PONEN EN RIESGO LA TERMINACIí“N DEL PROYECTO EN EL PLAZO PREVISTO.
Sacyr Vallehermoso no gana para sustos. Tras verse obligada a vender un 10% de Repsol para hacer frente a las obligaciones con la banca, la compañía sufre estos días su tercera huelga en las obras del Canal de Panamá, su proyecto faraónico. Más de 3.000 trabajadores han dejado el pico y la pala para reclamar mejoras laborales, tanto a nivel salarial como de seguridad.
Los empleados del Grupo Unidos por el Canal (GUPC), consorcio liderado por Sacyr Vallehermoso en el que participan la italiana Impregilo, la belga Jan de Nul y la panameña CUSA, han declarado un paro indefinido para exigir un aumento del precio por hora trabajado, el pago de las horas extras y los festivos que las empresas les adeudan.
La huelga de brazos caídos se inició el lunes en Cocolí, en el sector del Pacífico, y en la provincia caribeña de Colón, donde tienen lugar los trabajos de las nuevas esclusas de la vía acuática que realiza el consorcio GUPC. Representantes de los trabajadores han denunciado que la jornada laboral se extiende hasta 15 horas al día, en unas condiciones que ponen en riesgo la vida de los obreros.
La compañía asegura que las quejas de los asalariados se deben a “un error en un nuevo sistema de plantilla que se está implementandoâ€, lo que ha causado problemas con el pago a los trabajadores. GUPC añade que estos desajustes se van a corregir para que “esta situación no se repita en el futuro". Sin embargo, la respuesta del consorcio no ha tranquilizado ni mucho menos a los obreros, que anoche mantenían las protestas.
Sacyr Vallehermoso y sus socios defienden que “los trabajadores de GUPC gozan de un salario mínimo de 2,90 dólares por hora, que es "superior que rige en el resto del territorio panameño". Esta tasa de salario mínimo es un requisito contractual establecido en el contrato suscrito entre el GUPC y la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) y se ha pagado "ininterrumpidamente" desde el inicio de las obras en agosto de 2009, y los obreros tienen derecho al mismo independientemente si son afiliados a algún sindicato o no, recalca el consorcio.
Agosto de 2014, fecha tope
No es la primera vez que el gran proyecto de infraestructura de Sacyr encalla por las demandas salariales. En julio del pasado año, la ampliación del Canal de Panamá ya se vio afectada por una huelga de seis días provocada por una serie de accidentes laborales y una ley aprobada por el presidente del país que, entre otras cosas, vulneraba los derechos de los sindicatos y permitía a la policía entrar en los centros de trabajo. Despuíés, en noviembre, los trabajos volvieron a paralizarse durante una semana por problemas similares.