El presidente Barack Obama rechazó el miíércoles el plan de una empresa canadiense para construir un oleoducto a los largo de más de 2.700 kilómetros (1.700 kilómetros) de territorio estadounidense con el fin de transportar hidrocarburos a travíés de seis estados a las refinerías de Texas.
Con la medida, el mandatario abriría paso a que se intensifiquen los agrios enfrentamientos con los republicanos, en un año electoral.
Aunque el proyecto promete miles de empleos temporales para la economía de Estados Unidos, en medio de su recuperación, Obama dijo que el plazo de febrero establecido por el Congreso no permitiría una revisión adecuada de los daños potenciales del proyecto de 7.000 millones de dólares de Keystone XL.
"Como el Departamento de Estado dejó claro el mes pasado, la apresurada y arbitraria fecha límite en que insistieron los republicanos en el Congreso impidió una evaluación completa del impacto del oleoducto, en especial sobre la salud y la seguridad del pueblo estadounidense, así como nuestro medio ambiente", dijo Obama.
El plan propuesto por TransCanada, con sede en Calgary, transportaría petróleo de las arenas bituminosas (tambiíén conocidas como arenas de alquitrán o petróleo crudo extrapesado) en el oeste de Canadá, hasta Texas, pasando por Montana, Dakota del Sur, Nebraska, Kansas y Oklahoma.
Los republicanos atacaron la decisión de Obama, dijeron que iba a destruir puestos de trabajo y que la lucha no había terminado.
Y el Departamento de Estado dijo que la decisión fue tomada "sin perjuicio", lo que significa que TransCanada puede presentar una nueva solicitud una vez se establezca una ruta a travíés de las áreas ambientalmente delicadas de Nebraska.
Russ Girling, presidente de TransCanada y director ejecutivo, dijo que la compañía planea hacer exactamente eso. Si es aprobado, el gasoducto podría comenzar a operar tan pronto como en 2014, dijo Girling.
Los republicanos no se apaciguaron.
Newt Gingrich, en campaña por la nominación presidencial del Partido Republicano en Carolina del Sur, calificó la decisión de Obama como "increíblemente estúpida", y agregó: "Lo que Obama ha hecho es destruir puestos de trabajo, debilitar la seguridad de Estados Unidos y guiar a Canadá a los brazos de China por pura estupidez".
Sin embargo, Alex Pourbaix, presidente de tuberías de energía y petróleo de TransCanada Corp., dijo la semana pasada que la compañía pronto tendrá una nueva ruta a travíés de Nebraska "sobre la que todos estíén de acuerdo".
La propuesta del oleoducto obligó a la Casa Blanca a tomar una decisión políticamente arriesgada entre dos importantes grupos de electores demócratas. Muchos sindicatos apoyan el proyecto debido a las perspectivas de nuevos empleos en una economía frágil, pero grupos ambientalistas temen que el oleoducto podría conducir a un desastre por derrame de petróleo