El S&P 500, los bonos, el petróleo y el oro compartieron subidas en enero, un multi-rally con cuatro únicos precedentes en los últimos 5 años. Y en tres de ellos, fue preludio de una notable corrección, según destacan los analistas de Morgan Stanley.
El ímpetu alcista con el que arrancó 2012 tuvo uno de sus mayores exponentes en Wall Street. La renta variable estadounidense logró su mejor inicio de año desde 1994. Pero las compras no se limitaron, ni mucho menos, al ámbito bursátil.
Activos e indicadores financieros con un perfil casi opuesto compartieron subidas en enero. Los números rojos desaparecieron por completo de los mercados. Los analistas de Morgan Stanley inciden en este sentido en que el índice bursátil S&P 500, los bonos estadounidenses, el precio del petróleo y el del oro cerraron enero, en todos los casos, con un saldo favorable.
La firma estadounidense señala que desde el estallido de la crisis en 2007, solo en otros cuatro meses el S&P 500, los bonos de EEUU, el petróleo y el oro habían compartido subidas. Sus analistas tiran de estadística para lanzar una advertencia: en tres de estas cuatro ocasiones, "ese mes demostró ser un significativo máximo en las bolsas que fue seguido por una sustancial corrección de dobles dígitos".
Morgan Stanley atribuye este multi-rally a la abundante liquidez existente en los mercados, fruto a su vez de las medidas multimillonarias adoptadas por los principales bancos centrales. Y concluye que a pesar de toda esta liquidez, "es improbable que continúe por mucho más tiempo" la actual falta de correlación entre bolsas, bonos y oro.