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Autor Tema: Hacienda quiere limitar a 1.000 euros el pago en efectivo a los autónomos  (Leído 160 veces)

Eguzki

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Como parte de la cruzada que el Gobierno ultima contra la economí­a sumergida, el Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas estudia limitar el pago en efectivo a determinados colectivos como los autónomos a los 1.000 euros, según confirman fuentes del Ministerio que dirige Cristóbal Montoro. Para otros colectivos, como las empresas, Hacienda ampliarí­a este desembolso de facturas en metálico hasta los 3.000 euros.


í‰stas serí­an las principales cifras con las que el Gobierno trabaja a dí­a de hoy, en la que será la medida estrella del Plan General de Control Tributario para 2012 que Hacienda está dispuesta a aprobar antes de que termine el mes de febrero.

Montoro presentó las directrices del conocido como plan de lucha contra el fraude, a travíés de un informe, en el Consejo de Ministros del pasado 5 de enero. Fue su segundo gran frente fiscal, ya que sólo una semana antes habí­a aprobado la subida de impuestos -IRPF e IBI- para hacer frente al díéficit público.

Entonces, la vicepresidenta y portavoz del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamarí­a, no entró a especificar cuál serí­a la cuantí­a a la que limitarí­an el uso de efectivo en determinadas transacciones financieras. Sin embargo, sí­ dio una pista: "Será similar a la aprobada recientemente por los Gobiernos de Francia e Italia".

La horquilla se situaba entonces entre el lí­mite de los 3.000 euros aplicado por el Gobierno galo y los 5.000 euros del transalpino. Sin embargo, el equipo de Montoro plantea ahora bajar este lí­mite para ampliar la recaudación fiscal, más teniendo en cuenta el delicado momento en el que se encuentran las arcas públicas y que sacar a relucir que el dinero en B ha sido siempre una de las asignaturas de todo ministro de Hacienda.

¿26.000 millones recaudados?
Horas despuíés de anunciar que la medida formarí­a parte del plan del Gobierno para que aflore el dinero negro, los tíécnicos de Hacienda (Gestha) hicieron público un comunicado que apuntaba a los 1.000 euros como el que consideraban "el importe óptimo" para obtener una recaudación adicional que cifraron en 26.000 millones de euros, esto es, de 2,5 puntos del Producto Interior Bruto (PIB).

De cumplirse esta cifra con el afloramiento, se recaudarí­a más del triple de los 8.171 millones de euros que se fijó como objetivo con la totalidad del plan de lucha contra el fraude fiscal la número dos del Ejecutivo.

El secretario general de Gestha, Josíé Marí­a Mollinedo, apunta en este sentido a que esta prohibición supondrí­a, sin duda, "una medida disuasoria" frente al fraude fiscal. Las razones: las empresas no podrí­an deducir el IVA ni el gasto en el IRPF ni en el Impuesto sobre Sociedades la parte de las facturas pagadas en metálico, con cheques bancarios o documentos al portador que excedan el lí­mite de los 1.000 euros.

Además, Mollinedo pone el acento en que la medida permitirí­a rebajar tambiíén la tasa de economí­a sumergida en 5,1 puntos, reduciendo a la mitad la brecha que separa a España -donde un 23,3 por ciento del PIB se encuentra teóricamente sumergido- del entorno de la Unión Europea.

Las grandes lí­neas del plan
El plan, según su primer informe, tiene tres grandes ejes: comprobación e investigación del fraude fiscal, control de fraude en fase recaudatoria y colaboración con las Administraciones Tributarias de las comunidades autónomas.

En relación a la lucha contra la economí­a sumergida, los esfuerzos se dirigirán, según ha adelantado el Gobierno, a obtener pruebas de que se están realizando actividades ocultas o "parcialmente declaradas". A este respecto, se recurrirá al consumo de energí­a elíéctrica o a la utilización de tarjetas de críédito. Se reforzarán igualmente las inspecciones de Trabajo, además de la coordinación con la Tesorerí­a General de la Seguridad Social.

La aprobación de esta medida, en lo polí­tico, deberí­a llevar el sí­ implí­cito del principal partido de la oposición teniendo en cuenta que el PSOE puso el acento al conocerse la intención del Ejecutivo en que se trata de "una copia" del programa electoral que Alfredo Píérez Rubalcaba llevó a las urnas el pasado 20-N. Entonces, el socialista prometió que si llegaba a la Moncloa prohibirí­a el pago en efectivo de las facturas de más de 3.000 euros