El aumento del coste que sufre el Tesoro se reflejará directamente en las cotizadas del Ibex, que pueden encontrarse con más de 5.000 millones de euros adicionales a pagar -sin incluir a la banca- si el interíés que se les exige sube a la par que el coste de financiación al que emite el Estado.
Es evidente que las compañías tendrán una gestión de la liquidez y el circulante con más dificultades que antes. "El año 2012 va a ser un ejercicio complicado en cuanto a financiación para las empresas. Una compañía, en principio, tiene más riesgo que un país y, por ello, debería dar un diferencial respecto al Estado", señala Iván San Fíélix, de Renta 4. Y si la deuda pública cada vez ofrece más rentabilidad, a las compañías se les está subiendo el listón mínimo tanto para cuando acuden a los mercados como para cuando se sientan con el banco.