Bankia y Banca Cívica estudian dos operaciones que darán un giro rotundo a su reparto accionarial. La conversión de las preferentes, valoradas en 4.700 millones de euros, que anunciaron hace pocos días provocará que el 60% del capital quede en manos de sus clientes, siempre que estos instrumentos se transformen en acciones o convertibles.
El inversor minorista es el pilar básico sobre el que la banca española ha asentado su estrategia para captar fondos o ganar capital. Lo ha sido en las últimas colocaciones de pagaríés, deuda a corto plazo, y lo fue en las mil millonarias emisiones de participaciones preferentes y bonos convertibles que se han producido desde 2009. El cliente, a diferencia del institucional, siempre ha estado dispuesto a comprar lo que su banco le ofrecía.
Las salidas a Bolsa de Bankia y Banca Cívica de 2011 tambiíén fueron respaldadas por los pequeños inversores, que asumieron el 60% de las colocaciones por falta de interíés de los profesionales del mercado. La última vuelta de tuerca a todo este proceso está en las ofertas de canje de preferentes que estos dos grupos han anunciado. De concretarse, provocarán un importante vuelco en la estructura accionarial.
Banco Financiero y de Ahorros (BFA), matriz de Bankia, tiene un díéficit de capital de 1.140 millones de euros según la Autoridad Bancaria Europea (EBA) y para suplirlo quiere convertir algo más de 4.000 millones de euros de preferentes en otros instrumentos de capital, como acciones, bonos convertibles o CoCos (“Contingent convertiblesâ€). Esa última cifra representa el 65% de la actual capitalización de Bankia.
Si la entidad que preside Rodrigo Rato tiene íéxito en la operación y se decanta por la conversión en nuevas acciones o convertibles, como ya la han tenido Santander, BBVA o Sabadell, tendría que emitir 1.120 millones de títulos si se toma como referencia el precio de mercado (3,58 euros). De este modo, los clientes de las cajas pasarán a tener el 57%, resultado de la suma de las acciones que compraron en la salida a Bolsa y las preferentes.
La otra cara de la moneda de la operación es que BFA, participado por Caja Madrid, Bancaja y otras cinco cajas regionales, perdería la mayoría accionarial en Bankia. Si se canjean todas las preferentes, bajaría del 52 al 31,8%, un escenario que intentó evitar de todos los modos en la Oferta Pública de Suscripción (OPS) de julio del año pasado. Mapfre, primer inversor institucional, diluiría su presencia del 4,3 al 2,6%.
“Es complicado para cualquiera en general salir a pedir dinero al mercado, solo se podría hacer con unos descuentos tremendosâ€, explica a este portal un analista de bancos que prefiere guardar privacidad. De ahí que la banca española haya optado por el canje de preferentes para reforzarse. “El íéxito de Santander, Sabadell o BBVA ha sido alto [en sus operaciones de canje], ¿por quíé no lo iban a hacer BFA o Banca Cívica?â€.
CAN, Cajasol, Caja Burgos y Caja Canarias tienen el 55% de Banca Cívica tras captar algo menos de 700 millones de euros en la colocación en Bolsa del pasado julio. Ahora, el banco quiere canjear 700 millones de sus 900 millones en preferentes, en comparación con los 1.100 millones a los que capitaliza, lo que provocará que la participación de las cajas se diluya al 34%. Al contrario, los clientes de estas cajas serán titulares del 55% del capital.
Un aspecto básico del canje es el precio que propondrán BFA y Cívica. Santander o Sabadell ofrecieron una conversión a la par, por lo que los titulares conservaron su inversión intacta a cambio de un producto (acciones) más líquido pero sometido al vaivíén del mercado. BFA recompró en diciembre del año pasado unas preferentes de Bancaja al 60,25% del nominal, aunque esta oferta de canje iba dirigida a institucionales.
En cualquier caso, la conversión de las preferentes es opcional para el inversor, por lo que lo más probable es que ambas entidades hagan una buena oferta que no ocasione mermas en las inversiones de sus clientes. Tanto a BFA como a Banca Cívica le hacen falta esos recursos.
Las buenas nuevas para Bankia y Banca Cívica son que el Gobierno permitirá a las cajas conservar su personalidad jurídica aunque desciendan del 50% sus participaciones en los bancos que crearon, como son los casos comentados y otros como Mare Nostrum (Caja Murcia). Antes de la reforma, estaban obligados a transformarse en fundaciones, alejadas del control de Banco de España y sometidas a la injerencia política. Ahora, solo deberán demostrar que tienen el control en los tíérminos del artículo 42 del Código de Comercio.
LOS REGULADORES EXIGEN MíS CAPITAL A LOS BANCOS
El continuo endurecimiento de los requisitos de capital trae de cabeza a la banca española. En febrero de 2011, el Gobierno obligó a elevarlos de tal forma que provocó las salidas a Bolsa de Bankia (Caja Madrid, Bancaja), y Banca Cívica (CAN, Cajasol, Caja Burgos y Caja Canarias). Meses despuíés, las fuertes exigencias de la Autoridad Bancaria Europea (EBA) han supuesto el certificado de defunción para las participaciones preferentes, instrumentos que ya no están dentro de la definición de capital de mayor calidad.
Los bancos que EBA señaló con el dedo por su carácter sistíémico, Santander, BBVA, La Caixa, Banco Popular y BFA, aseguraron que corregirían el díéficit de capital de 26.000 millones y alcanzarían, por tanto, el 9% de “Core Tier 1†exigido, con venta de activos y retención de beneficios. Pero la estrategia se demostró insuficiente, por lo que han optado por ofrecer cambiar preferentes por otros instrumentos aceptados en las nuevas normas.
Santander anunció el día 9 de enero que ya ha alcanzado ese ratio a 31 de diciembre de 2011. Para ello, tiró de los 7.000 millones de convertibles emitidos, el canje de 1.943 millones de participaciones preferentes, 1.660 millones del programa Santander Dividendo Elección y otros 4.890 millones con la venta participadas.