Estados Unidos y la Unión Europea volvieron a mostrar sus diferencias este jueves sobre cómo enfrentar la inestabilidad económica mundial, mientras el G20 prometió una respuesta "fuerte y coordinada" a la crisis, y los países emergentes pedían acción, en una jornada aciaga en los mercados.
El presidente Barack Obama, que se reunió esta semana con su par francíés Nicolás Sarkozy y con el primer ministro británico, David Cameron, al margen de la asamblea general de la ONU, reiteró "que (los líderes europeos tienen) los medios de solucionar los problemas que enfrentan", en palabras del portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney.
"Los gobiernos deberían reconocer que el crecimiento es el mayor desafío que tenemos en el mundo entero", declaró igualmente el secretario del Tesoro, Tim Geithner, al margen de la asamblea general del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) en Washington.
Los Estados "deberían adaptar su política presupuestal" a esa situación, dijo Geithner, cuyo gobierno ha presentado un paquete para fomentar la creación de empleo con un costo de 447.000 millones de dólares ante el Congreso, con pocas posibilidades de que sea aprobado por el Legislativo.
Geithner tambiíén expresó su temor a que los Estados europeos pongan el íénfasis en el equilibrio de sus cuentas públicas en detrimento del crecimiento.
La desaceleración de la economía "no es una excusa para evitar poner orden en nuestras finanzas públicas", replicó el comisario europeo de Asuntos Económicos, Olli Rehn, en otro foro en Washington.
El denominado grupo BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) animó a los países avanzados a tomar medidas para evitar el contagio.
El ministro de Hacienda brasileño, Guido Mantega, puso el acento en la crisis de la deuda europea.
"El epicentro de la crisis es hoy día la Unión Europea", dijo en la rueda de prensa del grupo. "Los países europeos tienen que ser rápidos, osados y tienen que ser cooperativos entre sí", recomendó Mantega.
"Tenemos que impedir que la crisis díé un salto cualitativo, que alcance un nivel más grave", advirtió Mantega.
La zona euro no dejará caer a Grecia -al borde de cese de pagos-, aseguró Rehn.
El grupo BRICS, cuyos miembros forman parte del denominado G20 de potencias emergentes y naciones industrializadas que se reúne el viernes en Washington, aseguró igualmente en un comunicado que está dispuestos a aportar dinero al FMI para ayudar, y a acelerar sus reformas estructurales internas.
No obstante, tras una cena de trabajo en la noche del jueves, los ministros de Finanzas del G20 emitieron una sorpresiva declaración conjunta en la que prometieron "una respuesta internacional fuerte y coordinada para hacer frente a los nuevos desafíos que enfrenta la economía global".
Asimismo, se comprometieron a garantizar que los bancos centrales "tengan el capital adecuado" para hacer frente a las necesidades, y a "poner en práctica los planes de consolidación fiscal creíbles".
"Solicitamos míédidas más eníérgicas por parte de la zona del euro", pidió por su parte un comunicado del grupo de países en desarrollo, G24.
Las bolsas cerraron con fuertes caídas: Wall Street con el Dow Jones cediendo un 3,51%, en Europa las píérdidas rondaron el 5%, y en Amíérica Latina, Sao Paulo cedió 4,83% y las demás grandes plazas de la región tambiíén cayeron.
Los mercados reaccionaron al pesimismo el día anterior de la Reserva Federal estadounidense, que alertó de "significativos riesgos" sobre la recuperación económica de la primera potencia mundial.
Los jefes del FMI y el BM terciaron para pedir valentía y dar razón tanto a Washington como a los países europeos en esa discusión sobre estímulo financiero o rigor presupuestario.
"Algunos países pueden ayudar al crecimiento a corto plazo", declaró la directora gerente del Fondo, Christine Lagarde, en rueda de prensa.
"Está claro que Estados Unidos es el (país) que me viene a la cabeza inmediatamente", precisó. "Pero es una cuestión de equilibrio", añadió.
"Tiene que haber una trayectoria paralela entre lo que puede ayudar al crecimiento a corto plazo (...) y la manera como se garantizan las medidas que permitirán una reducción del díéficit a corto plazo", sostuvo.
"No tomen decisiones estúpidas, no dejen que el mundo caiga en el proteccionismo, y (...) mantengan la concentración en los motores de crecimiento a largo plazo", pidió el presidente del BM, Robert Zoellick, a los líderes mundiales.
"El mundo entra en una zona peligrosa que necesita líderes valientes", insistió.
"Una crisis en el mundo avanzado podría convertirse en una crisis para los países en vías de desarrollo", advirtió.