A río revuelto ganancia de pescadores… eso es lo que ha ocurrido con el Tiger Global Equity Fund, el mejor hedge fund de más de 1.000 millones en 2011, según la revista Bloomberg Markets. El fondo no solo ha logrado esquivar los derechazos del mercado sino que ha conseguido ganar un 45%, más que las firmas más veteranas del sector.
Y el principal artífice de tan magna hazaña no responde al nombre de Paulson, ni Soros, ni Griffin… tan sólo tiene 36 años de edad y es de esos hombres de negocios de Wall Street ricos, guapos y con íéxito. De hecho, Paulson, con todo a su favor teniendo en cuenta que su estrategia se basa en commodities y el oro ha sido el gran vencedor del año, sólo ha logrado una rentabilidad del 9,8% en 2011.
Charles Payson Coleman III, más conocido como ‘Chase’ Coleman, forma parte del círculo social norteamericano que más se podría asemejar a la aristocracia europea. En su árbol genealógico se encuentra Peter Stuyvesant, el último gobernador holandíés de Nueva York en el siglo XVII y autor de la muralla de protección que da hoy nombre a Wall Street.
Su historia es la de prácticamente todos los jóvenes ejecutivos de la Gran Manzana. De familia acomodada –su padre es socio del bufete de abogados Pillsbury Winthrop Shaw y su madre es diseñadora de interior- estudió en la Deerfield Academy en Massachusetts y siguiendo la tradición familiar se graduó en el Williams College en Económicas para entrar a trabajar con el legendario gestor Julian Robertson en Tiger Management.
Coleman, que tenía ‘enchufe’ en la firma en tanto que creció junto al hijo de Robertson, comenzó como analista tecnológico y con tan sólo 25 años echó a volar por su cuenta gracias a los 25 millones que le dio su ‘jefe’ para gestionar cuando se jubiló y cerró su fondo.
Hoy, esos 25 millones se han convertido en una firma de 10.000 millones de euros y, gracias a la especialización en el sector tecnológico, Coleman ha sabido subirse a la ola de las redes sociales y de las compañías 3.0. De hecho, entre sus participaciones se encuentran Facebook y Zynga, creadora de juegos online como Mafia Wars o Farmville entre otros.
El joven gestor tiene una vida típica de los privilegiados de Nueva York. Vive junto a su rica, atractiva y rubia mujer llamada Stephanie en un ostentoso apartamento en Manhattan que compraron a Verónica Hearst cuando tuvo que ponerlo en venta para hacer frente a sus venats. Hija de la ‘jet set’ neoyorquina, salió en el documental de Jaime Johnson, “Nacidos ricosâ€, se casaron en 2005 en Palm Beach y compraron dos apartamentos en la 5ª Avenida por 36.500 millones de dólares.
Simpatizante del Partido Republicano, Coleman ha donado 30.800 dólares al National Republican Senatorial Committee y ha dado, al menos. 5.000 dólares al candidato favorito para las próximas elecciones de noviembre, Mitt Romney