El PP apunta a la entrada del capital privado en la hotelera, que tuvo resultado negativo en 2009 y 2010. El auditor duda del plan estratíégico y la firma realza el valor de la enseña.
Cada vez que hay cambio tras las elecciones aflora el tema de la privatización de Paradores". Una fuente de la hotelera asume resignada las noticias, rumores y especulaciones que se han levantado a su alrededor desde que, antes de las elecciones, el Partido Popular apuntara a una posible venta de la empresa pública. Despuíés, medios digitales señalaron que estaría valorada en 2.000 millones de euros. El pasado martes, el nuevo ministro de Industria, Energía y Comercio, Josíé Manuel Soria, no pudo concretar el futuro de la cadena. El responsable de Turismo aseguró que "por el momento no tienen estudiada una posible privatización" y que se puede plantear la entrada de la iniciativa privada en la gestión. "No se tiene planteado ni se descarta", apuntó.
La hotelera pública es una empresa compleja y cada movimiento necesita ser mirado con mucho tino. Para empezar, los 93 establecimientos, más los 14 en desarrollo y construcción, no pertenecen al Estado. "Están cedidos gratuitamente por ayuntamientos, comunidades autónomas, la Iglesia e incluso por particulares para la construcción del parador", cuentan desde la compañía. Esto implica que, si se decidiera vender la piedra, cabría la posibilidad de que el propietario lo reclamara de nuevo para sí por ruptura de las condiciones contractuales, "ahora que ya está arreglado y con el hotel montado". Al fin y al cabo, lo que se ha cedido en muchos casos al Estado son edificios históricos en ruinas.
Además, la compañía ha cosechado píérdidas durante los dos últimos años. En concreto, y según las cuentas de 2010, ha registrado resultados negativos en el ejercicio 2009 por valor de 24,4 millones y en 2010, de 17,2 millones. De hecho, en estas cuentas se asume que "como consecuencia de la reducción del negocio en 2009 y 2010, este es el segundo año en el que la sociedad presenta un resultado de explotación negativo por importe de 22,3 millones de euros". En 2009, el resultado de explotación negativo ascendió a 33 millones. Según datos facilitados por Paradores, en 2011 ese resultado operativo está en números negros. El Ebitda a cierre de año alcanzará los 13,3 millones de euros.
No obstante, Grant Thornton, auditor de las cuentas de 2010, dudaba, y así lo puso como salvedad en el documento, del plan estratíégico de la compañía. La empresa decidió en 2010 activarse determinados críéditos fiscales acumulados con las píérdidas de los dos años porque, según la compañía, dispone de un plan de negocio que le permitiría entrar en beneficios y por tanto usar ese escudo tributario para minorar el hipotíético pago de impuestos. Sin embargo, el auditor destaca que "las píérdidas incurridas en 2009 y 2010 han provocado que el fondo de maniobra sea negativo en un importe de 80,2 millones de euros". "Estas condiciones indican la existencia de una incertidumbre sobre la capacidad de la compañía para recuperar completamente el activo por impuesto diferido referido", afirma el auditor. Incertidumbre, pues, de que la compañía vuelva a beneficios en plazo y pueda compensar el críédito fiscal que se activa.
La empresa considera que la nota es un "dato tíécnico sin importancia" y achaca las píérdidas al hecho de que han asumido "inversiones que no nos correspondían". Estas mismas fuentes cuentan que "la construcción de nuevos paradores tiene que ir a cuenta de Turespaña en los Presupuestos Generales del Estado". Sin embargo, "bajo el mandato de los últimos presidentes, se ha asumido el desarrollo de los nuevos establecimientos en las cuentas de la compañía y son esas amortizaciones lo que han colocado a la empresa en píérdidas", detallan.
Así, realzan el hecho de que la construcción de cada parador requiere de una inversión de unos 30 millones de euros, mientras que el resultado operativo de toda la compañía se limita a los citados 13 millones de euros. "Paradores como cadena hotelera es rentable, sin lugar a dudas, pero no puede asumir lo que no le corresponde", explican. Según los datos facilitados por la propia compañía, acumula un nivel de inversión de 464,2 millones de euros en los últimos 10 años. En 2009, invirtieron 24,5 millones de euros y en 2010, 25,1 millones. "Paradores necesita un flujo de inversión anual constante en mejoras y modernización. A partir de ahora, lo inteligente sería dedicar el dinero solo a construir lo ya planeado y a mantener y mejorar la red, sin nuevas aperturas", señalan.
La marca, la plantilla y la rentabilidad
Una posible entrada de la gestión privada pone a la empresa frente a otras de sus peculiaridades. Para empezar, el valor del verdadero bastión de la compañía, la marca Paradores. Más allá de los edificios, el valor de la enseña es grande y cada vez más internacional. "El 68% de nuestro público fue nacional y el 32%, internacional en 2011. Hemos mejorado las cifras desde 2008, en que era un 72% nacional y un 28% internacional", detallan desde la compañía.
"La marca es buenísima y tiene un posicionamiento muy positivo en el mercado anglosajón y en Amíérica Latina", afirma Bruno Hallíé, socio fundador de la consultora hotelera Magma TRI. "La gestión solo cabría siempre y cuando mantengamos la marca. Otra cosa es que se venda el paquete", afirma Hallíé. "Es un producto reconocible y diferenciado, con potencia y con capacidad de comercializarse en el extranjero", dicen desde la empresa. El interíés es tal que "hay países del Golfo interesados en copiar el modelo y el proyecto de Paradores en sus países". Así, en las cuentas de 2010 se asegura que se ha firmado un preacuerdo con Arabia Saudí, un contrato con Omán y que "las negociaciones con Marruecos están muy avanzadas" para la transmisión, en todos los casos, del know-how de la cadena.
El socio de Magma tambiíén apunta que la cadena tiene "una media de ocupación alta, un precio medio digno y un nivel de facturación alto". Así, la media de ocupación fue del 62% en 2011, el precio medio de 97 euros por habitación y las ventas, superiores a los 200 millones de euros, dicen en Paradores.
El obstáculo para Hallíé es "el alto coste de la plantilla". La cadena tiene 4.476 empleados, más del doble de cualquier rival medio con un número de establecimientos similar.
Aunque la empresa asume este hándicap, tambiíén destaca que le garantiza "una calidad de servicio homogíénea en todos los establecimientos, tengan la categoría que tengan".
Además, la propia empresa es consciente de que "no todos los paradores son rentables. Se mantienen porque pertenecen a un red más grande que les respalda, pero tienen difícil proyección internacional". Por ejemplo, los cinco edificios de la comunidad autónoma de Canarias "no responden al tipo de turismo que acude a la región, que busca sol y playa", afirman. La entrada de capital privado "promovería que se desmiembre la marca y se quiten establecimientos, lo que significaría", a ojos de esta fuente, "el fin de Paradores en cinco años".
Candidatos para la compra de la hotelera
Y si se vendiera, ¿quiíén compraría Paradores? Probablemente no fuera una cadena hotelera española. La crisis del turismo de los últimos años ha colocado a las empresas en dificultades financieras que las obligan a vender activos, a buscar socios fuera, en China y EE UU, por ejemplo, y a optar por la gestión exclusiva de los hoteles en lugar de por la propiedad.
Además, en muchos casos, el producto Paradores no casa con la estrategia que están siguiendo la mayoría de las españolas, volcadas por un lado en el turismo urbano y por otro en los grandes resorts de lujo en lugares de sol y playa, como Míéxico o el Caribe. Los edificios de Paradores están colocados en lugares de naturaleza idílica pero alejados de las principales capitales y de difícil acceso en muchos casos. "Sería más fácil que viniera una compañía hotelera de fuera de España a comprar Paradores antes que una española", señala Hallíé, que está convencido de que "habría grandes interesados" en el caso de que saliera el cuaderno de venta, que nadie ha visto de momento.
Una porción de la historia de España
Año 1910
El Gobierno de España encarga al marquíés De la Vega Inclán el proyecto de crear una estructura hotelera, entonces prácticamente inexistente en el país, que diera hospedaje a los excursionistas y mejorara la imagen internacional de España.
Octubre de 1928
De la Vega Inclán impulsó, en 1926, la construcción de un alojamiento en la sierra de Gredos. La idea entusiasmó al rey Alfonso XIII, quien eligió el emplazamiento. Las obras se culminaron en octubre de 1928. El Parador de Gredos se convirtió en el primero de la posterior red de Paradores de España.
Año 1930
La coyuntura de los felices años veinte, los resultados de la primera gestión y la Exposición Ibero-Americana animaron a la construcción de nuevos paradores en edificios monumentales, como los inaugurados en Oropesa (1930), íšbeda (1930), Ciudad Rodrigo (1931) o Míérida (1933), entre otros. Los primeros albergues de carretera se integraron en la red y abrieron Manzanares (1932), Bailíén (1933) o Benicarló (1935).
1936-1939
La Guerra Civil significó un retroceso para el turismo. Algunas de las infraestructuras de la red fueron dañadas o utilizadas como hospitales.
Años cuarenta y cincuenta
Durante el periodo posterior a la guerra se crearon paradores con diversos fines, para la difusión de los escenarios más importantes de la contienda o para potenciar los atractivos turísticos. La conversión del convento de San Francisco de Granada, en el corazón de la Alhambra, tuvo lugar en 1945.
Años sesenta
El mayor proceso expansivo se produjo en la díécada de los sesenta, coincidiendo con el importante desarrollo turístico que vivió el país. En esos años, la red de Paradores pasó de 40 a 83 establecimientos.
La transición y los ochenta
La Transición española supuso el cambio de titularidad de la Dirección General de Paradores y, sobre todo, su dependencia administrativa. Se planteó una amplia reestructuración, cerrándose algunas instalaciones obsoletas o alejadas de las rutas habituales y deficitarias. Se revisaron los criterios de explotación, para mejorar la rentabilidad. En los ochenta entran a formar parte de la red de Paradores algunos hoteles de la cadena pública Entursa.
Años noventa
Paradores vive un cambio fundamental. El 18 de enero de 1991 se constituye la sociedad anónima Paradores de Turismo de España, SA. El objetivo es hacer de la cadena una empresa rentable que se sirva exclusivamente de sus propios beneficios para mantenimiento y explotación de la red. Hay 85 establecimientos y dos hosterías.
Siglo XXI
Paradores "conjuga tradición con vanguardia y desarrolla una apuesta por las políticas ambientales, una fuerte inversión en la renovación de la red y el desarrollo de iniciativas de I+D".