Merkel toma el mando y las bolsas aplauden
por Carmen Ramos en Expansión
Desde hace días los inversores tenían dos fechas del calendario de diciembre marcadas en rojo. Las reuniones celebradas por el BCE y la Comisión Europea para, respectivamente, dar a conocer las medidas monetarias y los acuerdos establecidos para atajar la crisis de la eurozona y restablecer la credibilidad del euro.
Desde hace días los inversores tenían dos fechas en diciembre marcadas en rojo. Las reuniones celebradas por el BCE y la Comisión Europea para, ambos, dar a conocer las medidas monetarias y los acuerdos establecidos para atajar la crisis de la eurozona y restablecer la credibilidad del euro.
En los días previos las filtraciones, los globos sonda y los propios comunicados no habían cesado, de manera que las bolsas bailaban al son de la última opinión sin convicción ni volumen.
El día 8, la fecha de la primera cita, el BCE, como se esperaba, bajó los tipos de interíés otro cuarto de punto hasta el 1%. Ofreció dinero ilimitado a las entidades financieras a un plazo de tres años, antes el máximo eran trece meses, para que los bancos lo trasladen a la economía real e inviertan en Deuda Pública. A la vez, suavizó los requisitos exigidos para financiar a las entidades y redujo el coeficiente de reservas que tienen que mantener en cuentas de los bancos centrales del 2% al 1%. Unas medidas extraordinarias que lógicamente obedecen a una situación extrema, ya que la entidad rebajó drásticamente las previsiones de crecimiento de la eurozona para el año 2012.
Por otra parte, rechazó la compra masiva de bonos y reclamó el pacto fiscal. En este punto no podía hacer otra cosa hasta que los países de la zona del euro ratificasen las exigencias de Merkel. Los índices bursátiles bajaron en picado y lo peor es que las ventas fueron apoyadas por un elevado volumen de negociación.
El viernes día 9 amaneció en un mar de dudas. El comunicado posterior a la cena de jefes de Estados y Gobierno de la UE, que concluyó a las cinco de la madrugada, mostró que Reino Unido se oponía a las exigencias de Alemania y Francia, pero los 17 del euro daban el visto bueno. Las bolsas se fueron animando a medida que se perfilaban los acuerdos, se valoraba su importancia y se sumaban países de la UE. Alemania se ha salido con la suya, nos va a meter en vereda, pero a la vista de como va su economía y como funciona la nuestra, puede ser lo mejor para nosotros. Las bolsas lo han celebrado porque es el primer tramo, de un largo camino, para que la eurozona recupere su credibilidad, se frene la crisis de la Deuda y se recuperen las economías.