La banca gana de nuevo. La presión del sector financiero continental ante el Gobierno de Nicolás Sarkozy y Angela Merkel ha tenido efecto.
Fuentes del sector han confirmado que el Gobierno de París parece dispuesto a echar marcha atrás en su exigencia de imponer un impuesto a las transacciones internacionales. Francia se conformaría ahora con un “impuesto bursátilâ€, más parecido al que el Gobierno británico impone a su sector en la City londinense.
Este último solo gravaría acciones y obligaciones tanto públicas como de empresas, mientras el de transacciones exteriores abarcaría tambiíén a las divisas y cualquier derivado, titulación, etcíétera.
Los bancos de Francia y Alemania han mantenido “conversaciones†en los últimos días con sus Gobiernos para convencerles de que un tributo a las transacciones sería como “un regalo para Londresâ€, pues muchas actividades continentales se trasladarían a esa ciudad. De cumplirse esa amenaza, el objetivo de recaudación se reduciría notablemente y lo que es peor, provocaría muchas píérdidas de puestos de trabajo en los centros financieros continentales.
Para Merkel, la rebaja de aspiraciones de su vecino es una bendición pues su socio de coalición liberal (FDP) rechaza la “tasa Tobin†mientras no se imponga a 27, lo que parece imposible tras el rechazo de Londres y el escepticismo de otros países.
El FDP sí aceptaría en cambio un tributo como el británico. En Berlín el Ministerio de Finanzas no se ha pronunciado. Oficialmente se indica a que el objetivo del Gobierno es llegar a un acuerdo sobre este aspecto para marzo. El lunes los titulares de Finanzas de ambos países, Wolfgang Schí¤uble, y Franí§ois Baroin se reúnen en París junto a los gobernadores de los dos bancos centrales, Christian Noyer y Jens Weidmann en el consejo económico-financiero franco alemán.