Entre las propuestas de refinanciación de su deuda por Repsol, Sacyr ha incluido un plan para vender la mitad (hasta un 10%) de sus acciones, a lo que le está ayudando la propia petrolera. De ese paquete, un 2%, valorado en 534 millones de euros, se lo ha ofrecido a los propios bancos acreedores. De esta manera, solo tendría que refinanciar finalmente unos 2.265 millones.
Tras la aparente tranquilidad que reina en el escenario de la contienda de Repsol, los movimientos entre bambalinas no cesan. Estos se centran en la búsqueda de un inversor que adquiera la mitad (un 10%) de la participación de Sacyr en la petrolera y en la refinanciación de la deuda de 4.934 millones de la constructora por su paquete, cuyo plazo concluye el 21 de diciembre.
Como es sabido, Sacyr ha pedido una prórroga de tres meses a sus bancos acreedores para ganar tiempo con otro fin: encontrar un comprador, que adquiera, a ser posible, entre un 8% y un 10% del capital. De esta manera, sobre la deuda en cuestión, la última propuesta se resume en renegociar 2.265 millones, amortizar otros 2.135 millones vendiendo el citado paquete a un tercero (esta cifra equivaldría a precios de ayer a un 8% del capital) y que el resto, hasta un 2% (equivalente a 534 millones) lo asuman los bancos. Una opción, la de cobrar en papel, que no entra en los planes de las entidades dispuestas a salir del críédito sindicado.
Mientras tanto, Repsol se ha puesto a disposición del equipo directivo de Sacyr, que preside Manuel Manrique desde la destitución de Luis del Rivero el pasado 20 de octubre, para encontrar un comprador. Fuentes empresariales confirman que Repsol está "negociando directamente con fondos de inversión, fondos soberanos y grupos industriales". Concretamente, "árabes, chinos, rusos y canadienses". Hay quien asegura que en el momento de la salida de Del Rivero ya existía un pacto de venta con un grupo ruso, que finalmente fue rechazado.
Otras fuentes argumentan que los contactos para una posible transacción son incipientes. Antes debe quedar claro si los bancos están dispuestos a otorgar la prórroga y a quedarse con una parte del paquete. De momento, la banca ha trasladado a la constructora que quiere contar con garantías que garanticen un nivel mínimo para la acción de Repsol, por si en los meses de prórroga se diera un derrumbe de la petrolera en Bolsa.
Al margen de todo lo anterior, Sacyr debe negociar con Pemex la disolución del pacto de accionistas, pues no será posible vender dicha participación con las acciones sindicadas, como están en estos momentos.
De momento se desconocen las intenciones últimas de Pemex, cuya alianza con Sacyr, que les otorga el 29,5% de los votos y desencadenó la batalla en el seno de Repsol, sigue vivo. Oficialmente, el grupo mexicano insiste en que el pacto de la discordia sigue vivo, aunque sobre su ejecución pesa la amenaza de un cambio del reglamento de Repsol que podría permitir la expulsión de Pemex del consejo, despuíés de 20 años de estancia, alegando que es un competidor.
Con todo, la solución final está pendiente de que pasen las elecciones y se vislumbre un nuevo Gobierno. El objetivo es que, sea quien sea el comprador, "garantice la paz en Repsol", señalan las mismas fuentes.
Frente a un fondo, Sacyr prefiere un grupo industrial, que pagaría una prima a cambio de influir en la gestión al contar con representación en el consejo.
¿Quíé fue de del Rivero?
El expresidente de Sacyr Luis del Rivero mantiene absoluto silencio desde su expulsión de la presidencia de la constructora el 20 de octubre.
Salvo sorpresa, se le volverá a ver en el consejo de Repsol del próximo 30 de noviembre, del que se ha negado a dimitir como consejero.
Hasta el momento de su salida de la presidencia de Sacyr, el empresario murciano era reacio a una venta parcial en Repsol.
Descubrimientos para impulsar la cotización
Desde la expulsión de Luis del Rivero de la presidencia de Sacyr, tras el golpe de mano de los consejeros disidentes, Demetrio Carceller y Juan Abelló, las relaciones entre la constructora y los ejecutivos de Repsol se han suavizado. No en vano, el nuevo equipo directivo de Sacyr, con Manuel Manrique a la cabeza, está dispuesto a facilitar la ruptura del pacto entre Sacyr y Pemex, sellado por Del Rivero el verano pasado, y que desencadenó una guerra de poderes entre el segundo accionista de Repsol, La Caixa, y el expresidente de la constructora.
Con las aguas camino de su cauce y el ojo puesto en la refinanciación de la deuda de Sacyr, los responsables de Repsol están colaborando estrechamente con la constructora para facilitar su salida parcial. Un puente de plata que se traduce no solo en la búsqueda de un comprador para (si es posible) el 10%, sino en propiciar una revalorización de las acciones que reste minusvalías a la constructora.
No en vano, en apenas 10 días, Repsol ha anunciado el mayor descubrimiento de hidrocarburos de su historia en Argentina; otro menor en aguas de Brasil y un tercero, comunicado ayer, en Canadá. Además, la semana pasada firmó un acuerdo con la coreana SKL para construir una planta de producción de bases lubricantes para su comercialización en Europa.
Tras el primer anuncio, el lunes 7, la cotización se ha revalorizado un 5,9%, hasta cerrar en la jornada de ayer en 21,86 euros por título. El precio medio de compra de las acciones en manos de Sacyr es de 26,7 euros.
El hallazgo de Loma La Lata, en la provincia argentina de Neuquíén, ya fue anunciado en su día por la presidenta argentina, Cristina Kichtner. Se trata de petróleo y gas no convencional, más caro de extraer y comercializar.