Italia y España superaron este jueves con íéxito su primer examen del año en los mercados de deuda, pero en Grecia, las negociaciones para la quita parcial de su deuda proseguían en un ambiente febril, mientras los bancos recordaban que el país tiene el tiempo "contado".
La primera emisión del año de deuda soberana de Italia y España fue un íéxito absoluto. Italia logró su objetivo de captar 12.000 millones de deuda a un año con unos intereses del 2,735%, frente al 5,952% que pagó en diciembre, mientras España emitió títulos por 9.986 millones a medio plazo, el doble de su objetivo, aprovechándose de la caída de las tasas (entre 3,384% y 3,912%, frente al 4,871% y 4,848% de las últimas operaciones similares).
En el caso de España, otro eslabón díébil de la zona euro, cuyo díéficit público superará el 8% del PIB en el 2011, dos puntos porcentuales por encima de la meta, las autoridades han sido exhortadas por Bruselas a adoptar nuevas medidas, en particular en lo que respecta al mercado laboral, pues cuenta con la mayor tasa de desempleo de Europa, un 21,5%.
El Tesoro italiano se someterá de nuevo a prueba el viernes, cuando intentará captar entre 3.000 y 4.750 millones de euros en bonos a 3 y 10 años.
El presidente del BCE, Mario Draghi, cuya entidad mantuvo los tipos de interíés en el histórico 1%, aseguró que los países más endeudados de la Eurozona han realizado "avances muy sustanciales" en materia presupuestaria.
"En cierta medida, los mercados lo están reconociendo", agregó.
El íéxito de estas emisiones, debido sobre todo, según los analistas, a la liquidez inyectada en diciembre por el BCE a los bancos, de 489.000 millones.
Los países europeos, además, lograron avanzar el jueves por la noche al ponerse de acuerdo sobre las grandes líneas del nuevo pacto presupuestario que debe reforzar la disciplina en la Eurozona, instaurando en particular una regla de oro sobre el retorno al equilibrio de las cuentas públicas, indicaron negociadores a la AFP.
Las Bolsas europeas terminaron, no obstante, dispares. Fráncfort y Milán en alza, Londres y París en baja y Madrid estable.
Aunque el íéxito de las emisiones de deuda italiana y española ha rebajado la tensión de los mercados, los analistas siguen vigilantes. "No nos precipitemos", dijo Ranvir Singh, consejero delegado de la empresa de análisis RANsquawk, "la zona euro sigue en una posición difícil".
Y es que Grecia, epicentro de la crisis de la deuda, vuelve a concentrar todas las miradas. Las negociaciones del sector privado para condonar parcialmente su deuda --unos 100.000 de sus 350.000 millones--, se prosiguen en un ambiente febril.
"Se empieza a agotar el plazo", declaró el Instituto Internacional de Finanzas (IIF), el lobby bancario mundial, cuyo presidente, Charles Dallara, se reunió con el primer ministro griego y el ministro de Finanzas para tratar de cerrar las negociaciones y evitar la bancarrota del país en marzo.
Atenas espera concluir un acuerdo "a finales de la semana próxima", admitió un responsable del ministerio de Finanzas griego.
Pero la factura puede ser mayor para sus principales acreedores, como lo dejó entrever la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, durante su visita a Berlín el martes, según recoge la prensa alemana.
Según Lagarde, será necesario aumentar en varias "decenas de miles de millones" de euros la ayuda a Atenas.
Recogiendo el guante de Lagarde, el ministro adjunto de Finanzas, Philippos Sahinidis, advirtió que si la participación de los acreedores privados no llega a la quita prevista --el 50% de la deuda en sus manos--, "será necesario un apoyo mayor de nuestros socios" europeos y del FMI.
Consciente de que la situación sigue siendo muy delicada en la zona euro, Mario Draghi presionó a los dirigentes europeos para que adopten un nuevo pacto de disciplina presupuestaria en enero y no en marzo como estaba previsto.
"Necesitamos con urgencia acontecimientos rápidos", dijo, instando a Grecia de que "actúe de nuevo en el plan presupuestario", es decir, que adopte más medidas.
Esto es precisamente lo que critica Monti, que instó este jueves a Bruselas a que trabaje a favor del crecimiento económico y evite centrarse únicamente en la "disciplina presupuestaria".
Monti, que se reunirá el 20 de enero en Roma con Merkel y Sarkozy, ha advertido que los esfuerzos de austeridad no bastarán si no hay una respuesta "común, solidaria y convencida" para alcanzar resultados.