La Cámara de los Diputados italiana somete a votación las cuentas del Estado de 2010, de cuyo resultado depende una posible crisis de Gobierno y la caída del primer ministro. La Comisión Europea tiene bajo lupa las cuentas de Berlusconi.
Finalmente el momento clave se espera para las 17:00 horas. El Gobierno de coalición liderado por 'Il Cavalieri' tiene previsto vota en la Cámara Baja las Cuentas del Estado de 2010, claves para la posterior aprobación de la Ley de Presupuestos y la de la estabilización económica. La votación esa decisiva, ya que el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, podría enfrentarse a desavenencias políticas insalvables con algunos miembros de su propio partido, el Pueblo de la Libertad (PDL), que no estarían de su parte y dejarían al Ejecutivo en minoría.
De hecho, una de las diputadas hasta ahora más fieles a Berlusconi, la expresentadora Gabriella Carlucci, ya anunció su salida del PDL, lo que ha acelerado la píérdida de la exigua mayoría parlamentaria de Berlusconi. Según las intenciones de voto estimadas, Berlusconi contaría con el apoyo de 314 votos, dos menos de los que necesita para aprobar las cuentas del Estado. Pero, además, hay un grueso de 15 diputados indecisos, lo que marca un resultado, a fin de cuentas, impredecible hasta última hora.
El ministro de Economía italiano, Giulio Tremonti, ha abandonado hoy la reunión del Ecofin que se celebra en Bruselas para volar hacia Roma y asistir a esta votación crucial. Mientras, el principal aliado político Berlusconi, Umberto Bossi, de la Liga del Norte, le ha pedido al primer ministro que ceda a la presión política y de los mercados y renuncie a su cargo, informa Reuters.
"Hemos pedido al primer ministro que abandone el cargo", ha asegurado Bossi a periodistas antes de la votación, informa Efe. Bossi, que se reunió a última hora de ayer con Berlusconi, cree que el primer ministro debe ser reemplazado por el secretario del partido gobernante, Angelino Alfano.
Tras las palabras del líder de la Liga Norte, el parlamentario del PD Paolo Gentiloni se apresuró a pedir la dimisión de Berlusconi. "Despuíés de las declaraciones de Bossi a Berlusconi no le queda más que dimitir. Ni siquiera la Liga lo sostiene más en el rol de presidente del Consejo. Debería actuar inmediatamente", dijo Gentiloni.
Si esta tarde Berlusconi no consigue la mayoría necesaria, planteará una cuestión de confianza sobre la carta presentada ante la Unión Europea y al Banco Central Europeo. Los partidos de la oposición han acordado acudir a la Cámara, pero no votar sobre las Cuentas. Tras la reunión de todos los portavoces de la oposición, incluidos los radicales, el portavoz del Partido Demócrata (PD) en la Cámara de los Diputados, Dario Franceschini, aseguró: "Estaremos en el hemiciclo pero no participaremos en el voto. Los italianos que nos ven deben verificar en modo incontrastable si Berlusconi tiene todavía la mayoría o no".
Esta anunciada abstención en bloque de los partidos de oposición será decisiva, ya que saldrá a la luz el número de votos con que cuenta Berlusconi, las abstenciones que pueden proceder de su propio partido y si tiene votos en contra, lo que podría empujar al primer ministro a disolver el Parlamento y formar un nuevo gobierno de corte más tíécnico encabezado por el excomisario europeo Mario Monti.
í‰ste pondría en marcha las reformas económicas impuestas por Europa con el consenso de sus socios europeos, cambiaría la ley electoral que premia a la mayoría -más escaños a la coalición que consiga más apoyos- y pone un límite del 4% de los votos para impedir la proliferación de pequeños partidos. Algunas fuentes aseguran que contaría con el apoyo de una amplia mayoría de miembros del propio partido de Berlusconi, además de la oposición (UcD y PD), mientras que otros dudan de que su equipo de tecnócratas pudiera contar con los apoyos parlamentarios necesarios para emprender las reformas necesarias.
Incluso si Berlusconi ganara la votación en ciernes, los acontecimientos de estos días allanarán el camino para adelantar las elecciones a enero de 2012, que podría dar la victoria en las urnas a la oposición de centroizquierda, formada por una coalición de pequeños partidos sin un líder claro para emprender las políticas que saquen al país de la crisis.
Para Joe Weisenthal, analista de Business Insider, la formación de un nuevo gobierno de unidad nacional es imprescindible para que Italia recupere la confianza y se allane el camino para alcanzar el equilibrio presupuestario en 2013 y atajar la crisis de deuda que asola el país y que pone en jaque al euro.
Bajo lupa
Mientras, la Unión Europea y el FMI esperan que Italia concrete las medidas de ajuste que se ha comprometido a tomar el Gobierno de Silvio Berlusconi a finales de esta semana. "He enviado un cuestionario la semana pasada y esperamos que el Gobierno de Italia conteste a estas preguntas específicas sobre el programa de implementación a finales de esta semana", señalaba ayer el comisario europeo de Asuntos Económicos, Olli Rehn.
La CE enviará una misión tíécnica a Italia hoy o mañana para comprobar que se toman las medidas a las que se comprometió Roma el pasado 26 de octubre y asegura que no reclamará a Italia un gobierno de unidad nacional similar al que esperan que se forme en Grecia, "ya que Italia no está bajo programa de rescate, por lo que ambas situaciones no son comparables".