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Autor Tema: El banco malo de Rato tiene un agujero patrimonial de 3.000 millones en Bankia  (Leído 162 veces)

Eguzki

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Las dificultades que tuvo que superar Bankia para salir a bolsa el pasado verano tendrán sus consecuencias en las próximas semanas. La escueta valoración del banco presidido por Rodrigo Rato que se hizo entonces generó un desfase patrimonial de más de 3.000 millones en Banco Financiero y de Ahorro (BFA), la entidad que agrupa los activos tóxicos del banco surgido por la fusión de Caja Madrid y Bancaja.

Según consta en la información remitida por la matriz de Bankia a la Comisión Nacional del Mercado de Valores, BFA adjudicó el 5 de abril del pasado año un valor de 12.000 millones de euros a todo el negocio bancario de las siete cajas que se habí­an integrado meses antes. Sin embargo, cuando la entidad intentó salir a bolsa en julio, el banco que actúa como holding se vio obligado a recortar de forma significativa la tasación.

En concreto, intentó vender las acciones a entre 5,05 y 4,41 euros, horquilla que le concedí­a una capitalización de entre 7.641 y 8.749 millones y que por tanto, en el mejor de los casos, suponí­a una minusvalí­a latente de 1.000 millones para BFA tras vender casi el 50% del capital. Debido a la falta de demanda, Rodrigo Rato no tuvo más remedio que disminuir el precio de la Oferta Pública de Suscripción (OPS) hasta los 3,75 euros, por lo que el valor de mercado se contrajo hasta los 6.500 millones una vez tenidos en cuenta los 3.000 millones de inyección de capital obtenidos por la colocación.

Por tanto, la participación de BFA, que tras la venta del 48% a inversores particulares e institucionales se redujo al 52%, apenas valí­a 3.250 millones frente a los 6.000 iniciales por ese mismo porcentaje del capital previo a la OPS. Debido a que Bankia ha caí­do un 8% desde los 3,75 euros a los que se estrenó en los mercados, su capitalización apenas es de 5.977 millones, por lo que el paquete de la matriz es de 3.100 millones.

En consecuencia, BFA tiene un desfase patrimonial de casi 3.000 millones de euros, que según las normas más conservadoras deberí­a de provisionar contra los resultados de 2011. No obstante, el conocido como banco malo, que ha desestimado hacer ningún comentario, podrí­a no tener que hacer frente a las mismas. Puede argumentar que, al tener influencia significativa en Bankia, no está obligado a dotar ese desajuste, tal y como ha hecho Banco Sabadell con sus píérdidas de 450  millones en Banco Portuguíés de Investimento (BPI). BBVA tambiíén ha optado por provisionar 1.000 millones por la píérdida de valor de su filial estadounidense. Por el contrario, Caixabank, que está en la misma situación por su inversión en Banco Comercial Portuguíés, tan solo ha cubierto parcialmente optó sus minusvalí­as de más de 750 millones.

Deloitte tendrá la última palabra

La postura de BFA dependerá del informe de auditoria de Deloitte, la firma que supervisa las cuentas de la entidad dueña de los activos más problemáticos de Bankia. Deloitte es tambiíén el auditor de la filial, por lo que su consideración sobre la situación de la propia Bankia y el valor recuperable será vital. Esta sociedad ya obligó a ACS a explicar con detalle como contabilizaba sus píérdidas en Iberdrola y los motivos por los que no provisionable sus píérdidas, cosa que posteriormente ha tenido que hacer por el deterioro del valor del activo.

Fuentes financieras de varios bancos internacionales, algunos de los que participaron en la salida a bolsa, coinciden en señalar que “hay agujero patrimonial y BFA tendrá que cubrirlo antes o despuíés”. La cuestión es cuándo. En ese aspecto, las opiniones son dispares. Algunos banqueros de inversión sostienen que Deloitte le dará al menos un año más para dotar ese desajuste antes de obligar al holding a provisionar teniendo en cuenta la situación de la matriz. Otros opinan que no tiene sentido si resulta que ahora es cuando el Ministerio de Economí­a va a exigir valoraciones reales del negocio. Además, consideran que dar más plazo solo se explica si se prevíé una mejorí­a del negocio, algo improbable aunque no descartable.

Según la nueva normativa sobre la contabilización de las píérdidas crediticias relacionadas con el ladrillo, en el conjunto de BFA-Bankia, el nuevo buffer supondrá 1.674 millones, que sumados a los 3.396 millones que necesita provisionar el 'banco bueno', dan unas necesidades totales de 5.070 millones. Una vez descontado el efecto fiscal y el exceso de capital y la geníérica, las píérdidas que eso supondrí­a -aunque Rato aseguró que pretende evitar llegar a píérdidas este año- tendrán que ser cubiertas por el capital. Y para que íéste se mantenga por encima del mí­nimo legal del 8%, requerirí­a 3.055 millones más.