El Zorro, el Búho, los Inmuebles y la Bolsa
El Bosque estaba alborotado, unos mostraban su gozo, otros su preocupación, y otros su inmenso pesimismo. El precio de las guaridas se habían puesto por las nubes, y no existía oro que las pagara. Los habitantes hablaban de mudarse a Bosques más lejanos:
- Aquí no se puede vivir, decía el Cuervo.
- Estaremos toda la vida trabajando para llegar a un buen cubil, decía el Lobo. –
- No se a donde vamos a llegar. Puntualizaba la Serpiente.
- Aquí va a pasar algo, amenazaba el Jabalí.
Lo cierto es que el último ciclo alcista inmobiliario había llegado al Bosque, y los precios se habían más que duplicado en los últimos siete años. El Zorro tambiíén mostraba su preocupación, ya que tenía parte de su patrimonio metido en ese tipo de inversiones, y no le apetecía nada que viniese una crisis que hiciese disminuir el valor de sus bienes. Como ya había trasmitido su inquietud a su pareja varias veces, y está siempre lo tranquilizaba, no le dio mucha importancia hasta ese día. Pero aquello era distinto, pensaba, no sólo la prensa salmón no cesa en su alarmismo, es que el Bosque estaba revolucionado. Ni corto ni perezoso, nuestro amigo decidió consultar con el sabio del Bosque: el viejo Búho, que vivía en el gran árbol, y hacía ese sitio encaminó sus pasos.
Al llegar se extrañó de que no estuviese el Búho, lo llamó varias veces , pero nada de nada. Ya se iba cuando reparó en un cartel: “SE VENDE O ALQUILAâ€, el cánido alucinó. ¡Si hasta el Búho vende su cubil!, ¡esto es grave!, ¡esto es muy grave!. En ese instante regresó el Búho:
- Hola Zorro, ¿cómo tú por aquí?.
- Es que te mudas Búho, “no, ¿por quíé lo preguntas?.
- Por ese letrero
- ¡Ah, no!, no me mudo. Es una forma de optimizar los recursos.
- ¿Cómo Búho?.
- Te explico: Sabes que los inmuebles han subido mucho, no?.
- Si, lo sabe todo el Bosque.
- Bien, pues este árbol ha crecido y he decidido construir otro cubil más grande en la parte de arriba, y vender o alquilar el antiguo.
- ¡Vaya!, por un momento pensíé que te ibas.
-No, me quedó, este es mi Bosque. Bueno, ¿deseas algo más?.
- Si, contestó el cánido, venia a preguntarte que opinas de el valor al que han llegado los inmuebles. ¿Existe burbuja inmobiliaria, es mejor vender y ponerlo todo en Bolsa, que opinas?.
- Uff Zorro!, muchas preguntas a la vez. Vamos por partes: Los precios ha subido, pero este es uno de tantos ciclos alcistas que experimentan todos los bienes a lo largo de los años. Ya ves, la Naturaleza tiene sus ciclos, y locomportamientos de los mercados los suyos. Claro está, que estos últimos están muy manipulados por los Hombres, pero al fin y al cabo son ciclos.
- Ya Búho, pero algo como lo de ahora no se recuerda. ¿Cómo que no?. Vaya si se recuerda. Sin ir más lejos, el alza de los inmuebles a finales de los años ochenta fue más violento. Los precios subieron lo mismo, pero en menos tiempo. Eso no lo recuerdo Búho.
- Es que sólo recordáis lo que os conviene, o lo que os ordenan los políticos.
- Y bien, ¿crees que seguirán subiendo?.
- Difícilmente, y menos a este ritmo, el ciclo anuncia su fin. Los precios descansarán una díécada, y volverán a dar guerra.
- ¿Tú crees?.
- Si, así lo creo. Es el eterno fluir de los mercados.
- ¿Entonces no existe riesgo?. Vivir es riego Zorro, hoy en día no existe inversión sin riesgo. Ten en cuenta que el precio de los inmuebles se rige no sólo por la oferta y la demanda, sino por los políticos, que tienen mucho que ver ello.
- ¿Por quíé?.
- Los precios suben no sólo por el incremento de los costes, esto es lo de menos, lo que verdaderamente influye en los precios son la manipulación del precio del suelo, causa política, y el inacabable papeleo, tambiíén de la misma responsabilidad. La construcción en si no es mala Zorro, da empleo y hace mover la economía, desde el cemento hasta el vidrio, pasando por casi todos los sectores productivos de la sociedad, incluyendo muebles, electrodomíésticos.....
- Si, es cierto Búho.
- Por otro lado, los inmuebles han sido siempre la inversión más estable en el tiempo, son ahora los políticos de la izquierda, los que no quieren que la gente progrese, no dicen más que tonterías para que la gente no compre inmuebles y no se vuelva conservadora y celosa de sus posesiones. Por otro lado, si los inmuebles bajan apreciablemente, tendrán que bajar el I.B.I..
- Eso no lo creo Búho, ya que dirán que estaban tasados a menos de su valor de mercado.
- Puede Zorro, que acudan a disculpa tan peregrina, pero no dejará de llamar la atención, aparte de que me gustaría oír la disculpa que pondrán para subirlo en tal ocasión.
- Entonces, ¿son mejores los inmuebles que las acciones?.
- Vaya!, esta es la eterna pregunta en el mundo de la inversión. Te diría que cada uno debe escoger el tipo de inversión que mejor se adapte a su carácter, recursos, y necesidades. Una vivienda, tú casa, nunca es mala inversión, comprar más de una, o bajos comerciales, oficinas, etc. dependerá de la disponibilidad de cada uno y de sus deseos.
- Kostolany decía que eran mejores las acciones, ya que tenían mayor liquidez, y se podía ganar más, aparte de que no pagaban tantos impuestos.
- El razonamiento no está exento de razón Zorro, pero una casa siempre la necesitarás.
- Claro, claro, pero para invertir en inmuebles hoy en día se necesitan grandes recursos e incluso endeudarse, y para invertir en Bolsa poco se necesita para empezar.
- En eso tambiíén tienes razón, por eso te he dicho que cada uno debe elegir. ¿Ahora mismo tú en que invertirías Zorro?.
-Yo ahora le veo más posibilidades a la Bolsa, y cuando acabe de subir esta, aconsejo vender las acciones y comprar inmuebles, así quedarás más protegido de los vaivenes del mercado.
- No es mal consejo Zorro, no es mal consejo. Debes aplicarte tu propio razonamiento, e invertir según te aconsejen los mercados y el sentido común.
- ¡Gracias Búho!, ¡me has ayudado mucho!.
Estaban a punto de despedirse cuando les llamó la atención la Ardilla, que estaba trasportando incansablemente nueces a su cubil. Los dos amigos se miraron y se dieron cuenta, que lo que más urgía era provisionar para el invierno, y sonriendo, se despidieron. El Zorro se acercó a uno de sus sitios favoritos en la ribera del río, se acostó a calentarse con los últimos rayos de Sol del atardecer, y observando como crecía el río, pensaba: ¿Inmuebles o Bolsa?, a veces en la vida hay que ser sabio y escogerlos a ambos en un 50 %, esto lo pensaba el Zorro, ser, un tanto pasional, al que en muy contadas ocasiones de la vida lo veríamos tan genialmente equilibrado.
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