A grandes problemas, grandes remedios. Goldman Sachs, el banco de negocios que contrató Caixabank para vender una cartera de críéditos dudosos valorada en 1.500 millones, se ha ofrecido para adquirir esos activos despuíés de no ser capaz de encontrar compradores que estuvieran dispuestos a pagar las valoraciones que íél mismo exigía. Así lo aseguran fuentes próximas a la caja catalana, que ahora aguarda la propuesta final del americano.
La transacción, conocida como Galaxy, se puso en marcha antes del verano del pasado año y tenía como objetivo depurar el balance sacando fuera críéditos que ya habían sido provisionados. Caixabank contrató para esa operación a Goldman Sachs, que inició un proceso de subasta entre los principales fondos oportunidades o de distress del mundo. La cartera estaba formada por de 600 millones de euros de activos adjudicados y otro de 900 millones de activos sin colateral.
Sin embargo, las ofertas recibidas por inversores especializados, como Cerberus, Fortress y Apollo, se quedaron muy lejos del precio que solicitaba Goldman Sachs en nombre de Caixabank para adjudicar dichos porfolios. Por este motivo, la entidad catalana presidida por Isidro Fainíé decidió a finales de año paralizar la puja y meter la operación en un cajón, según han confirmado tanto fuentes de la institución con sede en Barcelona como otras del propio banco estadounidense.
Para sorpresa de varios de los candidatos a hacerse con esos activos, el cajón se ha abierto recientemente debido a que el propio Goldman Sachs ha presentado una oferta a Caixbank para que uno de sus fondos se quede con las citadas carteras de críédito. Así lo han corroborado fuentes próximas a la operación y otras cercanas al banco con sede en Barcelona, las cuales se mostraron muy sorprendidas por el movimiento de Goldman Sachs.
Preguntado el banco de inversión por este movimiento, en un primer lugar señaló que se estaba en negociaciones con Caixabank para comprar unos activos dudosos, pero que eran diferentes a los que comprendían la cartera incluida en la Operación Galaxy. Por tanto, no había ningún tipo de transacción extraña que pudiera molestar a los fondos distress que participaron en la subasta. Despuíés negaron que se estuviera en conversaciones para adquirir ningún tipo de activo de La Caixa.
A la tercera entidad bancaria de España por capitalización bursátil le costó entender en un principio la reacción de Goldman Sachs, al considerar que no era normal que cursara una oferta por unos activos que el mismo banco de negocios había valorado por encima de las tasaciones de los inversores conocidos tambiíén como buitres. Sin embargo, en el sector de la banca de inversión explican que Goldman Sachs suele utilizar este tipo de estrategias cuando un activo puede ser interesante para cualquier de sus filiales o sus fondos de capital riesgo, infraestructuras u oportunistas.
Un negocio muy rentable
Goldman Sachs cuenta con una unidad denominada Special Situations Group (SSG) que fue creada a finales de los años noventa para aprovecharse de la crisis financiera en Asía. El banco estadounidense hizo mucho dinero con la adquisición de empresas en situaciones límite. Más tarde tambiíén sacó una importante tajada de la quiebra de Enron. Pese a todo, la entidad nunca ha desvelado datos públicos de SSG, un negocio que hasta hace poco se incluía en la división de trading, renta fija y materias primas.
La nueva regulación financiera estadounidense, que prohíbe a la banca hacer determinadas operaciones de trading con altos niveles de riesgo, ha provocado que Goldman Sachs haya cerrado dos de sus firmas dedicadas a este tipo de transacciones. La Dodd-Frank Act, conocida como Ley Volcker, por ser impulsada por el veterano -83 años- ex presidente de la Reserva Federal, limita determinadas inversiones en capital riesgo y hedge funds por parte de las entidades que han recibido cualquier tipo de ayuda estatal.
Aunque Goldman Sachs nunca desvela datos sobre esta unidad de SSG, lo que se sabe es que al menos tiene levantados tres fondos bajo la denominación de Goldman Sachs Liquidity Partners. El último lo constituyó en 2007 con entre 1.700 y 1.800 millones de dólares. En 2006 y 2007, estas inversiones generaron cerca de 4.000 millones de ingresos para la matriz, según varios documentos públicos que hizo el banco en el Congreso americano con motivo de varias investigaciones.