La CNE considera que la regasificadora que Grupo Villar Mir va a construir en Huelva no está obligada a dar acceso a terceros si cumple algunas condiciones. Entre otras, que fomente la competencia y que, si en algún momento entra en el sistema, no la tenga que pagar este. Así se lo ha hecho saber a Industria, que tendrá la última palabra en la solicitud hecha por la empresa.
El consejo de la Comisión Nacional de Energía (CNE) aprobó el martes pasado el dictamen preceptivo solicitado por el Ministerio de Industria para dar una respuesta a la solicitud de Grupo Villar Mir de "una exención" de ATR (acceso de tercero a las redes) para la regasificadora que va a construir en Palos de la Frontera (Huelva). Según la normativa, los comercializadores y los grandes consumidores con contratos de suministro de gas tienen un derecho de acceso que, por su parte, están obligadas a respetar todas las plantas de regasificación, las instalaciones de transporte, las de distribución y los almacenamientos.
En este último caso se encontraría la regasificadora que promueve Energía y Gas de Huelva (Energas), de Grupo Villar Mir, que, aunque en principio la construirá para abastecer a sus filiales industriales, Fertiberia y Ferroatlántica, tambiíén quiere vender sus excedentes en el mercado a travíés del sistema español que gestiona Enagás. Villar Mir, cuyo proyecto recibió la autorización de impacto medioambiental el verano pasado y solo le falta la respuesta de Industria, quiere evitar el ATR para sus instalaciones y, al mismo tiempo, conectarlas a la red.
Se trata de una exención que el regulador (en este caso el Ministerio de Industria) puede otorgar si se cumplen los requisitos que establece el artículo 36 de la directiva sobre el mercado de hidrocarburos de 2009. Tras analizarlos en detalle, la CNE ha remitido al ministerio un informe "no desfavorable", en tanto considera que se cumplen varios de los requisitos y que, para el resto, se pueden establecer condiciones.
Según fuentes del sector, la CNE recomienda a Industria que admita la exención siempre que la instalación fomente la competencia en el mercado (la regasificadora de Huelva competirá con la de Enagás en precio) y que se utilice, en tanto que haya capacidad ociosa, preferentemente para los consumidores industriales, para evitar que se condicione al resto de las infraestructuras reguladas. Además, y quizá sea esta la condición más importante, que, si la instalación termina en el sistema, al final del periodo de exención, no la tengan que pagar de algún modo los usuarios.
El proyecto de Villar Mir, que se remonta a 2001, incluye una planta de regasificación y dos tanques de almacenamiento con una capacidad de 150.000 metros cúbicos de gas natural licuado (GNL). Podría regasificar hasta cuatro bcm (1.000 millones de metros cúbicos) de gas, según la compañía. Según el grupo, que dice haber detectado el interíés de una veintena de potenciales clientes, invertirá unos 1.000 millones de euros en el proyecto de Huelva.
Fuentes del sector aseguran que el empresario temía un informe negativo de la CNE, a la vista de las alegaciones presentadas por el gestor del sistema, que considera que la integración en el mismo de una regasificadora inicialmente proyectada para abastecer a la planta de amoníaco de Huelva supondrá un coste. En parte, porque podría obligar a construir nuevas infraestructuras.
Un proyecto insólito que se gestó hace 10 años
Corría el año 2001 cuando Juan Miguel Villar Mir solicitó ante la Dirección General de Política Energíética autorización para construir una regasificadora en Palos de la Frontera. Con ella pretendía abastecer de combustible a sus plantas de amoniaco de Huelva y la de fertilizantes de Puertollano (Grupo Villar Mir es el mayor consumidor industrial de gas de España, con 550 millones de metros cúbicos al año).
El empresario se acogió a una normativa que permitía a un inversor privado construir regasificadoras. La entonces directora, Carmen Becerril, debió meterlo en el cajón pues lo cierto es que cuando el PSOE llegó al Gobierno, el ministro de Industria, a la sazón Josíé Montilla, se encontró con un proyecto que había sido informado favorablemente por su antecesor. Y, aunque un real decreto de Montilla acabó en 2005 con la posibilidad de que cualquiera construyese este tipo de activos regulados, la modificación legal no afectó al de Villar Mir.
En aquel momento, el empresario solo pretendía abastecer a su planta de Huelva (conectada directamente con la regasificadora y la de Puertollano), si bien intentó no pagar peaje por utilizar el gasoducto hasta esta población.
Pese a la dilación del proyecto, y a que la crisis económica ha provocado una fuerte caída de la demanda (la capacidad del sistema está a la mitad, según datos de Industria), y a la puesta en marcha del gasoducto del Medgaz, que aporta ocho bcm de gas al sistema, Villar Mir se ha mantenido en sus trece. Tras la autorización de Medio Ambiente, solo le queda la respuesta de Industria a su solicitud de exención de ATR.
Tambiíén la Comisión Nacional de la Competencia debe visar el proyecto.
Las cifras
210.000 metros cúbicos de gas natural licuado es la capacidad que podrá ser descargada en el complejo de Palos de la Frontera (Huelva).
1.000 millones de euros es la inversión que el grupo Villar Mir destinará a un proyecto que comenzó hace 10 años.