El pasado jueves 3 de noviembre, Eduardo Fernández-Cuesta tuvo que afrontar una jornada bastante desagradable como presidente de CB Richard Ellis. Ese día, la consultora inmobiliaria comunicó a su plantilla en España el despido de 30 trabajadores, cantidad que representa algo menos del 10% de los 382 empleados que la conforman actualmente. La compañía ha prescindido casi del máximo número de personas posible sin tener que recurrir al formato del expediente de regulación de empleo (ERE).
La salida más significativa, aunque negociada a parte, es la de Mark Clifford, hasta la fecha el presidente de la división de Valoraciones y Tasaciones, que contaba con una antigí¼edad de 23 años dentro de la consultora. Su lugar, como sí se comunicó oficialmente, ha sido ocupado por Javier Kindelán, que antes era director nacional de inversiones institucionales, desde donde participó en los últimos años en algunos de los tratos más relevantes del mercado, como la Operación Brick (Santander) o la Operación írbol (BBVA).
Más allá del caso de Clifford, la falta de negocio afecta casi por igual a las divisiones de Inversión, Residencial, Retail, Mercado de Capitales, Consultoría Tíécnica y Hotelero-Ocio, según fuentes del mercado. El anuncio de la semana pasada es ya el segundo ajuste realizado desde que comenzó la crisis, que durante 2009 tuvo que hacer frente (su matriz) a una ampliación de capital, como su competidor Jones Lang LaSalle, para reducir sus propios niveles de deuda y dotarse de la liquidez suficiente para seguir operativa.
Como reconocen desde la propia compañía, aunque Richard Ellis en España espera cerrar el año con beneficios, la caída de los ingresos y, sobre todo, la falta de señales de recuperación del mercado para 2012 han obligado a tomar esta medida de recorte laboral. La falta de actividad en el sector inmobiliario, que detonó el principio de la actual crisis en 2007, hace difícil mantener las estructuras de la compañía, aunque desde la firma presidida por Fernández-Cuesta aseguran que la reestructuración ha terminado.
En cualquier caso, cuesta imaginar los registros de los años de la burbuja. Entonces, como líder del sector y principal asesor de las inmobiliarias que salieron a bolsa, CB Richard Ellis encadenó incrementos anuales de su facturación del 50%. Ese liderazgo -que aún mantiene- llegó a situarle en el centro de las críticas de una CNMV, desbordada por el desplome de las cotizadas del ladrillo. En aquella ocasión, como ahora con los pleitos cruzados entre Fernando Martín y Manuel Jove, la consultora ha salido airosa.
Estrecheces en el sector
Aunque los ajustes más importantes se realizaron en 2009, en lo que va de año sí se han producido cambios relevantes en la dirección de muchas de las firmas. Así ha ocurrido con Knight Frank, por ejemplo, donde Frederic Mangeant, tras casi 25 años en la firma, fue sustituido por su mano derecha, Alberto Prieto. Algo parecido tuvo lugar en DTZ, donde Marco Ferrando fue relevado en la dirección general tras un periodo de tres años por otro ejecutivo de la firma, James Bradley, hasta entonces responsable del área corporativa.
En la liga de los más grandes, otros como Cushman & Wakefield tuvieron su particular travesía del desierto en 2009, con ajuste de plantilla incluido. Esas decisiones permitieron al equipo de Roger Cooke coronarse sólo un año despuíés como la mejor firma de 2010, a pesar de las condiciones de mercado existentes tan negativas. Como reconocen desde otra de las top extranjeras, “la situación está muy complicada, no hay operaciones ni financiación, hace casi un año que no se cierra una gran inversiónâ€. Sin deals no hay parníé.