Enel ya ha cumplido la travesía en el desierto impuesta por la Comisión Nacional de Energía y rebajada posteriormente por Industria tras inmiscuirse en la batalla energíética por excelencia: la oferta de compra sobre Endesa.
La elíéctrica italiana se librará a partir del próximo mes de enero de la vigilancia que le impuso el Gobierno español y el organismo regulador para dar luz verde a la oferta que lanzó junta con Acciona. De este modo, la compañía italiana tendrá ya las manos libres para cambiar la marca, llevarse el domicilio social donde desee o alterar el centro efectivo de dirección y decisión, entre otras cosas.
Enel ha cumplido los cinco años preceptivos que la institución reguladora le impuso para permitir su desembarco en Endesa y a partir de ahora podrá seguir su propia estrategia sin la tutela del Gobierno español.
Doce requisitos
La CNE propuso un total de doce requisitos para poder hacerse con el control de la por entonces primera elíéctrica española, pero finalmente el Ministerio de Industria, encabezado entonces por Joan Clos, rebajó las exigencias a sólo siete requisitos, tras las presiones recibidas desde Bruselas.
Endesa podrá acometer desde enero un nuevo plan de inversiones para la empresa sin las ataduras anteriores. Previsiblemente, este nuevo plan de negocio se díé a conocer el próximo mes de marzo, cuando Enel -como es habitual- presentíé a la comunidad de analistas sus previsiones.
Enel y Acciona estaban tambien obligadas a mantener Endesa como una empresa autónoma con plena responsabilidad operativa en el cumplimiento de su plan de negocio, y sociedad de cabecera de su grupo, manteniendo su marca, así como su domicilio social, su órgano de administración y su centro efectivo de dirección y decisión en España.
Marca Endesa
Todo esto ya dejará de estar vigente y la elíéctrica italiana podría tomar otro camino. No obstante, Endesa explicó que Enel ha apostado por la marca Endesa con un patrocinio potente de la liga de baloncesto española y no hay previsto ningun cambio societario. Eso sí, se especula con que podría incluirse alternativas como 'Una compañía de Enel' en la marca.
Endesa deberá estar perfectamente capitalizada. Para ello, la elíéctrica debía cumplir un ratio de servicio de la deuda expresado a travíés de la deuda financiera neta/ebitda menor que 5,25 durante tres años, un requisito que expiró hace ya algun tiempo, al igual que ahora decae la obligación de comunicar trimestralmente al regulador la evo- lución de este indicador.
La elíéctrica italiana se comprometió tambiíén a que el consumo anual agregado de cada central propiedad de Endesa, que actualmente consume carbón nacional, no fuese inferior a las cantidades anuales agregadas previstas para consumo de dichas instalaciones en el Plan Nacional de la Minería (2006-2012) en la medida en que se mantuvieran las condiciones de demanda.
Enel tenía tambiíén la obligación de preservar las actuales sociedades gestoras de activos de transporte, distribución y generación de los sistemas extrapeninsulares.
La compañía italiana mantenía la obligación de asumir y realizar todas las inversiones en actividades reguladas de gas y electricidad, tanto de transporte como de distribución previstas en los planes de inversión anunciados por la compañía entre 2007 y 2011, así como los previstos en la Planificación energíética hasta 2012 y en el Informe Marco de la demanda de energía de la propia CNE. Ahora todos aquellos planes quedan agotados y la obligación quedará reducida al cumplimiento de la planificación obligatoria.
Desde 2007 a 2011 las sociedades de Endesa que desarrollasen actividades reguladas sólo podrían repartir dividendos cuando los recursos generados fuesen suficientes para atender los compromisos de inversión, como la suma de la amortización de la deuda financiera prevista del ejercicio correspondiente. Ahora, dependerá únicamente de la decisión de su órgano de dirección.
Sobre los activos nucleares, Enel debía asumir y mantener las obligaciones y reglamentaciones vigentes. Por ese motivo, Enel estaba obligada a informar anualmente a la CNE de cualquier incidencia que hubiese afectado a la producción.
Enel comienza una nueva etapa en la que se abre un escenario nuevo para la elíéctrica en pleno debate sobre el futuro del sector.
