Azkoyen es uno de los valores más castigados por la crisis. Ayer rompió una cadena de nueve sesiones consecutivas sin subir, pero acumula una cáída del 35% que ha llevado la cotización a los niveles más bajos de los últimos dieciocho años. Las perspectivas no son buenas y los analistas que siguen a la empresa navarra han recomendado ‘vender’ los títulos de una compañía que no retribuye a sus accionistas con dividendos desde hace nueve años. La aprobación de la venta de tabaco en tiendas como Opencor a travíés de máquinas expendedoras no han servido para ayudar al valor.
Ahorro Corporación recomienda ‘vender’ las acciones de Azkoyen y sitúa el precio objetivo en 1,7 euros. BPI considera que hay que ‘reducir’ posiciones en el valor, BBVA ha recomendado ‘infraponderar’ y Bankia Bolsa, ‘reducir’. Los títulos de la empresa navarra cayeron el viernes hasta 1,26 euros, su nivel más bajo desde 1993 y la subida de ayer no ha servido para recuperar el terreno perdido la semana pasada.
Desde que entró en vigor la prohibición de fumar en los bares, a comienzos de año, Azkoyen ha perdido más de un 34% y desde que se conociera que las tiendas de conveniencia podían vender tabaco en máquinas expendedoras, el pasado 16 de septiembre, se ha dejado casi un 30%. Azkoyen, que continúa con el plan de reorganización del negocio, tiene una capitalización bursátil de 34,7 millones de euros. La mayor parte de las acciones de la firma, que fabrica máquinas expendedoras y sistemas de seguridad y control y medios de pago, están en manos de fondos de inversión.
El último dividendo en efectivo que dio la compañía fue en 2002. El hecho de que dejara de repartir dividendos sorprendió a muchos inversores, ya que hasta entonces había distribuido generosas retribuciones. Entre 2005 y 2008 remuneró a los inversores mediante ampliaciones liberadas de capital, de una acción nueva por cada veinte antiguas. Pese a que en 2008 el consejero delegado deAzkoyen, Miguel Iraburu, asegurase que el nuevo equipo gestor iba a estudiar volver a repartir dividendos, no han vuelto a pagar a sus accionistas.
Política vendedora
La compañía, que hasta 2008 llevó a cabo una política expansiva -sus responsables aseguraban entonces que el grupo está “constantemente buscando adquisicionesâ€-, no consigue recuperarse de la caída del consumo y en los últimos ejercicios ha vendido unidades de negocio. Pese a los extraordinarios, los beneficios de Azkoyen este año han caído y la facturación del grupo ha bajado en los nueve primeros meses del año.
Pese a todo, en Azkoyen se muestran optimistas. “La evolución del valor de Azkoyen en los últimos días obedece a comportamientos propios del mercado, donde en ocasiones la cotización de una compañía no se corresponde directamente con sus datos fundamentales (económicos y financieros). En el caso de Azkoyen, los resultados de septiembre muestran nueve meses de evolución positiva, a pesar de las incertidumbres macroeconómicas a escala nacional e internacional", afirman.
Para Eduardo Unzu, su director general, "la eficiencia de la nueva organización, el control de gastos y la agresiva política comercial y de lanzamiento de nuevos productos que se están llevando a cabo en todas las áreas de negocio indican que la compañía va por buen camino aunque ello no se refleje todavía en su cotización bursátilâ€.