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Autor Tema: Similitudes entre situación actual del Medio Oriente...  (Leído 270 veces)

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Similitudes entre situación actual del Medio Oriente...
« en: Enero 25, 2012, 06:03:06 pm »
Por...  Simón Saba
 

Primero que nada, no deberí­amos usar tanto la denominación de Medio Oriente, sino que en este caso debemos hablar de Asia Occidental y el Mediterráneo Oriental, pero lo hacemos para adaptarnos al lenguaje predominante de la actualidad.
 
Ahora, entremos en materia.  Cualquiera que tome un libro de historia donde se hable de la Primera Guerra Mundial (1GM) conseguirá la relación de hechos iniciales, y en especial, del asesinato del Archiduque de Austria por parte de un joven nacionalista serbio llamado Gavrilo Princip, hecho sucedido el 28 de Junio de 1914 de Sarajevo, como factor detonante de esa guerra.  El imperio Austro-Húngaro amenazó a Belgrado y le impuso fuertes condiciones, incluyendo que su policí­a entrara a Serbia para investigar el caso.  Al rechazarlo, un mes despuíés, Viena le declara la guerra, y la secunda automáticamente Alemania, lo que hace que Rusia le declare la guerra a Austria, Alemania a Rusia, Francia a Alemania, y luego siguen entrando en conflicto Bíélgica, Gran Bretaña, Turquí­a, Bulgaria, Rumania, Italia, Japón y Estados Unidos.  Todos estaban preparados para la guerra y ese era el ambiente social y polí­tico predominante, y eso fue lo que terminó ocurriendo.  Finalizó el 11-11-1918, vinieron los tratados de Versalles y la definición de la mayorí­a de las fronteras que hasta hoy tiene Europa (en otros lugares hubo cambios posteriores).
 
En cambio, la Segunda Guerra Mundial (2GM) tuvo un factor distinto, porque se puede decir que, si bien los ya nombrados acuerdos al final de la Primera abonaron el campo en Alemania, se puede alegar que la mayorí­a de las culpas recaen en un solo hombre, Adolfo Hitler.  Si Alemania no ataca a la Unión Soviíética (URSS) y Japón no bombardea a Estados Unidos (EE.UU.) en 1941, no hubiera pasado de ser una gran guerra de Europa, pero no de las magnitudes y rumbos que llegó a tener, porque tanto EE.UU. como la URSS se hubieran mantenido al margen como lo estuvieron en los 2 años previos.
 
Por lo tanto, si bien ambas guerras fueron grandes en la magnitud de muerte y destrucción, y tambiíén en la mayorí­a de los participantes, la cantidad de paí­ses, su extensión y la producción, tuvieron caracterí­sticas distintas.  No vamos a seguir hablando de esos conflictos bíélicos porque no es la intención de este trabajo, sino la situación actual del Medio Oriente.
 
La situación de Rusia y Turquí­a
 
Todo parece indicar que la situación actual del Medio Oriente va rumbo a una colisión.  Está surgiendo una nueva potencia en la zona, Irán, lo cual es un hecho que rechazan los paí­ses occidentales y las monarquí­as árabes, socios y aliados de Israel, y promotores, al mismo tiempo, de todos los movimientos fundamentalistas islámicos sunitas, tanto en la zona como fuera de íélla (en el Cáucaso, Asia Central, el sub-continente Indo - Pakistaní­, Indonesia y ífrica), tales como el movimiento de la Hermandad Musulmana, Al Qaeda, etc.
Tambiíén tenemos el factor de Turquí­a, la otra potencia regional, y que desde hace 90 años no entra en una gran guerra con sus vecinos, despuíés de perder aquella, aunque tuvo un conflicto bíélico con Grecia por Chipre, y mantiene otro con los separatistas kurdos del PKK desde 1984, de baja intensidad, pero muy prolongado.  El partido que ahora domina la polí­tica y el gobierno turco es de inspiración islamista, pero habí­a hecho unos movimientos diplomáticos para limar las asperezas y mejorar las relaciones con todos sus vecinos, con todos los cuales tení­a mucha animosidad por motivos históricos, lo que hizo que dado que Turquí­a no tení­a amigos entre ninguno sus vecinos, buscó la amistad de los paí­ses occidentales e Israel.
 
Pero el gran enemigo histórico de Turquí­a es Rusia, con quien han mantenido, a lo largo de los siglos, unas 12 guerras, la mayorí­a con resultados favorables a los norteños.  Para tener una idea, vean en el mapa el Mar Negro, y recuerden que fue un “Mare Nostrum” turco, así­ como la mayorí­a del Mediterráneo.
 
Esto trae como consecuencia que Turquí­a puede pensar, por un lado, reconquistar sus últimas posesiones imperiales, es decir, la gran Siria (dividida en las actuales Siria, Lí­bano, Palestina y Jordania) e Iraq, y por el otro lado, los deseos de vengarse de su gran enemigo histórico, o sea, Moscú.
 
Por otro lado, desde el final de la guerra frí­a, la URSS se disolvió, y Rusia ha venido perdiendo aliados e influencia, así­ como debilitándose, pero ya tuvo su piso, internamente se ha recuperado, está rehaciendo sus relaciones internacionales, y tuvo 2 lecciones que la deben tener de punta:  a) el ataque georgiano en Osetia del Sur, que terminó ganando Rusia; y b) la invasión de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) a Libia, y el uso que hicieron en las Naciones Unidas de sus resoluciones, aprovechándose de un engaño diplomático que le hicieron a Rusia y China convenciíéndoles de que se abstuvieran, por lo que ambos se deben sentir ofendidos por todo lo sucedido, y prevenidos al máximo.
 
A todo esto, sumemos el hecho de que el actual gobierno turco es islamista sunita, y su canciller es un intelectual que anhela un nuevo Imperio Otomano.  Por siglos, el Sultán de Turquí­a era el Prí­ncipe de los Fieles y pretendí­a ser el sucesor legí­timo de los califas, aunque sólo protegí­an a los musulmanes sunitas, mientras que Rusia, desde la caí­da de Constantinopla en 1453 hasta la Revolución Bolchevique en 1917 fue la potencia protectora de los cristianos ortodoxos.
 
Recordemos que cualquier aventura intervencionista o militar en Siria no puede ser exitosa sin la participación activa de Turquí­a.  Sin su consentimiento, no habrí­a fuerzas mercenarias operando desde su territorio hacia Siria, y si el mismo ejíército turco no ataca a Siria, las opiniones de sus aliados de las monarquí­as árabes no serán las más importantes.  Pero si entra Turquí­a, es una invitación clara y abierta a Rusia, y de allí­ en adelante los demás paí­ses europeos, asiáticos y africanos irán entrando en cadena a la guerra.
 
A todos esos factores, sumemos que el mayor territorio del mundo lo tiene Rusia, y que no puede tolerar otra potencia en su frontera, porque ellos mismos serí­an el próximo gran botí­n a repartir.
 
Irán y sus frentes
 
Si ven el mapa, verán que Irán es un paí­s extenso, con lí­mites hacia Asia Central ex soviíética, el mar Caspio, el Cáucaso, Turquí­a, Iraq, a corta distancia marí­tima de las monarquí­as árabes del Golfo Píérsico, además de Afganistán y Pakistán.  Desde la distancia percibimos que no tendrán conflictos hacia el Asia Central ni el Caspio, y por la parte oriental seguirán las operaciones de bajo nivel ocasional tanto en lo interno como en lo fronterizo con Afganistán y Pakistán.  Por lo tanto, su frente occidental y sur es el que estará agitado.
 
 Irán tiene una población equivalente a la de Turquí­a, y si bien cada paí­s tiene sus fortalezas relativas respecto al otro, la geografí­a no ayuda mucho a que se produzca un conflicto de muy alto nivel de forma directa.  Es más probable que lo hagan de manera indirecta, o incluso, involucren a aliados caucásicos u otra ví­a.
 
Comparados con los paí­ses árabes del Golfo, Irán tiene superioridad, pero sus vecinos tendrán el apoyo occidental y de otros paí­ses que mandarán hasta sus tropas.  Es posible que Israel y sus aliados le lleguen a causar graves daños a Irán, pero al no poder alcanzar sus objetivos, se puede interpretar en Irán como una victoria, como pasó en el Lí­bano en 2006, pues causaron más daños y muertes, pero no pudieron alcanzar sus objetivos, por lo que se considera que Israel perdió el conflicto.  Y si se considera que no fue una guerra contra un estado sino contra una pequeña guerrilla, y que los ataques se hicieron al otro lado de la frontera, y no a más de 200 kilómetros de distancia, entonces contra Irán el reto será mucho mayor.
 
Además, sumen que Irán no tiene intenciones de conquistar a nadie, y con rechazar a sus atacantes es suficiente para declarar victoria.  Y nadie sabe lo que vendrí­a en la post-guerra.
 
Siria, acosada, pero estratíégica
 
Como ya vimos, un ataque a Siria serí­a el equivalente a la guerra que lanzó el valiente Imperio Austro - Húngaro contra una pequeña e insignificante Serbia, pero que terminó arrastrando a todos los imperios de la íépoca a la gran guerra.
 
Siria es el sí­mbolo del nacionalismo árabe como Serbia lo era del paneslavismo del sur.  El rey de Serbia pasó a serlo de toda la futura Yugoslavia.   Y Siria es el resto más grande de un paí­s dividido y fragmentado, además de tener los lí­mites directos y enemistad histórica con los enemigos de los árabes, que son Israel y Turquí­a.  Despuíés de la 1GM, Siria fue dividida entre Gran Bretaña por el sur y Francia por el norte.  De su trozo sureño nacieron Israel, Palestina y Jordania, y del pedazo norteño salieron Siria y Lí­bano, además de que Francia le cedió un pedazo a Turquí­a para comprar su neutralidad en la futura 2GM.  O sea, la gran Siria está repartida entre 6 distintos paí­ses o entidades nacionales.
 
Luego, todas las minorí­as religiosas y íétnicas de Siria se oponen a un eventual gobierno fundamentalista pro turco o una segunda invasión neo-otomana, al igual que la mayorí­a sunita laica no tolerarán las revueltas actuales que protagonizan los fundamentalistas islamistas apoyados y patrocinados por occidente, Turquí­a, Israel y las monarquí­as árabes.
 
Como siempre, por razones geográficas, íétnicas, polí­ticas, familiares, etc., todo lo que pasa en Siria repercute directamente en el Lí­bano y viceversa, y a menor pero importante escala en Jordania e Iraq, y hasta en Chipre, que si bien está en la UE, geográficamente es asiática (como Malta y las Islas Canarias son africanas).  En Chipre hay una invasión aún vigente de Turquí­a que tuvo una guerra con Grecia.  Además, Israel está asentada sobre territorio sirio.
 
Y luego, comiencen por cadena, cada paí­s a llamar a sus aliados y a hacer el lobby esperado, y en menos de un mes el conflicto ya tendrá involucrados a decenas de paí­ses.
 
La posición de los paí­ses occidentales, Israel y las monarquí­as árabes
 
De verdad, no se percibe ninguna amenaza real al territorio o los intereses occidentales.  Pero Israel tiene un conflicto viejo, y los paí­ses occidentales (con EEUU a la cabeza), a pesar de que no les conviene apoyar al pequeño para ganarse la enemistad del grande, siguen ciegamente a Israel.  Luego, están sus aliados de las monarquí­as árabes, algunas de las cuales no tienen mucho respaldo popular, y en más de uno de esos paí­ses, si se hicieran elecciones libres y democráticas, sus gobernantes las perderí­an, por lo que buscan un apoyo externo para sostenerse, comenzando por Jordania, cuya monarquí­a nunca fue popular, y que desde el principio ha tenido el apoyo y sostíén israelo - occidental.
 
Tambiíén está el factor religioso.  Desde los tiempos tempranos del islam, cuando hubo la división entre sunitas y chií­tas.  Irán es la gran potencia protectora de los chií­tas del mundo, y desde el descubrimiento del petróleo en la Pení­nsula, Arabia Saudita se ha venido posicionando como la protectora de los sunitas, papel que en los 4 siglos previos desempeñó la Turquí­a otomana.  No obstante, los principales paí­ses musulmanes en número de habitantes son Indonesia, Pakistán, India y Bangladesh, ajenos a este conflicto.
 
 Israel y Occidente se han venido aliando con cualquiera que sea religioso sunita con tal de enfrentar a Irán, o al menos, eso es lo que tratan de hacer.  Recordemos que Israel está gobernada por los grupos judí­os religiosos más la ultra-derecha.  En EEUU está en auge la derecha religiosa que hasta reniegan del evolucionismo de Darwin y de todo raciocinio cientí­fico (si, en el paí­s lí­der en conocimiento cientí­fico están creciendo e imponiíéndose los anti-ciencia), y que por lo general son los evangíélicos extremistas cuyo principal libro es el Apocalipsis de la Biblia y las interpretaciones que le hacen, y quieren provocar la gran guerra final del Armagedón para que vuelva el Mesí­as a darles la victoria e imponer su reino en la tierra, y por supuesto, con ellos y los judí­os (los buenos) mandando a su lado.  Gran Bretaña y Francia están gobernadas por bautizados cristianos pero de origen judí­o, y de tendencia más sionista que los mismos israelí­es, que han puesto sus paí­ses al servicio de la derecha israelí­, y con ellos, están llevando a toda la UE y sus otros aliados.  O sea, aquí­ están de acuerdo los fundamentalistas musulmanes, los fundamentalistas evangíélicos, los fundamentalistas judí­os, los fundamentalistas racistas y los fundamentalistas de la derecha.
 
1    Pero en la UE y EEUU la economí­a no anda nada bien, y una guerra o un simple aumento de las tensiones puede terminar de provocar la gran crisis de la que se habla.  Y para completar, el escenario polí­tico lo están ocupando los xenófobos y anti islámicos (si, allí­ está la paradoja, que mientras sus gobiernos y íélites van de la mano con los musulmanes más fundamentalistas, la opinión pública es contraria a ellos), y de paso, todos anti iraní­es.  En los procesos polí­ticos de EEUU, todos sus polí­ticos de los principales partidos hacen verdaderas competencias por ver quiíén es más pro-israelí­ y más dispuesto a ir a la guerra contra Irán.
 
Si retrocedemos en la historia podemos encontrar a Roma y Cartago, y si bien los romanos habí­an dominado a los cartagineses por más de medio siglo, en el ambiente siempre se hablaba de la amenaza y necesidad de destruirla.  El orador Catón siempre terminaba sus discurso diciendo algo así­ como “y con respecto a lo demás, opino que Cartago debe ser destruida”.  Y en efecto, lo fue, aunque ya no era ni amenaza ni rival ni sombra para Roma.  Y de sus 500 mil habitantes, murieron 450 mil, más que la suma de las muertes que dejaron las 2 bombas atómicas usadas sobre Japón, y eso que faltaba más de un milenio para que inventara la pólvora y más de 2 milenos para descubrir la energí­a nuclear.
 
Lo que puede suceder y las recomendaciones
 
    El ambiente polí­tico predominante en Israel y EEUU, y de sus aliados europeos y de las monarquí­as árabes está dirigido al inicio de una guerra.  Hay que ver toda la prensa.  Incluso, el presidente de Francia habla sobre la guerra, el inicio de una guerra, las formas de amortiguar o retrasar el inicio de la guerra, etc.
 
    No hay ningún ambiente de paz.  Pareciera que la condición natural del curso que se lleva es la guerra.  Y quienes hablan de la diplomacia en realidad no es que no desean la guerra, sino que la están ejecutando por otros míétodos, como los embargos, congelaciones de bienes, asesinatos internos, asesinatos, posicionar fuerzas especiales, etc.
 
    Turquí­a juega uno de los papeles más importantes.  Sin Turquí­a no habrá gran guerra.  Pero si Turquí­a participa, puede iniciarse un gran conflicto que podremos denominar Tercera Guerra Mundial por su magnitud.  Para Turquí­a, si le sale bien, estarí­a reconstruyendo un nuevo imperio, pero si pierde, quedará más reducida aún, y de sus territorios puede nacer la anhelada República del Kurdistán.  Ahora están en el mejor momento económico de su historia de aproximadamente 700 años.  Vamos a ver quíé deciden hacer.
 
    Solamente estamos esperando por el próximo Gavrilo Princip que apriete el agtillo para iniciar el conflicto.  Pero si nos fijamos en la historia de los últimos 12 años, las perspectivas no son buenas.  Israel no pudo contra la pequeña guerrilla del Hezballah.  EEUU se tiene que retirar 9 años despuíés de una Iraq que estaba casi desarmada y con 12 años de embargo.  A la OTAN le costó ganar pí­rricamente la guerra contra una díébil Libia, y con un futuro incierto.  En Afganistán no les está yendo nada bien, y van a la derrota.  Y todaví­a quieren iniciar una gran guerra donde enfrentarí­an a verdaderas potencias, algunas con armas nucleares como Rusia y China.
 
    Viendo esta guerra que ya se está desarrollando en forma de sanciones, ¿no serí­a mejor aumentar el comercio entre los paí­ses?  Los propios europeos y norteamericanos se beneficiarí­an más que de las tensiones.  Parafraseando a la frase hippie de la díécada de 1960, ¡Hagan el comercio y no hagan la guerra!
    Ojalá se impongan las voces sensatas que escasean en los debates públicos que llegan a los medios que leemos.
 
    Y dado que se están imponiendo los fanáticos, ¿dónde quedan los expertos?  ¿O los extremistas nos van a llevar a otra guerra religiosa?
 
- Simón Saba  es economista


•... “Todo el mundo quiere lo máximo, yo quiero lo mínimo, poder correr todos los días”...
 Pero nunca te saltes tus reglas. Nunca pierdas la disciplina. Nunca dejes ni tus operaciones, ni tu destino, ni las decisiones importantes de tu vida al azar, a la mera casualidad...