistas hablan incluso de niveles de 6.700, el mínimo de la crisis de Lehman, si se llegaran a perder los 7.590 puntos.
La virulencia de las caídas, los mayores volúmenes de negocio que acompañan las ventas y la escasa duración del rebote de la Bolsa española la semana pasada se miran con preocupación. De ahí que la prudencia sea uno de los consejos más repetidos por las casas de análisis en los últimos días.
Ahora tampoco se puede descartar un rebote. "De momento el nivel de 7.767 es el último soporte que le queda al Ibex. Lo grave sería marcar un nuevo mínimo. Si no lo pierde puede haber un rebote", explica íñigo Aranceta, de Noesis. Eso sí, quizá cueste. "Un Ibex por encima de los 8.800 puntos es lo mínimo para confiar en un rebote de consistencia", explica David Galán, de Bolsa General.