La selección del relevo de Robert Zoellick al frente del Banco Mundial reabre la lucha por el reequilibrio de poder al frente de la institución, en la espera de que Estados Unidos, el mayor contribuyente, presente a su candidato.
Entre los nombres estadounidenses figuran la actual secretaria de Estado, Hillary Clinton; el ex secretario del Tesoro, Larry Summers, y el multimillonario y fundador de Microsoft, Bill Gates.
Desde la creación en 1944 del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), los presidentes de ambos organismos se han repartido para un europeo y un estadounidense, respectivamente, como reflejo de las potencias dominantes entonces.
En la selección para el FMI del año pasado, los países emergentes sondearon la posibilidad de proponer una candidatura alternativa que rompiera esta tradición y reconociera la nueva realidad económica y política internacional.
Finalmente, la propuesta de Agustín Carstens, gobernador del Banco de Míéxico, apenas logró reunir apoyos.
Los pesos completos del mundo "emergente" como China o Brasil decidieron ofrecer su respaldo a la candidata "tradicional", la francesa Christine Lagarde.
"Los países emergentes hacen mucho ruido acerca de la necesidad de un aspirante que los represente, pero luego son ineficaces a la hora de proponer un candidato único", indicó el investigador venezolano Moisíés Naím, del centro de estudios Carnegie Endowment for International Peace y con amplia experiencia en el BM durante la díécada de 1990. A su juicio, la posibilidad de que los emergentes desafíen a EE.UU. es baja y dependerá de la propuesta de Washington.
"Si tienes un candidato (de EE.UU.) atractivo, incuestionable, y rápido, los emergentes no van a hacer lo necesario para proponer una alternativa", aseguró Naím.El Banco Mundial ya ha abierto la recepción de candidaturas y ha señalado como fecha final el 23 de marzo. A partir de entonces los 24 directores ejecutivos del organismo estudiarán las propuestas y darán a conocer una lista de tres precandidatos que viajarán a Washington para sostener entrevistas finales.El BM espera tener un nuevo presidente para los encuentros de primavera que organiza junto con el FMI, entre el 20 y el 22 de abril.
El propio secretario del Tesoro de la Administración Obama, Timothy Geithner, afirmó poco despuíés del anuncio de Zoellick de no optar a la reelección el 30 de junio que "es importante que continuemos teniendo un fuerte y efectivo liderazgo" e indicó que propondrían un candidato "en las próximas semanas".Otro de los factores que pueden influir en la decisión es el hecho de que EE.UU. se encuentra en año electoral, y el presidente Barack Obama no se puede arriesgar a abrir un nuevo frente de batalla apoyando a un candidato de un país en desarrollo, una posibilidad planteada quizá con demasiada ingenuidad por algunos analistas.Por otro lado, pesa la incertidumbre y desprestigio que ha ensombrecido a estas instituciones con sus últimos presidentes por los escándalos que han acompañado su salida.
El antecesor de Zoellick, Paul Wolfowitz, dejó su cargo a los dos años por haber presionado para impulsar la carrera de su novia, empleada del organismo; y el último presidente del FMI, el francíés Dominique Strauss-Kahn, dejó abruptamente en 2011 el organismo acusado de abusar sexualmente de la camarera de un hotel neoyorquino, aunque finalmente los cargos fueron retirados.En este sentido, Naím valoró el "excelente" trabajo de Zoellick al frente del organismo multilateral."Tomó el mando del Banco cuando vivía una profunda crisis de moral y desprestigio, lo sacó de eso y hoy en día el Banco Mundial vuelve a ser una de las instituciones internacionales más respetadas", precisó.
Por su parte, el grupo The Bretton Woods Project, que agrupa a diversas organizaciones no gubernamentales (ONGs), reitera sus llamados al "cambio" del "monopolio estadounidense" al frente del BM y a una mayor apertura y transparencia del proceso de selección de candidatos."El Banco sólo opera en países en desarrollo, así que cualquier candidato que no estíé apoyado por una mayoría de estos miembros simplemente restaría legitimidad a la institución", afirmó Elisa Elizabeth Stuart, de Intermon-Oxfam.