INTERRUPCIí“N DE ENERGíA ENTRE LOS DISTINTOS CUERPOS DEL HOMBRE

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INTERRUPCIí“N DE ENERGíA.
Entre los distintos cuerpos del hombre, existen flujos ascendentes y descendentes de energí­a y la
interrupción de este flujo entre dos vehí­culos, origina inevitablemente desarmoní­as que se manifiestan en
enfermedades o anormalidades. Empecemos pues desde los vehí­culos superiores a los inferiores:
La energí­a que proviene del vehí­culo mental , no puede alcanzar al vehí­culo astral.
Para empezar, el vehí­culo astral, el etíérico y el fí­sico, formarán un conglomerado que buscará por otros
medios, la alimentación energíética que se ha interrumpido desde su vehí­culo mental
Ahora bien, esta
energí­a permanece siempre a disposición de todos los seres del planeta, el vehí­culo astral del hombre se
verá forzado a alimentarse de las corrientes astrales que pueblan el planeta, sin embargo, esta alimentación
carece de los ingredientes mentales que podrí­a recibir de una manera directa, a travíés de sus conductos
energíéticos internos.
Podrí­amos decir que el ser humano cuyo vehí­culo mental se encuentra aislado de su astral, carecerá de
aspiraciones elevadas, carecerá de un motivo por el cual vivir y su conducta reflejará el mismo
comportamiento que el de un barquito puesto en medio de un rí­o sin timón y sin ninguna meta a seguir; el
rí­o de la vida lo llevará por rumbos inciertos, dejándolo a merced de las fuerzas astrales y de las
contingencias que la vida humana provee siempre. En estos casos, es posible ver a los seres humanos
dejarse llevar por las opiniones de otros, dejarse llevar por lo que las multitudes hacen sin tener capacidad
de establecer un criterio propio, de establecerse metas particulares, de darle a su vida un sentido y una
razón de ser.
Podrí­an pensar ustedes que existen muchos seres humanos en este caso y la verdad es que la mayor parte
de los seres humanos no han podido establecer ese conducto energíético con su vehí­culo mental. Esta unión
a la que en oriente se ha llamado Antakarama, debe ser uno de los primeros objetivos que los seres
humanos busquen a travíés de las filosofí­as espirituales. 

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Interrupción del conducto energíético que une el etíérico con el astral.
En este caso, el hombre carecerá de emociones propias, el hombre se verá afectado por las emociones de la
gente que lo rodea, sus emociones al no poder ser generadas por íél mismo, tomará prestadas aquellas que
generan los seres que se encuentran a su alrededor, amará a aquellos que aman las personas que se
encuentran cerca de íél, se enojará cuando ellos se enojen y variará su estado emocional de la misma forma
como la atmósfera astral que lo rodea, varí­e.
Su cuerpo reflejará una vitalidad que se estará escapando a travíés de su vehí­culo etíérico, sin posibilidad de
restablecerla por íél mismo, manifestará frecuentemente estados de depresión y estados de euforia sin poder
tener un control exacto sobre íél, desconocerá las causas de porquíé en ocasiones su estado de ánimo varí­a de
una manera tan palpable, dependiendo de con quien se encuentre, las muchedumbres lo abrumarán y
generará principalmente estados de introversión, desapego y falta de interíés en su vida, todo esto a causa de
que los flujos de energí­a entre su vehí­culo astral y el etíérico se han visto interrumpidos.

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Interrupción del conducto energíético entre el vehí­culo etíérico y el fí­sico.
En estos casos la persona entra en coma y permanece viva exclusivamente gracias a los mecanismos que el
vehí­culo fí­sico ha desarrollado, sin capacidad para pensar, para moverse, para actuar. La persona
permanecerá eternamente inconsciente, a menos de que este flujo de energí­a se restablezca, pudiera ser que
biológicamente no se encuentren las razones, sin embargo, todas las causas serán especí­ficamente
energíéticas.
Es muy importante entender: que para que el hombre pueda vivir sanamente y establecer un camino
espiritual correcto, requiere que el flujo energíético entre todos sus vehí­culos permanezca siempre vigente y
permanezca fluyendo en todo momento.
Un último comentario: la mayor parte de los seres humanos tienen interrumpida la energí­a entre su
vehí­culo mental y el vehí­culo superior, sin embargo, su vehí­culo mental se ve alimentado a travíés de la
Jerarquí­a de Maestros, no dando por resultado anormalidades en el funcionamiento social del ser humano.
íšnicamente cuando se ha alcanzado la Iniciación, el hombre puede establecer un ví­nculo superior entre su
cuerpo mental y su cuerpo intuicional

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No hay acción sin reacción, ni trabajo sin recompensa.