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Autor Tema: ¿Viene otra gran recesión? Europa se la juega en Irán  (Leído 280 veces)

Eguzki

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¿Viene otra gran recesión? Europa se la juega en Irán
« en: Enero 26, 2012, 07:25:13 am »
Las sanciones de EEUU y UE contra Irán empujarán al alza el precio del petróleo. Incluso algunos analistas hablan ya de un barril disparado entre los 150 y los 200 dólares si hay conflicto bíélico. Unas cotas que cortarí­an en seco la esperada recuperación de EEUU y hundirí­an aún más la economí­a de una Europa ya abocada a la recesión. Algunos expertos temen la tormenta perfecta: una contracción profunda, con una inflación creciente por el alza del petróleo y, por tanto, con el BCE sin poder bajar tipos para reactivar una economí­a lastrada por los recortes y golpeada por la crisis de deuda y el díéficit. ¿Quiíén da más?

La escalada de tensión entre Irán y las potencias occidentales amenaza con complicar aún más el ya incierto escenario económico global en 2012. Las previsiones macroeconómicas para este año pueden quedar obsoletas de un plumazo si las sanciones impuestas por Estados Unidos y la Unión Europa contra el ríégimen de Teherán, que incluyen el veto de sus exportaciones de petróleo, se traducen en una espiral alcista de los precios del crudo.

Algunos analistas auguran ya que, simplemente con que la tensión continúe en la región, el barril podrí­a escalar hasta el entorno de los 130 o 150 dólares y que, en caso de enfrentamiento bíélico abierto, el crudo podrí­a superar con holgura el nivel de los 150 e incluso dispararse hasta los 200 dólares. Unas cotas que muchos quieren seguir considerando impensable, pero que en caso de alcanzarse y de mantenerse durante un tiempo alejarí­a la recuperación a la que se agarra EEUU y hundirí­a aún más a una Europa ya abocada a la recesión sin necesidad de crisis petrolera alguna.

Estados Unidos y la Unión Europa han optado por la ví­a de las sanciones para frenar el programa nuclear de Irán, ante el temor de que el ríégimen de los ayatolás pueda obtener a corto plazo la bomba atómica y convertirse en una nueva potencia nuclear de la región. El presidente Barack Obama firmó el pasado diciembre un nuevo paquete de medidas de presión contra Irán. La Unión Europea ha dado esta semana el visto bueno a un programa de sanciones que incluye el veto a las importaciones de petróleo iraní­ a partir del 1 de julio. Mano dura que puede desencadenar un efecto bumerán en tíérminos económicos.

Ormuz, el gran paso mundial de crudo
El Gobierno de Mahmud Ahmadineyad lleva meses amenazando a las potencias occidentales con cerrar el estratíégico estrecho de Ormuz, paso fundamental del tráfico marí­timo del Golfo Píérsico, en caso de que aprobaran sanciones económicas para estrangular financieramente al paí­s. De hecho, durante el mes de enero la Armada iraní­ ya simuló el cierre de Ormuz en unas maniobras militares en las que tambiíén puso a prueba, con íéxito, varios nuevos modelos de misiles.

La simple amenaza iraní­ de echar el cierre al estrecho de Ormuz ya supone un factor determinante para empujar al alza los precios del petróleo. Así­ que, en su caso, el cierre efectivo del paso puede desatar una escalada de precios hasta máximos históricos. El miedo está justificado. Ormuz es realmente el principal cuello de botella del comercio mundial de crudo con más de 17 millones de barriles diarios pasando por íél: más de 35% del petróleo transportado por mar durante 2011 atravesó el estrecho, lo que representa cerca del 20% del comercio global de petróleo. El gran problema de un eventual cierre del estrecho radica en que hoy por hoy no existen rutas alternativas con capacidad suficiente para suplir el paso de Ormuz y mantener abastecidos los mercados.

La incertidumbre sobre el mantenimiento del suministro que han generado las amenazas iraní­es ya se ha dejado notar en la cotización de los futuros del crudo. Las sanciones aprobadas por EEUU y el anuncio de que Europa se sumarí­a a la presión han hecho que el barril Brent, el de referencia en Europa, pasara del entorno de los 108 dólares a finales de diciembre a rozar los 114 en las primeras semanas de 2012. Aún lejos del pico de 130 dólares que alcanzó en los albores del conflicto en Libia, pero cerca del nivel en se situó en septiembre con la caí­da de Muamar Gaddafi. Por su parte el barril West Texas estadounidense se situó a principios de enero en máximos de siete meses, tocando los 104 dólares.

Moderación en el crudo, pero...
En cualquier caso, la aprobación de las sanciones por parte de la UE el pasado lunes se tradujo en un pequeño repunte de apenas un dólar. "La moderada reacción demuestra que el anuncio ya se habí­a tomado en cuenta en el precio", apunta Ole S. Hansen, analista síénior de Materias Primas de Saxo Bank. "Y será necesario algún paso más para que suban los precios", dice. Un paso más que puede consistir simplemente en una escalada de la tensión a golpe de amenazas de Teherán o por un ataque occidental en caso de que Irán se decida a intentar cerrar militarmente Ormuz.

"Este riesgo en un contexto de crisis económica y financiera internacional y con los riesgos de recesión que afrontan los paí­ses europeos, causarí­a un choque de oferta difí­cil de asumir a corto plazo", sostienen Fíélix Arteaga y Gonzalo Escribano, investigadores principales de Defensa y de Energí­a, respectivamente, del Real Instituto Elcano. "La recuperación europea se ve dificultada por un nivel de precios actual por encima de los 100 dólares por barril, y aunque la crisis y los altos precios tienden a destruir demanda occidental de energí­a, el precio no baja porque la demanda asiática sigue al alza", explican ambos analistas en un informe reciente.

Las previsiones de la Agencia Internacional de la Energí­a (AIE), reciíén revisadas a la baja, contemplan que la demanda de crudo alcanzará en 2012 los 90 millones de barriles diarios, 1,1 millones más que en 2011, pero 200.000 menos que en las estimaciones anteriores. Las economí­as emergentes son las que tiran del consumo de petróleo, incrementando su demanda un 3,2%, mientras que los miembros de la OCDE volverán la reducirán un 0,7% este año despuíés de haberla rebajada un 1,2% en 2010. "Con los fundamentales de mercado (demanda y oferta) ajustados, cualquier escalada de la tensión geopolí­tica en la zona puede tener efectos muy negativos sobre el precio del crudo y la economí­a mundial", advierten Arteaga y Escribano.

Dos escenarios y los dos alcistas
Los paí­ses compradores del petróleo iraní­, entre los que se encuentra España como importador destacado, buscan ahora alternativas en otros productores de crudo para garantizar su capacidad de consumo. Arabia, Rusia y la cada vez más recuperada Libia se presentan como los candidatos a suplir el volumen de crudo que las sanciones impedirán exportar a Irán. Sin embargo, y aunque los mercado ahora se mantengan en relativa calma por haber descontado ya las medidas de presión de EEUU y UE contra Teherán, la estrategia que decida seguir a partir de ahora el ríégimen iraní­ determinará hasta quíé niveles sube el crudo y hasta quíé punto se ve afectada la economí­a global, y muy singularmente la ya decaí­da economí­a europea.

Los expertos en materia militar y de seguridad, y a rebufo tambiíén los analistas e inversores de los mercados energíéticos, contemplan dos escenarios posibles para el conflicto con Irán, en función de los pasos que se atreva a dar a partir de ahora el ríégimen de Teherán. En el primero de los escenarios, Irán se limitarí­a a mantener la amenaza de cortar el estrecho de Ormuz, realizarí­a nuevos gestos y movimientos militares para darle credibilidad, pero no llegarí­a a ejecutarlo. Teherán podrí­a mantener la tensión durante años, todo el tiempo necesario para completar su programa nuclear y mientras sortea los efectos de las sanciones que tratan de evitarlo.

Con este contexto, el crudo podrí­a seguir al alza y la magnitud de la subida dependerá de la efectividad de las sanciones para cortar las exportaciones iraní­es y de si otros paí­ses se suman a ellas, de la capacidad de los otros exportadores de crudo, en especial Arabia Saudí­, para compensar la píérdida de oferta y de la intensidad de la voluntad ya expresada por la AIE de liberar reservas estratíégicas. Los analistas de Sociíétíé Gíéníérale auguran que este escenario se traducirí­a en una subida del precio del barril Brent hasta el rango de los 125/150 dólares, desde el entorno de los 110 dólares en que se encuentra actualmente.

En el segundo escenario, en principio poco probable, Irán tratarí­a efectivamente de cerrar militarmente el estrecho de Ormuz, ya fuera con minas submarinas en el paso o amenazando con bombardear los buques que trataran de atravesarlo, lo que llevarí­a a EEUU y a sus aliados a realizar una intervención armada para evitarlo. En tal caso, dependiendo de la duración del conflicto militar (dí­as, semanas o meses) y de si Irán consigue mientras dure el enfrentamiento el bloqueo total del estrecho, Sociíétíé Gíéníérale augura que el Brent podrí­a dispararse hasta situarse durante un periodo limitado de tiempo en la horquilla de los 150 y los 200 dólares, una cota que tendrí­a efectos devastadores para la economí­a.

"Una escalada [militar] de ese tipo provocarí­a, sin duda, una gran convulsión en los mercados internacionales de crudo, proporcional a su alcance, intensidad, duración y, sobre todo, a sus resultados", advierten Arteaga y Escribano, del Real Instituto Elcano, quienes, no obstante, se muestran escíépticos sobre la posibilidad de anticipar los niveles que podrí­an alcanzar los precios del crudo. "Un cierre efectivo dispararí­a los precios y todas las predicciones aportadas por los gurús del sector: 150, 175 o 200 dólares no son más que especulaciones porque el precio real del barril dependerí­a del tiempo necesario para reabrir el estrecho y de la evolución de las acciones militares".

Más o menos..., pero en máximos
No todos los analistas pintan un panorama tan negro. Aunque los escenarios que se manejan son todos complicados, muy complicados. Ole S. Hansen, de Saxo Bank, augura que el encarecimiento del crudo por las tensiones en Irán tendrí­a un recorrido limitado hasta una cota máxima, en principio, en el entorno de los 150. "En los próximos dí­as y semanas, el mercado va a esperar con nervios el próximo movimiento de Irán, y en el improbable caso de que se llegue a un conflicto bíélico, el precio del petróleo tiene un potencial alcista de entre 20 y 40 dólares", explica Hansen. Para alcanzar la cota de los 200 dólares que algunos anticipan, el alza serí­a de nada menos que de 90 dólares.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) alertó ayer mismo de que la interrupción de las exportaciones de crudo iraní­ por las sanciones internacionales (el paí­s exporta 2,15 millones de barriles diarios, según los datos de la AIE correspondientes al pasado septiembre) provocará un incremento de entre el 20% y el 30% si no son suplidas por otros productores. E incluso el organismo dirigido por Christine Lagarde advierte de que, en caso de que Irán consiguiera cerrar el estrecho de Ormuz, el impacto en los precios petrolí­feros serí­a "mucho mayor y sin precedentes".

Barclays Capital complica aún más las posibles consecuencias de la tensión en Irán y contempla cuatro escenarios. El más probable, que implica que Japón y Corea del Sur se suman al embargo de crudo mientras China y la India mantienen el ritmo de sus importaciones, llevarí­a el Brent hasta los 130 dólares y el West Texas a los 125, con sendas subidas del 20% y del 27% desde los niveles actuales. El peor de los escenarios, con probabilidad baja y que supondrí­a el cese total de las exportaciones iraní­es, llevarí­a el crudo a máximos históricos de 150 dólares para el Brent y de 145 dólares para el Texas, muy por debajo del contexto más grave de los contemplados por Sociíétíé Gíéníérale.

Una cuestión que preocupa en los mercados es que en varios de los escenarios contemplados por las firmas de análisis y de inversión, y en función de la intensidad, podrí­a llegar a superarse el máximo histórico intradí­a de 147,5 dólares que el Brent marcó en julio de 2008, una cota ya suficiente para frenar la economí­a de EEUU y condenar a Europa a una contracción mayor de la esperada. "Un pico como íéste, si se prolongara, sin duda contribuirí­a a aumentar los fantasmas de una recesión al estilo de la de 2008 y 2009 y la demanda de petróleo podrí­a verse gravemente afectada, aumentando así­ el riesgo de un colapso en el precio", dice el analista de Saxo Bank. Pescadilla mordiíéndose la cola.

El crudo y la recesión
Si 2012 ya prometí­a ser un año complicado para la economí­a mundial, y muy especialmente para la europea, las tensiones en los mercados energíéticos sirven para abonar las incertidumbres. El FMI ha anunciado esta semana una revisión a la baja de sus previsiones para este año. Según el nuevo escenario que maneja el FMI, la economí­a mundial crecerí­a un 3,3%, frente al 4% estimado hasta ahora. Estados Unidos seguirí­a creciendo a un ritmo del 1,8%, mientras que la Eurozona se convierte en el gran lastre con contracción del PIB del 0,5% este año. El caso de España es más dramático: el FMI anticipa para la economí­a española dos años de recesión, con caí­das del 1,7% en 2012 y del 0,3% en 2013; un escenario más pesimista que el que prevíé el Banco de España, que sólo prevíé un ejercicio de contracción.

Las previsiones podrí­an quedar desfasadas en caso de que un conflicto en Irán y una merma de la demanda energíética se traduzca en una espiral alcista de los precios del crudo, lo que derivarí­a en un subida de la inflación que complicarí­a aún más la situación económica... Sobre todo en Europa. En caso de que los precios del petróleo se dispararan, la creciente inflación provocarí­a una contracción del consumo que frenarí­a aún más la economí­a, que ya se ve gravemente lastrada por los recortes que los Gobiernos europeos están aprobando para enjugar sus díéficit y por la falta de críédito derivada de la crisis de deuda y de los problemas que atraviesa el sistema financiero. Históricamente, las recesiones en EEUU y en Europa han venido precedidas de significativas subidas del crudo. ¿Se repetirá la historia? Un informe de Sociíétíé Gíéníérale estima que por cada 20 dólares que suba el precio del crudo, el PIB de la economí­a global pierde un 1%.

Algunos analistas no descartan que en este contexto empiecen a tomar forma los temores de una tormenta perfecta. La predisposición que muestra el Banco Central Europeo (BCE), de la mano de Mario Draghi, a seguir una polí­tica de rebaja de tipos de interíés para reactivar la economí­a podrí­a verse frenada si el encarecimiento del crudo hace reaparecer las tensiones inflacionistas. Con los tipos ahora en el 1% y con el mercado augurando una o varias rebajas en los próximos meses hasta el 0,5%, "existe el peligro de que el BCE pueda aplazar las rebajas, dependiendo de la situación de la economí­a y del precio de las commodities, especialmente por los riesgos en torno al petróleo", apunta Julian Callow, economista jefe para Europa de Barclays Capital, que señala la inestabilidad sobre el precio del crudo como una de las mayores amenazas para la evolución de la economí­a europea.

¿Nos espera pues otra tormenta perfecta? Con la economí­a europea abocada ya a la recesión, surgen los temores a que la caí­da del PIB de la eurozona del 0,5% que prevíé el FMI se quede corta. Los gobiernos se entregan a los recortes para reducir el díéficit pero a costa del crecimiento del PIB, y el BCE puede suavizar o frenar la esperada rebaja de tipos si la inflación vuelve a meter presión. El resultado, lo vemos en unos meses. ¿Cuántas veces hemos oí­do eso de que lo peor de la crisis ya ha pasado?