â– Israel Ferrer ha ganado sendos pulsos a Ibercaja, Santander y BBVA.
â– Inició su cruzada para recuperar las comisiones bancarias que considera abusivas y sigue pleiteando para recuperar otros 35.000 euros.
â– Estuvo 12 años como autónomo y cuenta su experiencia para que otra gente sepa que "puedes conseguir que te devuelvan esas comisiones".
"Por casualidad, un día me di cuenta de todo el dinero que me estaban cobrando". Así rememora Israel Ferrer –un joven alicantino que abrió varias empresas pequeñas, cerradas ahora por la crisis– cómo inició su cruzada particular para recuperar las comisiones bancarias que considera abusivas.
De momento, ya le han devuelto unos 600 euros de las más pequeñas (entre 40 y 120 euros), aunque sigue pleiteando para recuperar otros 35.000.
Estuvo 12 años como autónomo y cuenta "indignado" su experiencia" para que otra gente sepa que no tienen derecho y que puedes conseguir que te devuelvan esas comisiones, a escala familiar tambiíén".
¿Cuáles son los pasos a seguir?
En la propia oficina bancaria se presenta un escrito. "Ni el director suele tener conocimiento de la normativa y se ríen de ti", relata Israel. El segundo paso es una queja en atención al cliente; tienen dos meses para contestar.
Eso tampoco lo resuelve, y toca elevar la reclamación al Banco de España, que hasta ahora tardaba entre cuatro y seis meses en contestar; ahora, por la avalancha de casos, el plazo se alarga.
Evitar la vía judicial
Así se consigue un informe que no es vinculante, pero que constituye un arma legal incuestionable en los juzgados. "Normalmente, los bancos ya no quieren llegar a la vía judicial, y si la cantidad es pequeña, te llaman, cambian completamente, te recibe el director con toda amabilidad y te lo devuelven".
De esta manera Israel ha conseguido ganar su pulso particular y modesto a Ibercaja, Santander y BBVA. Pero con las comisiones de mayor cuantía, a su juicio, "aunque saben que tienes razón, optan por negarse y aburrirte, que continúen los trámites".
¿Por quíé son abusivas?
Además de las "exageradas" cuotas por mantenimiento de cuentas, tarjetas y las operaciones corrientes, lo más habitual es sufrir el sablazo por un descubierto. Tal como explica el Banco de España, la entidad solo tiene derecho a cobrar por el gasto que le entrañe reclamar a su cliente que reponga dinero al quedarse en números rojos.
Es decir, lo que le cueste enviarle una carta por correo, por ejemplo. Y si el cliente no ingresa el dinero, le podrá aplicar los intereses de demora semestrales, no al instante y sin avisar, lo más habitual.
El gran handicap para seguir el ejemplo de Israel está en los gastos jurídicos. Por eso, recurre a una asociación de usuarios de banca, que se queda una parte de las devoluciones.