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Autor Tema: La UE pide ayuda a paí­ses emergentes ante el riesgo de caí­da de Italia  (Leído 176 veces)

Eguzki

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La UE reconoció ayer su impotencia para solventar por sí­ sola la crisis del euro y pidió ayuda a los paí­ses emergentes, a los que se invita a participar en el fondo de rescate de manera individual o a travíés del FMI. El grito de socorro se produce tras constatar el riesgo de que Italia entre en un torbellino de deuda insostenible como el que acabó con Grecia.
Mañana y tarde. Sábado y domingo. Las reuniones de la UE en Bruselas se han sucedido durante el pasado fin de semana en una suerte de gabinete de crisis permanente. La desenfrenada coreografí­a continuará durante las próximas 72 horas a la búsqueda de una solución tajante que evite el colapso de la zona euro.

Durante la reunión del domingo se puso de manifiesto que la dimensión del problema parece ya rebosar la capacidad de la Unión Europea y los lí­deres comunitarios comenzaron ya a estudiar la posible participación de inversores internacionales (como los fondos soberanos) en los fondos de rescate de la zona euro. Las conclusiones definitivas se esperan el próximo miíércoles en una nueva cita que, por insistencia del Reino Unido, contará tambiíén con la presencia de los paí­ses europeos con divisa propia. Fuentes diplomáticas citadas por Bloomberg aseguraron que el presidente francíés, Nicolas Sarkozy, reprochó al primer ministro británico, David Cameron, su empeño en inmiscuirse en los asuntos de una Unión Monetaria de la que Londres se ha excluido voluntariamente.

La tensión de la cita quizá solo tuvo dos momentos de alivio: las felicitaciones a Rodrí­guez Zapatero por el anuncio de ETA sobre el cese definitivo de la violencia y el regalo de un osito de peluche para la hija de Carla Bruni y Nicolas Sarkozy que la canciller alemana, Angela Merkel, entregó al presidente francíés. El resto de la reunión estuvo dominado por señales muy preocupantes.

"Los desafí­os económicos inmediatos son graves", reconoció el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, al tíérmino de la reunión de los 27 presidentes de Gobierno europeos. Y el tono habitualmente pausado de Van Rompuy se tornó demoledor cuando llegó el turno de identificar el principal riesgo de la zona euro, que no es otro que una Italia con 1,8 billones de deuda pública (seis veces la de Grecia),

Van Rompuy enumeró las exigencias planteadas al Gobierno de Berlusconi, que deberá presentar en la cumbre del próximo miíércoles un calendario preciso con nuevos ajustes. El plan, que sonó casi tan estricto como el exigido a Grecia hace un año a cambio del rescate, incluye, según Van Rompuy, "un ajuste presupuestario y reformas en el mercado laboral, el sistema judicial y la lucha contra el fraude fiscal".

El presidente del Consejo reconoció que "está claro que pedimos un gran esfuerzo a las autoridades italianas", a las que reclamó que "devuelvan la tranquilidad a los inversores y a sus socios europeos". Merkel remachó: "Espero que las autoridades italianas estíén a la altura de sus responsabilidades y tomen las medidas que hacen falta".

La zona euro colocaba así­ a Italia en la zona de máxima vigilancia, ante los riesgos evidentes de que pueda convertirse en el cuarto paí­s (tras Grecia, Irlanda y Portugal) en necesitar un rescate en toda regla. Aunque Merkel colocó a España el sábado en el mismo saco que Italia, durante la cumbre quedó en evidencia que ambos paí­ses juegan en terrenos claramente diferentes, al menos, por ahora.

"España no está en la primera lí­nea de la crisis, gracias a los enormes esfuerzos del Gobierno de Zapatero y a la responsabilidad de la oposición dirigida por Mariano Rajoy", elogió el presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, durante una rueda de prensa conjunta con Merkel.

Inmensa factura

La dimensión del nuevo problema de la Unión Monetaria es de tales proporciones que los socios europeos ya no dudan en pedir la ayuda de los paí­ses emergentes, bien de manera bilateral o a travíés del Fondo Monetario Internacional. Las conclusiones aprobadas el domingo por el Consejo Europeo señalan que "el G-20 deberá garantizar que el FMI dispone de recursos suficientes para cumplir sus responsabilidades sistíémicas y deberá explorar la posible contribución de los paí­ses con mayor superávit externo".

Fuentes comunitarias reconocieron que se trata de una apelación a los paí­ses emergentes para que colaboren en la resolución de la crisis de la deuda pública. "Y no va dirigida solo a China sino tambiíén a otros paí­ses como Brasil, Rusia o India", añadieron las mismas fuentes.

EE UU se resiste a ampliar la participación de China en el FMI porque conllevarí­a la concesión de una cuota de mayor poder al Gobierno comunista de Pekí­n. Pero la UE está decidida a plantear su propuesta durante la cumbre del G-20 el 3 y 4 de noviembre en Cannes.

En el seno de la UE tambiíén existen reticencias ante la posible ayuda de China. Fuentes comunitarias advirtieron que se trata de un riesgo polí­tico considerable porque se concederá a Pekí­n una voz privilegiada en los asuntos internos de la zona euro.

A pesar de esas reservas, los lí­deres europeos parecen decantarse por intentar que los paí­ses emergentes participen en el apalancamiento del fondo de rescate de la zona euro. Los lí­deres europeos estudian reconvertir la Facilidad Europea de Estabilidad Financiera en una agencia abierta a la participación de capital privado, para incrementar sensiblemente sus recursos (440.000 millones de euros) y permitirle intervenir de manera drástica en el mercado de deuda.