Acelerar la reestructuración del sistema financiero es una de las prioridades anunciadas ayer por el futuro presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Y le ha puesto fecha: junio. Para ello exigirá una nueva recapitalización de las entidades, sobre todo las más díébiles. El objetivo es que afloren las píérdidas latentes aún sin provisionar vinculadas al sector inmobiliario. Incentivará otra oleada de fusiones, tras mostrarse contrario a la creación de un banco malo. A la espera de "los detalles", los grandes bancos comparte estas medidas.
El futuro Gobierno parece que comulga con gran parte de las propuestas realizadas por los bancos sistíémicos españoles, sobre todo Santander, BBVA, Popular y Sabadell, y en general con las de la AEB. La patronal bancaria celebró "la prioridad y transcendencia que el futuro presidente del Gobierno ha otorgado a la reestructuración del sistema financiero español", indicó un portavoz de la AEB. Y añadió que el sector se "congratula, en particular, de que se establezca como objetivo de la reestructuración tener entidades eficientes, rentables y solventes".
Los planteamientos realizados por Rajoy recogen las iniciativas que en las últimas semanas le han presentado los responsables de estas entidades. Incluso CC OO se muestra a favor de que se acelere la reestructuración de la banca. CECA tambiíén, pero prefiere esperar a los detalles para hacer una valoración completa.
Solo las pretensiones de Bankia y de otras cajas no coinciden inicialmente con las medidas anunciadas por Rajoy. El presidente de Bankia, Rodrigo Rato, es partidario de la creación de un banco malo para agrupar los activos tóxicos inmobiliarios, sobre todo suelo, que permita a la entidad limpiar su balance con ayuda del FROB o del Fondo de Garantía de Depósitos (FGD). El nuevo presidente del Gobierno intentó ayer pasar de puntillas sobre su posible constitución, pero al final tuvo que pronunciarse ante una pregunta de IU-ICV-CHA. "No estoy a favor de crear un banco malo", dijo.
La primera medida que va a implantar en el sector financiero será, no obstante, el saneamiento de los balances, para lo que es necesario la venta de los inmuebles terminados en manos de la banca. Rajoy insistió en la necesidad de finalizar la reestructuración financiera despejando las dudas sobre las valoraciones de los activos inmobiliarios.
Considera que estas dudas "están impidiendo un acceso adecuado de las entidades financieras a los mercados y, a su vez, contaminan la credibilidad de la deuda pública". Reclama ante ello una valoración muy prudente de los activos menos líquidos, como son los solares y promociones inmobiliarias sin terminar.
"Estas medidas supondrán la asunción de píérdidas latentes u ocultas en los balances, por lo que es inevitable una segunda ola de reestructuraciones, con más fusiones y más necesidades de capital", aseguró. Rajoy considera que una vez despejadas las incertidumbres del sector financiero el acceso al críédito de los ciudadanos se normalizara.
El plazo para la reestructuración es de seis meses, tiempo durante el cual los bancos deberán acelerar sus fusiones y obtener más capital para mantener su solvencia.
Los grandes bancos, de hecho, han pedido a Rajoy que acelere la subasta de las entidades con problemas, sobre todo, las dos cajas nacionalizadas y que en principio tenían aún casi un año para buscar capital por su cuenta, Novagalicia y Catalunya Caixa.
Según el calendario que maneja el Banco de España en marzo está previsto que se subaste Unnim, cuyo único accionista es el FROB, con el 100% del capital. Un mes despuíés, en abril, sería Banco de Valencia la entidad que se sometería a su venta a travíés tambiíén de una subasta. Pero tras las palabras de Rajoy se desprende que las dos grandes cajas intervenidas serán subastadas tambiíén a más tardar en junio.
Cálculos de algunos bancos elevan las píérdidas latentes que aún están sin provisionar por el conjunto del sistema financiero entre 100.000 millones y 125.000 millones de euros. Estas necesidades de capital están vinculadas a las carteras de activos tóxicos relacionados directamente con el ladrillo y el suelo. Alguno de estos grandes bancos asegura que estas píérdidas latentes pueden suponer unas necesidades de capital en un escenario de riesgo de unos 70.000 millones de euros para alcanzar un capital core del 8%, mínimo que debe alcanzarse.
El gran debate es quiíén pone ese capital y hace la valoración de los inmuebles. Por ello, se hacen necesarias las fusiones, explican estas fuentes. La gran banca estaría a favor de que se establecieran esquemas como el que se ha aplicado en CAM, con unas ayudas aportadas por el FGD para cubrir las píérdidas por morosidad.
Otra iniciativa que la gran banca ha propuesto a Rajoy es la de crear instrumentos para afrontar la precaria situación de liquidez del sistema, para evitar que se desencadenen problemas adicionales de solvencia, y permitir la gradual normalización del mercado.
Lo que consistiría en crear esquemas de intercambio de activos "ilíquidos" (suelo, sobre todo) por activos descontables en el BCE, principalmente. Estos esquemas, no obstante, no "deben servir para que la entidades insolventes eludan su saneamiento y recapitalización", señalan fuentes bancarias. Y añaden que los gestores de estas entidades deberían dejar sus cargos y subastar estas entidades.
Duras críticas a la labor de Ordóñez
Rajoy tampoco se olvidó en su discurso de investidura como presidente del Gobierno de anunciar cambios en la estructura del Banco de España para que gane poder. No era una novedad, como las reformas en el sector financiero, Rajoy ya había comentado su proyecto de mejorar la supervisión del Banco de España. Pretende que su labor se agilice y tecnifique. Varias fuentes bancarias destacan la contundencia con la que Rajoy criticó la labor del actual gobernador del Banco de España, Miguel íngel Fernández Ordóñez, al asegurar que con la reforma se pretende evitar "las indecisiones y bloqueos que lo han caracterizado". Es la primer vez que Rajoy se muestra públicamente tan duro con Ordóñez, más si se tiene en cuenta desde donde ha realizado sus críticas, en el Congreso el día de su investidura. Su opinión coincide tambiíén con la de varias entidades financieras, aunque estas prefieren no comentarlo públicamente. "El proceso de reestructuración se empezó tarde y está perdiendo impulso", señalaba la semana pasada en privado un directivo de un gran banco. Pese a las críticas vertidas sobre Ordóñez, será íél quien finalice la reestructuración del sector, ya que el compromiso de Rajoy es finalizar la reforma en junio, un mes antes de que venza el mandato del gobernador. Tambiíén habrá otra de la ley de cajas.