La agencia de calificación crediticia Fitch Ratings ha confirmado el rating 'AAA', con perspectiva 'estable', de Alemania, la máxima calificación posible, debido a la fortaleza crediticia que mantiene la economía del país "desde hace largo tiempo", así como al sólido crecimiento del 3,5% registrado en 2010 despuíés de la fuerte caída del PIB de 2009, según señala agencia en un comunicado.
"Este sólido comportamiento está previsto que continúe en 2011, pese a un díébil resultado en el segundo trimestre, que se debió en parte a factores temporales, situando el PIB sólo por encima de los niveles previos a la crisis. Se prevíé que el crecimiento se modere en el medio plazo", afirmó la directora del grupo de deuda soberana de Fitch, Maria Malas-Mroueh.
Además, la agencia destaca el gran comportamiento del empleo, ya que el paro ha bajado durante 26 meses consecutivos, hasta alcanzar en junio el 7%, su nivel más bajo desde la reunificación alemana. En su opinión, eso se debe en parte a las medidas adoptadas durante la recesión, así como a las reformas realizadas a principios de la díécada pasada.
Asimismo, tambiíén subraya que Alemania mantiene una de las posiciones inversoras más fuertes del mundo, lo que se la ha permitir conservar su estatus de "refugio seguro", como refleja que el rendimiento de sus bonos ha descendido durante la crisis de la eurozona. Aun así, incide en que la resolución de los problemas de deuda soberana en la unión monetaria sigue siendo un factor "clave" para garantizar la estabilidad de la economía alemana.
"Con una 40% del total de las exportaciones de Alemania, el 2% del PIB destinado a los paquetes de rescate ya existentes y la exposición de su sector bancario a las economías de la periferia del euro, los riesgos de efectos colaterales de la crisis de la deuda soberana sobre Alemania siguen siendo altos", señaló Malas-Mroueh.
En concreto, la agencia explica que, aunque la exposición de sus bancos a los países de la periferia es relativamente pequeña como porcentaje del total de activos, está concentrada en una serie de bancos que podrían suponer riesgos para el sistema. Además, cree que una consolidación y reestructuración del sector, especialmente en el caso de los Landesbanks, son necesarias para que tenga una base más sólida.
Respecto a la finanzas públicas, apunta que las medidas de estímulo adoptadas durante la crisis elevaron su deuda hasta el 83,2% del PIB en 2010, pero subraya que, en una muestra de compromiso con la disciplina fiscal, el Gobierno adoptó un "ambicioso" programa de consolidación fiscal para invertir los desequilibrios y reducir la deuda