BMN (Banco Mare Nostrum) ha cobrado ventaja en la inminente subasta del Banco de Valencia, que comenzará el próximo martes 21 de febrero, ya que se ha convertido en la opción favorita del Gobierno para adjudicar la antigua participada de Bankia, intervenida por el Banco de España en noviembre. Así lo confirman distintas fuentes conocedoras de la situación y se ve ratificado por los elogios públicos dirigidos recientemente por el Ejecutivo al presidente de la entidad, Carlos Egea.
Según estas fuentes, el Ejecutivo ha incluido a BMN entre las entidades llamadas a ser "consolidadoras" en la nueva oleada de reestructuración del sector financiero que se supone que va a desatar el Real Decreto del saneamiento. Por el contrario, otras fusiones de cajas -inicialmente SIP- de tamaño parecido al de la fusión de las cajas de Murcia, Granada, Penedí¨s y Sa Nostra estarían entre las llamadas a ser absorbidas, siempre según las fuentes.
Este favoritismo del Gobierno por BMN en la puja por el Banco de Valencia tiene detrás dos elementos. Por un lado, no constituir únicamente megagrupos bancarios (en los que un grande adquieres siempre un pequeño), sino dejar algunos medianos aunque con un tamaño mínimo de 100.000 millones, que es lo que alcanzaría aproximadamente esta operación. Entre otras cosas, por la reticencia de los grandes a "comprárselo todo". Por otro, la advertencia del BCE de que no quiere fusiones entre entidades díébiles, algo que sería mucho más probable con fusiones entre sí de los grupos de cajas nacidos en la primera oleada. El propio Real Decreto insiste en que las integraciones deben ser "viables".
Por otro lado, recientemente el secretario de Estado de Comercio, el murciano Jaime García-Legaz, se deshizo en elogios sobre Egea en una entrevista con Europa Press. Entre otras lindezas, dijo que "Murcia tiene la suerte de que BMN está en las mejores manos posibles, su presidente Carlos Egea" y que "es una gran suerte para todos los murcianos haberle tenido como presidente de Cajamurcia y ahora de BMN". Y añadió que "seguro que la decisión que tome Carlos Egea [sobre con quiíén fusionarse] será la buena porque, hasta ahora, siempre ha acertado en sus decisiones de gestión y de dirección".
No hay que olvidar tampoco la buena relación que une a Egea con el ministro Luis de Guindos, que era consejero de BMN antes de acceder a sus actuales responsabilidades de Gobierno. Según las fuentes, De Guindos comparte esa confianza de García-Legaz en Egea, por lo que es proclive a concederle ese papel protagonista en el proceso de integración.
Por otro lado, el Banco de España quiere acelerar todo lo posible la salida de las entidades controladas por el FROB, urgido por la aceleración del saneamiento que impone el Real Decreto (las entidades deben comunicar sus planes el 31 de marzo y las fusiones deben anunciarse antes de fin de mayo). De ahí que vaya a repartir el cuaderno de venta del Banco de Valencia entre las entidades interesadas el próximo martes 21, sólo un día despuíés del fin del plazo para la presentación de ofertas vinculantes por Unnim. El encargado de la venta será el mismo que el de la entidad catalana, el banco de inversión japoníés Nomura.
BMN pretende salir a bolsa sin OPV
Para BMN, el interíés por la entidad valenciana que fue intervenida despuíés de que Bankia se negara a recapitalizarla se basa en tres motivos: le permite alcanzar los citados 100.000 millones de activos, puede cerrar el arco mediterráneo, su área principal de actividad -de ahí su nombre-, y logra contar con un vehículo cotizado para dar por fin el salto al parquíé frustrado el otoño pasado.
BMN tienen sus principales lagunas en las provincias de Valencia (34 oficinas) y Castellón (10), de las 1.455 con las que cuenta el grupo. Pero la razón más importante es la posibilidad de saltar al parquíé sin hacer una OPV (oferta pública de venta). La entidad pretende seguir así el ejemplo de otras muchas empresas que compraron compañías cotizadas para salir a bolsa sin necesidad de oferta pública, lo que les ahorra enormes costes y someterse a la valoración que exijan los compradores de las acciones.
En esta subasta, sus principales competidores serán los que pierdan la puja por Unnim: Ibercaja, Banco Popular o los dos si finalmente BBVA puja fuerte por la fusión catalana como adelantó El Confidencial, o si hace lo propio Bankia (y le dejan). Esta última está descartada de la lucha por el Banco de Valencia por razones obvias.