Los ministros de Economía de la zona euro (Eurogrupo) reconocieron ayer que necesitarán más ayuda del FMI para intentar atajar el contagio de la crisis de la deuda. La llamada de socorro se produce tras el fiasco en el apalancamiento de un fondo de rescate dotado con 440.000 millones, pero del que ya se ha comprometido casi la mitad.
El Fondo Monetario Internacional, (FMI), que se coló en la zona euro de la mano de Berlín para participar en el rescate de Grecia, sigue ganando predicamento en una Unión Monetaria incapaz de resolver la crisis por sí misma. El organismo con sede en Washington se perfilaba anoche como la vía prioritaria para proteger la moneda única frente a unos embates que amenazan con tumbar a Italia, tercera economía de la Eurozona, y arrastrar de paso a España, cuarta economía más importante.
Al cierre de esta edición, el Eurogrupo ultimaba la reforma del fondo de rescate de la zona euro creado en mayo de 2010, pero varios ministros admitían la imposibilidad de aumentar su dotación hasta un nivel suficiente para cubrir las potenciales necesidades de financiación de países tan grandes como Italia o España.
La reforma pretende aumentar el fondo o Facilidad Europea de Estabilidad Financiera, dotado inicialmente con 440.000 millones de euros. El pasado mes de octubre, los líderes europeos se marcaron el objetivo de elevar esa capacidad de intervención hasta los 1.000 millones de euros.
Pero una de las fórmulas elegidas, la creación de instrumentos de inversión para atraer capital de los países emergentes, fracasó estrepitosamente durante la cumbre del G-20 en Cannes, cuando países como China o Brasil rechazaron participar directamente en el fondo. La segunda fórmula, avalar las emisiones de deuda nueva, sigue en marcha, pero no bastará para llegar a la cifra deseada.
El fiasco ha obligado a la zona euro a buscar vías alternativas, que apuntan hacia el Fondo. "Necesitamos una mayor participación del FMI", señaló el ministro holandíés de Finanzas, Jan Kees de Jager, antes del comienzo de la reunión del Eurogrupo. Y su homólogo luxemburguíés, Luc Frieden, reconoció tambiíén que el fondo de rescate de la zona euro "por sí solo no bastará para resolver todos los problemas, así habrá que actuar de manera conjunta con el FMI y con el BCE, respetando su independencia".
Fuentes diplomáticas tambiíén reconocieron que "la intervención del BCE es la única solución a corto plazo" y recordaron que "parte de la eficacia de los bancos centrales estriba en no decir todo lo que hacen". La velada alusión parece apuntar a un zarpazo en la sombra por parte del organismo de Mario Draghi. Una posibilidad que corroboraría el pacto de silencio sobre el BCE sellado la semana pasada en Estrasburgo por la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francíés, Nicolas Sarkozy. Los renovados compromisos de austeridad, que ayer le tocó presentar en Bruselas al primer ministro italiano, Mario Monti, allanarían el camino al BCE. La ministra francesa de Presupuestos, Valíérie Píécresse, confirmó que Francia y Alemania trabajan en una revisión del Pacto de Estabilidad que exigirá díéficit cero en 2016.
A la espera de la ayuda del FMI y del activismo del BCE, el Eurogrupo abordó tambiíén el rescate de Grecia por la vía tradicional. Los ministros dieron el visto bueno a la entrega de otros 8.000 millones en príéstamos a Atenas.
El Ecofin, en cambio, espera descartar hoy el aval europeo a las operaciones de recapitalización de la banca, que deberán hacerse con garantía nacional.
La banca griega pierde 14.000 millones en depósitos
La inestabilidad política en Grecia ha acelerado la salida de depósitos bancarios al extranjero, por un valor de 14.000 millones de euros entre los pasados meses de septiembre y octubre. No obstante, el nombramiento del nuevo Gobierno disminuyó la expatriación del dinero, según el gobernador del Banco Central, Yorgos Provópulos.
El responsable del banco emisor informó ayer al Parlamento que la salida de capital ha disminuido desde la formación del Gobierno de transición del tecnócrata Lucas Papademos el pasado 11 de noviembre y que, incluso, ha empezado una tímida repatriación de depósitos.
"Uno podría decir que estos dos meses y medio han sido los peores para los depósitos desde el inicio de la crisis", dijo a los legisladores Provópulos.
Los depósitos totales en el país a finales del pasado mes de septiembre ascendían a los 183.000 millones de euros.
Los bancos griegos han registrado un descenso constante en los depósitos desde finales de 2009, en el inicio de la crisis de la deuda del país, lo que llevó a los depositantes a retirar fondos en efectivo y a transferirlos a bancos extranjeros, considerados más seguros.
Las cifras
8.000 millones de euros recibirá Grecia como última entrega del primer rescate, aprobada ayer por el Eurogrupo.
240.000 millones de euros quedan en el fondo de rescate de la zona euro tras los compromisos adquiridos con Irlanda, Portugal y el segundo rescate de Grecia.