El Tesoro Público se ha sometido hoy a una nueva prueba en los mercados tras el íéxito de las últimas subastas y el resultado ha vuelto a ser positivo. En concreto, ha captado 6.610 millones en obligaciones a cinco, ocho y diez años, muy por encima de los 4.500 millones que se habían fijado como máximo.
Nueva prueba de fuego del Tesoro español tras el castigo impuesto por Standard & Poor's a su deuda soberana. El organismo ha vuelto a enfrentarse con el mercado y el resultado ha sido muy positivo. Ha conseguido colocar 6.610 millones de euros en deuda a largo plazo, muy por encima de los 4.500 millones que se había fijado como máximo. El tipo de interíés, además, se ha relajado.
En concreto, el Tesoro ha vendido 3.009 millones de euros en obligaciones a diez años (a pagar el 31 de enero de 2022) a un tipo de interíés medio del 5,403%, muy por debajo del 6,97% de la anterior colocación celebrada el pasado 15 de diciembre. El bid to cover ha sido de 2,2 veces frente al de 1,5 veces previo.
Asimismo, el organismo ha conseguido subastar 2.300 millones de euros en obligaciones a ocho años con vencimiento el 30 julio de 2019 a un interíés del 4,541%, tambiíén inferior al 5,110% que se pagó en la colocación celebrada el 20 de octubre, y un bid to cover de 2,01 veces. En las obligaciones a cinco años (a 31 de octubre de 2016), el importe vendido ha sido de 1.300 millones, el tipo medio ha sido del 4,021% y el bid to cover ha sido de 3,24 veces.
Esta ha sido la primera subasta a largo plazo del año y ha servido para confirmar la buena racha del Tesoro, que ha logrado cerrar con íéxito las dos emisiones que se han celebrado en 2012 y todas las del pasado mes de diciembre.
En la primera emisión del año (y la primera desde que Mariano Rajoy llegara al poder), el Tesoro colocó casi 10.000 millones, el doble de lo previsto, en bonos a tres y cuatro años a tipos más bajos. Lo mismo ocurrió el pasado martes, cuando el organismo colocó el máximo previsto en letras a mitad de precio.