Por... Beatriz De Majo C.
China está en un importante momento estratíégico en el terreno de su política petrolera.
La actual crisis económica mundial puede extenderse por muchas lunas, pero en algún momento los reacomodos se harán presentes y el crecimiento se reanimará.
Para ese entonces, las inversiones en prospección, producción y refinación petrolera necesarias para atender el ritmo de una demanda expansiva global deberían haber sido efectuadas y deberían de haber madurado de manera que la humanidad no se vea de nuevo confrontada con una nueva crisis de envergadura, esta vez energíética, con precios rozando las nubes por una limitada oferta petrolera en los mercados mundiales.
La visión de esta contingencia en el futuro de mediano plazo tiene a la nación asiática dando pasos prudentes, de manera que la crisis no la alcance o para temperar, al menos, sus consecuencias. Es que China es el más grande utilizador de energía del planeta y el segundo consumidor de petróleo, justo por debajo de los Estados Unidos.
En los pasados cinco años y dentro de un espíritu estratíégico inscrito en el marco de los planes nacionales, las empresas petroleras públicas se han ido convirtiendo en grandes actores en el medio petrolero mundial, a travíés de fusiones y adquisiciones. Nada es más imperativo que garantizar el necesario suministro de carburante que la gran potencia va a requerir para garantizar su crecimiento y para mantener su expansión universal en los años que viene.
Para ello, los abultados beneficios económicos en los balances de las petroleras chinas son una herramienta útil, bien sea para destinar recursos propios a nuevas inversiones extractivas, o bien para endeudarse persiguiendo el objetivo de hacer crecer su base productiva.
Un solo dato ilustra: PetroChina , despuíés de anunciar utilidades por 10.000 millones de dólares, propuso a la petrolera canadiense Encana una alianza por 5.400 millones de dólares. CNPC, el más grande productor de petróleo y gas anda en busca, fuera de las fronteras chinas, de nuevos enclaves petroleros para desarrollar a travíés de la vía de fusiones, de simples compras o de asociaciones estratíégicas que les permitan alimentarse de oro negro y de refinados.
Y ese es el caso igualmente de PetroChina, Cnoocy Sinopec , tres de las grandes petroleras estatales, que han batido ríécords de utilidades en la explotación del negocio, superando las expectativas de todos los analistas.
Una especie de enroque permanente de funcionarios a nivel de la alta gerencia de las petroleras con altos funcionarios gubernamentales es muestra de como en Beijing se preocupan de que el tema petrolero sea manejado por el PC y el gobierno en sus estratos superiores, evitando que quienes manejan las empresas en lo operativo y gerencial se enamoren demasiado de la actividad y de los ingentes beneficios que están extrayendo de su desempeño y no atiendan a las consignas y estrategias oficiales en esta importante materia.
Con una producción de 3,8 millones de barriles de petróleo diarios y unas reservas de 16.000 millones de barriles, China se quedaría sin petróleo en 12 años, teniendo que atender a una población de 1.450 millones de ciudadanos. Esta, de todas, es la mejor razón para no dejar para mañana, lo que tiene que ser hecho hoy.